Picudo rojo: controles a contrarreloj en España, Perú y Uruguay

  • A Coruña intensifica tratamientos en el palmeral de Méndez Núñez con métodos combinados y alto coste.
  • Perú decreta alerta fitosanitaria nacional para impedir la entrada del picudo rojo por su riesgo a la palma aceitera.
  • Uruguay acelera la lucha: innovación escolar en Canelones, endoterapia masiva y focos graves en Lavalleja.
  • La plaga se expande con rapidez y exige vigilancia continua, control integrado y restricciones a la movilidad de palmeras.

Picudo rojo en palmeras

El avance del picudo rojo mantiene en estado de alerta a administraciones y técnicos en varios países. Entre el debate sobre la viabilidad de ejemplares históricos en A Coruña, la activación de una alerta fitosanitaria en Perú y los planes de choque en Uruguay, el gorgojo asiático vuelve a situarse en el centro del foco público.

La gestión de esta plaga exige tratamientos constantes, vigilancia en épocas críticas y presupuestos abultados, mientras se investiga cómo mejorar la eficacia sin comprometer el patrimonio vegetal y el paisaje urbano. Su detección es compleja y, cuando llegan los síntomas visibles, a menudo el daño ya es grave.

A Coruña refuerza la defensa del palmeral de Méndez Núñez

En la capital herculina, el estado de una palmera del histórico palmeral de Méndez Núñez ha abierto discusión: hay especialistas que creen que las larvas han consumido las últimas células de crecimiento, mientras que el Ayuntamiento confía en que los tratamientos aún puedan revertir la situación. Lo que no se discute es el origen de la plaga: un gorgojo de Asia tropical que entró en la península en 1994 con palmeras ornamentales sin control sanitario, y que en A Coruña se detectó en 2017, según el botánico Rafael Carballeira, colaborador del CICA-UDC.

El gobierno local lleva años en un esfuerzo sostenido para proteger este conjunto, plantado en 1913 a 21 pesetas por ejemplar e incluido en el Catálogo Galego de Árbores Senlleiras (inscripción 13F). La estrategia para las 70 Phoenix canariensis se basa en aplicaciones de insecticidas de por vida, con descansos entre ciclos, una factura que supera los 700.000 euros en siete años y que, aun así, no garantiza el éxito total.

Los protocolos combinan dos vías: endoterapia en la base para que la savia distribuya el producto (punciones con acetamiprid) y tratamiento del cogollo mediante duchas no presurizadas unos 15 días después. Pasado un par de meses, se reinicia el ciclo para mantener a raya a la plaga.

El verano es un punto caliente. Con el calor, los adultos se reproducen y se dispersan, de modo que si alguna palmera queda sin protección activa, las larvas se instalan en el interior y avanzan sin ruido. Esa dinámica obliga a redoblar la vigilancia en los meses cálidos.

Desde el punto de vista botánico, las palmeras no engrosan su tronco como otros árboles: el fuste es rígido, armado por haces vasculares, y la zona de crecimiento está en la parte alta. Allí, los meristemos —células en división constante— alimentan hojas y tallos, y son precisamente el tejido blando que devoran las larvas. En algunas especies incluso es comestible para las personas, como el conocido palmito.

La pérdida de estos ejemplares trasciende lo botánico: fueron símbolo de prosperidad y memoria indiana en la ciudad. Aun con una red de 850 palmeras inventariadas en espacios públicos y un promedio de 10 talas anuales, el objetivo municipal es contener el daño con lo que la ciencia considera hoy la única vía factible: constancia, tratamientos y control.

Insecto picudo rojo en detalle

Perú decreta alerta fitosanitaria para impedir la entrada del insecto

El Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) ha declarado la alerta fitosanitaria en todo el país ante el riesgo de introducción de Rhynchophorus ferrugineus. La medida —formalizada mediante la Resolución Jefatural n.º D000183-Midagri-Senasa-JN y publicada el 19 de septiembre— se mantendrá hasta que la autoridad comunique un cambio de escenario.

El dispositivo refuerza las acciones de vigilancia y cuarentena previstas en su Plan de Acción para impedir el ingreso y establecimiento del insecto. La detección no es sencilla: el gorgojo vive y se alimenta dentro de la palmera, completa una metamorfosis total y puede presentar a la vez huevo, larva, pupa y adulto en un mismo individuo.

El sector que más preocupa es la palma aceitera. Con unas 115.000 hectáreas entre Ucayali, San Martín, Loreto y Huánuco, el impacto potencial es elevado; Ucayali concentra la mayor superficie (49.781 ha) y San Martín lidera la producción con 601.235 toneladas anuales de racimos de fruto fresco.

La biología del insecto complica la contención: en apenas 3 a 4 meses completa su desarrollo y puede generar al menos tres generaciones al año. Los adultos abandonan la planta cuando se agota el alimento, y muchas hembras salen ya fecundadas, listas para colonizar nuevas palmeras, desplazándose por vuelo o incluso caminando de un ejemplar a otro.

El Senasa orienta su esfuerzo a puntos de entrada, viveros y movimientos de material vegetal, mientras prepara respuestas rápidas si se detectan focos incipientes en territorio nacional.

Control del picudo rojo en palmeras

Uruguay acelera el combate y suma innovación ciudadana

En Canelones, un grupo de escolares de la Escuela Rural Nº 98 de Tala desarrolló un dispositivo con micrófono de contacto y sensor que detecta la actividad de alimentación del picudo dentro de la palmera. El sistema enciende una alarma y muestra iconos —un corazón para “sana” y una carita triste si hay daño—, un ejemplo de cómo la comunidad se involucra tras ver cómo sus propias palmeras caían.

Paralelamente, el gobierno departamental reporta 1.000 palmeras inoculadas con una supervivencia aproximada del 80% y prevé intervenir otras mil. Se destinan alrededor de 4.700.000 al año a procesos de endoterapia semestral y seguimiento por georreferenciación para controlar y evaluar la evolución de los ejemplares tratados.

Las autoridades reconocen que no todas las medidas han dado el resultado esperado y continúan con el enterramiento o astillado de los árboles muertos, a la vez que impulsan reforestaciones con especies alternativas. El coste directo ronda los 4.700 pesos por palmera tratada, con cerca de un millar de ejemplares bajo manejo activo.

En el departamento de Lavalleja, la situación es más severa: se estima que en el sur puede haber más del 50% de palmeras afectadas, con retiradas inminentes en lugares emblemáticos como el Parque Rodó y problemas visibles en rutas y márgenes ferroviarios, mientras que hacia el norte las afectaciones son menores.

El contexto regional ayuda a entender el desafío. En España, el gorgojo entró en 1994 con palmeras importadas y se extendió por Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia, Canarias y Baleares, llegando incluso a poner en jaque al palmeral de Elche. En climas mediterráneos puede completar hasta cuatro generaciones anuales, con daños que van de la jardinería urbana al turismo y la artesanía. Las herramientas de controltrampas con feromonas, tratamientos foliares y por endoterapia, uso de nematodos, controles en viveros y restricciones al movimiento de plantas— funcionan mejor cuando se combinan y se aplican a tiempo, sobre todo si la yema apical no ha sido destruida. No existe una solución única; la clave es constancia, coordinación y especial atención en verano.

Plaga del picudo rojo en ciudades

El panorama dibuja un enemigo silencioso y persistente: tratamientos continuos en A Coruña para proteger un patrimonio centenario, alerta nacional en Perú para cerrar la puerta de entrada y operaciones intensivas en Uruguay, donde conviven la innovación local y los planes técnicos. Las medidas recomendadas son vigilancia permanente, respuesta rápida y combinación de herramientas para ganar tiempo al gorgojo y salvar el mayor número de palmeras posible.

Picudo rojo
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