¿No tienes experiencia cuidando plantas? No te has de preocupar por eso, ya que hay muchas que no requieren de cuidados especiales, ni tampoco riegos frecuentes, pero que sin embargo te serán de gran utilidad para decorar tu vivienda. Y es que, que sean fáciles de mantener no significa que sean feas, ¡a menudo -por no decir siempre- son justo lo contrario!
Así que si buscas plantas de interior duraderas y que, además, sean preciosas, echa un vistazo a las diez especies que te recomendamos mientras aprendes un poco sobre ellas.
Índice
- 1 Aspidistra (Aspidistra elatior)
- 2 Costilla de Adán (Monstera deliciosa)
- 3 Dracaena marginata (Dracaena reflexa var angustifolia)
- 4 Filodendron imperial (Philodendron erubescens ‘Imperial’)
- 5 Hiedra (Hedera helix)
- 6 Kalanchoe blossfeldiana
- 7 Kentia (Howea forsteriana)
- 8 Nefrolepis (Nephrolepis)
- 9 Pilea peperomioides
- 10 Sanseviera
- 11 Zamioculca
Aspidistra (Aspidistra elatior)
Imagen – Flickr/Hornbeam Arts
La aspidistra es una planta muy agradecida, que crece hasta los 60 centímetros de altura, y que queda muy bonita en el salón o incluso en el dormitorio. Requiere pocas atenciones; de hecho, solo hay que regarla cada 3 o 4 días en verano, y una vez por semana el resto del año. Asimismo, es importante que se plante en una maceta más grande al menos un par de veces en toda su vida, cuando se le salgan las raíces por los agujeros de la misma.
Costilla de Adán (Monstera deliciosa)
Imagen – Flickr/Maja Dumat
La costilla de Adán es una planta trepadora que desarrolla hojas de gran tamaño, a menudo de hasta 90 centímetros de largo por 80 centímetros de ancho cuando es adulta. Por suerte, no crece muy rápido, y además tolera la poda, de modo que te será fácil controlarla. Eso sí, si tienes perros, gatos y/o niños pequeños, has de tener en cuenta que es tóxica si se ingiere. Por lo demás, requiere pocos cuidados: has de ponerla en una habitación en la que haya mucha luz, y regarla dos o tres veces a la semana en verano, y cada 7-10 días el resto del año.
Dracaena marginata (Dracaena reflexa var angustifolia)
Imagen – Wikimedia/David J. Stang
La dracaena marginata es una planta arbustiva muy interesante: aunque puede alcanzar los 5 metros de altura si se planta en el suelo, en maceta se queda mucho más pequeña. Además, tiene hojas verdes con los bordes lilas, muy delgadas. Y lo mejor es que puedes ponerla en habitaciones donde hay poca luz, aunque recomendamos ponerla en una en la que haya mucha claridad para que sus colores sean más vivos. Asimismo, debes regarla una o dos veces por semana, dependiendo de la estación del año (en verano se ha de regar más seguido que en invierno), y cambiar de maceta cada 3 o 4 años.
Filodendron imperial (Philodendron erubescens ‘Imperial’)
Ejemplar de mi colección bien acompañado por mi gata Sasha.
El filodendron imperial puede tener la hoja verde o rojiza/marronácea dependiendo de la variedad. En cualquier caso, hablamos de una trepadora perennifolia que alcanza una altura de 6 metros, y que necesita luz -pero nunca directa- para estar preciosa. Además, solo hay que regarla unas dos veces por semana durante el verano y menos el resto del año, y plantarla en una maceta más grande cada 3 años.
Hiedra (Hedera helix)
La hiedra es una trepadora de hoja perenne que puede superar los 5 metros de largo, pero es tan resistente a la poda que no podemos dejar de recomendarla para decorar, por ejemplo, las escaleras de casa o los arcos de las puertas. Has de regarla poco, solo un par de veces a la semana durante el verano, y el resto del año cuando veas que la tierra está seca.
Kalanchoe blossfeldiana
El Kalanchoe blossfeldiana es una suculenta no cactácea, o planta crasa que alcanza una altura aproximada de 35 centímetros. Tiene hojas carnosas y de color verde, y produce flores naranjas, blancas, rojas o rosas en otoño e invierno. Lo más interesante es que florece también en interior, pero para ello es importante que se ponga en una habitación en la que haya mucha luz, pero lejos de las ventanas ya que no le puede dar de forma directa. Además, has de regarlo solo cuando la tierra esté completamente seca (o cuando la maceta pese poco).
Kentia (Howea forsteriana)
La kentia es una palmera de muy lento crecimiento que desarrolla un único tallo (falso tronco) delgado y hojas pinnadas de color verde oscuro. Puede superar los 10 metros de altura, pero para eso necesita estar en el suelo y muchos, muchos años. Por ello, es una de las palmeras más cultivadas en interior ya que ha de pasar mucho tiempo hasta que toque el techo. Para que te hagas una idea: una semilla recién germinada tardará unos 10 años en convertirse en una planta de 1,5 metros de altura. Así que disfruta de tu kentia en interior: ponla en una habitación en la que haya mucha claridad (pero no luz directa), y riégala dos veces por semana en verano y una cada 7 a 10 días el resto del año.
Nefrolepis (Nephrolepis)
Imagen – Wikimedia/Forest & Kim Starr
Si te encantan los helechos y quieres tener uno que sea muy, muy fácil de cuidar, te aconsejamos el nefrolepis. Existen unas 50 variedades, aunque las más fáciles de conseguir son el Nephrolepis exaltata y el Nephrolepis cordifolia. Ambos alcanzan una altura de aproximadamente medio metro, si bien en maceta se quedan más bajos. Son plantas que se han de colocar en habitaciones en las que haya claridad, y a las que hay que regar cada 3 días en verano, y una vez por semana el resto del año.
Pilea peperomioides
La Pilea peperomioides es una pequeña planta herbácea que apenas mide unos 40 centímetros de altura cuando termina de crecer. Tiene hojas redondas y verdes, y es perfecta para cultivar en macetas.
Sanseviera
Imagen – Wikimedia/Mark Solarski
La sanseviera es una planta todoterreno, perfecta para principiantes que quieren empezar con buen pie en la jardinería. Tiene hojas carnosas, casi planas y anchas o bien cilíndricas dependiendo de la variedad. Es tan fácil de cuidar, que realmente solo tienes que ponerla en una habitación en la que haya mucha claridad y regarla solo de vez en cuando, ya que resiste muy bien la sequía pero teme el encharcamiento. Por eso, si la riega una vez por semana en verano, y cada 10-20 días el resto del año será más que suficiente para que esté perfecta. Eso sí, recuerda plantarla en una maceta más grande cada 3 años con sustrato para suculentas.
Zamioculca
Imagen – Wikimedia/Mokkie
La zamioculca es una planta rizomatosa que alcanza una altura de más o menos 1 metro. Sus tallos son casi cilíndricos, y tienen hojas de color verde oscuro brillante. Su ritmo de crecimiento es lento, pero así y todo puede necesitar una maceta más grande cada 2 o 3 años. Se trata de una planta bonita y curiosa que queda muy bien por ejemplo en pasillos estrechos o en la sala de estar. Necesita luz para crecer, y pocos cuidados, solo un riego de vez en cuando.
¿Cuál de estas plantas de interior duraderas te ha gustado más? ¿Tienes alguna?
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