Cuando vemos una planta con flores siempre hay algo que nos llama la atención, bien sea el colorido o su aroma. La fuchsia hybrida es una planta que puede impresionarnos tanto por su belleza, como por su delicado olor, pudiendo ser reconocida por sus formas erguidas tanto en jardineras, como en muros adornados con flores.
Pertenecen a la familia de las onagraceae y existen alrededor de 650 especies que provienen sobre todo de regiones templadas y subtropicales. Son la mayoría de las veces plantas herbáceas, a veces medio-leñosas, terrestres o a veces acuáticas.
Características
Las formas de esta planta tales como las conocemos, son híbridas, puesto que el origen es bastante confuso. En cuanto a los tipos de flores son simples, dobles o semidobles. Son muy numerosas y variables dado el colorido de las flores, de los follajes y de la talla.
Es una planta medio-leñosa que destaca por su exuberante belleza y colorido. Son cultivadas con tallo o sin tallos, las hojas son simples, opuestas o agrupadas en tres, enteras y ligeramente dentadas, la mayoría de las veces verdes, pero a veces de coloridos variables (empenachados y amarillos).
Las flores, en campanillas retumbantes, poseen cuatro sépalos y cuatro pétalos (a veces más con las flores dobles o semidobles) coloreados. Son más o menos alargadas según su ascendencia paterna. Los estambres y el pistilo salen fuertemente fuera de la flor.
Mantenimiento
El cuidado de esta planta requiere en principio atención y un poco de conocimiento, pero fácilmente puede ser cultivada. La Fuchsia hybrida prefiere una exposición sombreada o medio sombreada, ya que recibir el sol directamente le puede afectar.
Los mayores cuidados deben darse durante el invierno, aunque existen plantas más resistentes que pueden pasar el invierno fuera, mediante una protección eficaz que impida una humedad demasiado importante al nivel de la cepa. En curso de vegetación, la Fuchsia pide una tierra fresca, ligera, rica y húmeda.
Cuidados especiales durante el invierno
Cuando las Fuchsias son cultivadas en envases pequeños y llega el invierno, es necesario protegerlas contra el frío. Se recomienda llevarlas a un espacio cerrado y si es posible a una temperatura de 5 a 8 grados.
El tratamiento para las hojas antes del invierno consistirá en eliminar cerca del 1/3 de longitud de los tallos, quitar las flores, los botones y el máximo de hojas con el fin de eliminar los insectos, las enfermedades eventuales, y evitar la descomposición de las hojas en el lugar de almacenamiento.
Al finalizar el invierno las plantas deberán volver a su envase de origen y ser colocadas ordenadamente en cajas plásticas, con un fondo que mantenga cierta humedad pero sin exceso. Podemos también trasladar el terrón en una bolsa de plástico para una mejor manipulación.
En todos los casos, es importante retirar la tierra de la parte superior del terrón así como también la costra que se hace alrededor de esta. Es necesario pensar también en el etiquetado de las plantas, pues de esta manera se facilita su reubicación en primavera.
Plagas
Durante el verano es necesario estar atento a los ataques de las enfermedades de las plantas y de los insectos, aireando tan pronto como la temperatura lo permita. Esto debería evitar como máximo el empleo de fungicidas o insecticidas.
Entre las otras plagas que pueden afectar a esta planta se encuentran las moscas pequeñas negras de 2 mm llamadas sciarides, por lo que se recomienda eliminar todas las partes muertas de la planta, ya que estos insectos son atraídos por las hojas amarillas hacia las cuales vienen para pegarse.
La historia dice que las bayas de las frutas fueron utilizadas por los antiguos maoríes de Tahití para crear un cóctel preparado con contenido del cráneo de sus enemigos. Además de esto, se dice que las mujeres se maquillaban con el polen azul de la Fuchsia hybrida.
Sea como sea nadie nos puede negar que este arbusto cuando se llena de flores, tanto abiertas como cerradas, es una auténtica maravilla.
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