¿Qué sabes del género Othonna? ¿Has visto alguna vez estas plantas? Seguro que sí, pero quizá no las has conocido con el nombre original sino por aquel que se le dice comúnmente.
Para que eso no pase, a continuación te vamos a hablar de estas plantas, cuántas lo componen y algunas de las más conocidas y sus cuidados. ¿Vamos a ello?
Qué género es el Othonna
Para empezar, debes saber que el Othonna es un género de plantas fanerógamas. Es decir, plantas con semilla, descubiertas por Carlos Linneo en 1753.
En total dispone de 258 especies descritas, pero oficiales (aceptadas) no son todas ellas, sino que la lista se reduce a solo 111. Estas crecen en diferentes hábitats y eso hace que cada una tenga unas características y necesidades diferentes. Pero la mayoría de ellas son originarias de Sudáfrica y Namibia.
Una curiosidad que debes saber sobre la planta Othonna es que su nombre proviene de othonne, que es una palabra griega que se traduce como «lino», «tela». Y esto hace mención a la suavidad que tienen las hojas (no en todas las especies, pero sí en muchas).
Físicamente, por ser de la familia Aseraceae, son parecidas a los girasoles y las margaritas. A nivel de suculenta, se parece mucho al senecio. Y es que, visualmente, son hierbas o bien arbustos suculentos (o subsuculentos, depende de la especie). Las hojas las tienen aplanadas por el dorso (en mayor o menor densidad) de porte suculento, lo que quiere decir que acumulan el agua. Son alargadas aunque pueden tener diferentes formas. Casi siempre son de hoja perenne pero hay especies que muerte en el otoño y estas disponen de un tallo leñoso y un caudex que es donde se acumula el agua y los nutrientes.
En cuanto a las flores, estas son parecidas a las margaritas, pero no de igual color. Son amarillas totalmente.
Qué especies de Othonna hay
La verdad es que, si tuviéramos que hablarte de las 258 especies, acabarías muy aburrido de ello, así que te vamos a listar solo algunas de las más conocidas. Son las siguientes:
- Othonna capensis.
- O. cheirifolia.
- O. triplinervia.
- Othonna cacalioides.
- O. herrei.
- Othonna dentata.
- O. euphorbioides.
- O. opal necklace.
- Othonna sonchifolia.
Como sabes, hay muchas más, pero casi todas ellas se parecen mucho (solo hay unas cuantas que difieren bastante).
Cuidados de la Othonna
Si bien cada especie es única y tendrá sus peculiaridades, en general los cuidados que te vamos a recomendar te pueden servir para casi todas ellas. Y es que tener en casa una Othonna no es tan fácil como pudiera parecer. Pero que se te mantenga bien y no se muera quizá sí sea más complicado sin unas bases.
Afortunadamente, aquí tienes esas bases.
Iluminación y temperatura
Lo primero que debes saber es que la Othonna es una planta de sol, pero no del directo. Se recomienda que la pongas en el suelo o en una maceta en un lugar con semisombra, para que pueda aprovechas las hojas de sol de la mañana y la tarde pero no las de mayor incidencia.
Estas plantas se adaptan muy bien a los climas cálidos, y de hecho puede soportar altas temperaturas sin problema. Pero en cuanto a las bajas no es tan buena resistiendo. Si esta baja de los 10ºC entonces puede sufrir o incluso llegar a perderla.
Sustrato
Otro punto importante para que la Othonna no muera es usar una tierra adecuada para estas plantas. En este sentido, lo mejor es una mezcla entre turba y arena o grave ligera.
Ten en cuenta que necesita más drenaje que nutrición, con lo que no hace falta que la tierra que le pongas sea muy rica en nutrientes (de hecho si no lo es mucho mejor).
Dependiendo de la especie, el trasplante se debe realizar antes o después. Este consistirá en sacarla de la maceta, removerle la tierra por completa y volver a plantarla de nuevo, bien en la misma maceta o en otra.
Riego
De todos los cuidados, el riego es uno de los más importantes de la Othonna. Se recomienda regar solo de primavera a otoño, dejando la estación del invierno, y parte de la de otoño, sin riego.
A la hora de regar, no conviene que lo hagas demasiado excesivo. Es mejor esperar a que se le seque la tierra antes de volver a regar para que las hojas no se le pudran por el agua. Además, no conviene que le dejes agua en una bandeja porque esto puede lograr que se pierda la planta.
Abonado
En general, las plantas suculentas no se abonan, o si se les da algo ha de ser poca cosa. Sin embargo, en el caso de las Othonnas sí que se les fertiliza durante la primavera y el verano. Lo normal es que se le dé cada 15 días pero dependerá del tamaño de esta. Si aún es joven, con una vez cada dos meses será suficiente, más si la has plantado recientemente.
Plagas y enfermedades
Las suculentas son plantas que no dan problemas ni con plagas ni con enfermedades. Y en el caso de la Othonna no va a ser diferente. Si bien, sí es cierto que debes estar pendiente de ella, sobre todo para evitar alguna enfermedad relacionada con hongos de la tierra o bien por problemas como una falta o escasez de iluminación o de riego.
Uno de los síntomas claros de que la cosa no va bien tiene relación con la pérdida de las hojas. Si cada vez que tocas a una Othonna se le caen fácilmente las hojas es que esta tiene problemas y podría acabar perdiéndose.
Por eso, tendrás que revisar el tipo de tierra que tenga, el riego que se le da (si es abundante o no) así como la luz que recibe. En ocasiones, el tenerla en interior puede ser la causa, ya que cuando se saca fuera de casa (y si se coge a tiempo), se puede recuperar.
Multiplicación
Finalmente, llegamos a la propagación de la Othonna. En este caso dependerá de la especie pero suelen tener éxito con la reproducción a través de hojas, esquejes de tallo o, en el caso de plantas con caudex, sí serán más complicadas (pueden echar raíces pero no formar el caudex.
¿Te queda ahora más claro cómo es el género Othonna?