Los seres humanos han usado las plantas alucinógenas desde hace siglos, ya sea para explorar otros mundos que solo están en la imaginación, para tratar de encontrar la solución a los problemas, o en rituales.
A modo de curiosidad, es interesante saber cuáles son estas plantas, pues hay muchas que pueden cultivarse por cualquiera de nosotros, y si tenemos niños o animales domésticos, debemos tomar medidas para que no surjan sorpresas.
Nota importante
La información que se aporta en este artículo es meramente informativa. No recomendamos, bajo ningún concepto, consumir ninguna de estas plantas, primero porque, dependiendo del país, es ilegal, y segundo porque sus efectos son peligrosos ya que pueden crear adición. Y este sí es un problema muy grave, tanto es así que puede destrozarte la vida.
Tipos de plantas alucinógenas
Las plantas alucinógenas se usaban mucho por las tribus de todo el mundo, pero hoy en día se consumen como estupefacientes, especialmente entre los jóvenes. Las más conocidas son las siguientes:
Ayahuasca (Banisteriopsis caapi y Diplopterys cabrerana)
Imagen – Wikimedia/Forest & Kim Starr
Con el nombre de ayahuasca se conocen dos tipos de plantas: la más popular es la Banisteriopsis caapi, que también recibe el nombre de yagé, la cual es una trepadora que mide hasta 30 metros de largo; y la otra es el Diplopterys cabrerana, que también es trepadora y que tiene hojas lanceoladas y flores amarillas. Ambas son originarias de la cuenca amazónica. Se utilizan para hacer viajes astrales, siempre con la ayuda un guía.
Estramonio (Datura stramonium)
Imagen – Wikimedia/Isidre blanc
El estramonio puede encontrarse en muchas partes del mundo, entre ellas Europa. Se trata de una hierba anual que alcanza una altura de entre 10 y 190 centímetros, y que en primavera produce sus características flores blancas con forma de campana. Sus efectos en el cuerpo se notan pronto, y pueden ser muy, graves: desde problemas cardíacos y/o renales, hasta coma. Además, en dosis altas (y hablamos de miligramos) puede ser mortal.
Gloria de la mañana (Ipomoea violacea)
Imagen – Wikimedia/Ddgfoto
La Ipomoea violacea es una trepadora herbácea perenne originaria de México y Centroamérica que crece hasta los 4 metros de altura si tiene soporte. Las hojas son ovales o con forma de corazón, de color verde. Sus flores son acampanadas, miden 4-6 centímetros de diámetro, y son de color lila o violáceo. Produce alteración en la visión de los colores y sensación de felicidad, aunque también es sedante.
Hierba de los dioses (Salvia divinorum)
Imagen – Wikimedia/Artofactivismo
La Salvia divinorum es una hierba perenne originaria de México que crece 1 metro de altura. Tiene hojas verdes con el margen aserrado, y miden entre 10 y 30 centímetros de largo. Florece desde finales del verano hasta la primavera, pero es difícil verla con flores, por eso en cultivo se propaga más por esquejes que por semillas. Su consumo provoca movimientos corporales incontrolables, alteraciones psicóticas, amnesia y dolor de cabeza.
Khat o coca africana (Catha edulis)
Imagen – Wikimedia/A. Davey
Es un árbol perennifolio originario de África oriental, cuyo nombre científico es Catha edulis. Mide entre 5 y 8 metros de altura, y produce racimos de flores blancas en primavera. Hay que tener mucho cuidado con ella, ya que es un poderoso estimulante que provoca euforia, agitación, e incluso trastornos mentales.
Loto azul egipcio (Nymphaea caerulea)
Imagen – Wikimedia/Ermell
El loto azul de Egipto es una planta acuática natural del río Nilo (en Egipto) y de otras partes del este de África. Sus hojas son redondas con una muesca, verdes, y miden entre 20 y 40 centímetros de diámetro. Las flores son de color blanco azulado pálido, y brotan en primavera. Ya durante el Antiguo Egipto se usaba como planta psicodélica, afrodisíaca y relajante.
Marihuana (Cannabis)
Imagen – Wikimedia/Armando Olivo Martín del Campo
La marihuana es una de las plantas psicodélicas más populares del mundo. Es una hierba anual originaria de la cordillera del Himalaya que no suele superar el metro de altura. Tiene hojas palmadas e imparipinnadas, de color verde y con el margen aserrado. La inflorescencia brota en primavera-verano, y está compuesta por numerosas flores unisexuales. Se cultiva mucho por los efectos que provoca en el cuerpo, los cuales son: risa, alteración de la percepción del tiempo, o relajación. Pero es muy adictiva y puede causar problemas de memoria, bronquitis crónica, insuficiencia cardíaca o un mayor riesgo de tener depresión.
Opio (Papaver somniferum)
Imagen – Wikimedia/Linda Kenney
El opio es una droga que se extrae del fruto del Papaver somniferum o adormidera. Esta es una hierba anual natural del sur y este del Mediterráneo, que puede crecer entre los 15 centímetros y el metro y medio de altura. Sus flores son similares a las de las amapolas comunes (Papaver rhoeas), pero generalmente de color blanco. Los efectos más inmediatos son la euforia y la sensación de felicidad, pero a medida que van pasando los minutos se siente somnolencia.
Peyote (Lophophora)
Imagen – Wikimedia/Peter A. Mansfeld
El peyote, tanto la Lophophora williamsii como la Lophophora diffusa, es un tipo de cactus globoso originario de Norteamérica, en concreto de México. Es de color verde, mide unos 4-12 centímetros de diámetro, y produce florecillas blancas o rosadas que brotan de la parte superior. Si se consume, se tendrán alucinaciones visuales, así como una mayor sensibilidad al tacto.
¿Conoces otras plantas alucinógenas?