¿Por qué casi todas las plantas son verdes?

¿Alguna vez te has preguntado por qué casi todas las plantas son verdes? Si es así, es posible que hayas oído hablar de la clorofila, que es un pigmento que se encuentra en todas las partes que son verdes, como las hojas, y en algunos casos también en el tronco, flores e incluso raíces (como en las de las orquídeas Phalaenopsis).

Pero la respuesta a esa pregunta no es tan simple como parece. Sí, es por la clorofila, pero… también tiene mucho que ver el ojo y, sobre todo, el cerebro, ya que es gracias a él que podemos ‘ver’, pues es él quien combina la información que recibe de los globos oculares y genera los colores que luego vemos. Y no solo eso: dependiendo de si eres humano, perro, gato u otro animal, podrás ver solo un cierto número de colores y a una intensidad mayor o menor que el resto de seres vivos.

¿Cómo vemos los colores los humanos?

Durante muchísimo tiempo, y estamos hablando de milenios, se creía que los seres humanos veíamos con los ojos. Esto tiene mucha lógica, no en vano, son los órganos que nos conectan con el exterior. Todas las mañanas, lo primero que hacemos es abrirlos para, así, empezar nuestro día a día. Cuando tenemos problemas de visión, como miopía, en la consulta del oftalmólogo (u oculista) nos dirán cómo cuidar de los ojos y qué podemos hacer para que nos sean funcionales.

Lo que no nos dicen, seguramente porque no se lo preguntamos, es que son las neuronas del cerebro quienes se encargan de descifrar toda la información que ven nuestros ojos. Para explicarlo de una manera sencilla, sería como si quisiéramos aprender a hablar un idioma totalmente desconocido para nosotros, como el chino o el japonés. En un principio, solo veríamos signos extraños, pero poco a poco, gracias al estudio, aprenderíamos a leer en ese idioma.

Pues bien. Los ojos ven esos signos extraños, y es el cerebro quien les da un significado. Y es por eso por lo que podemos decir »así se ve el mundo». Pero, ¿cómo vemos los colores?

Aunque no lo creas, los colores no existen, o mejor dicho, la luz es el color, y es lo que el ojo capta. En él encontramos dos tipos de células, los bastones y los conos, que son las encargadas de recoger distintas partes del espectro de luz solar, los colores, que se reflejan en una superficie, y son los que se envían en forma de impulsos eléctricos al cerebro para que los interprete.

En el ojo humano, estas células son sensibles a los colores azul, verde y rojo. Cuando vemos por ejemplo una flor amarilla, es porque han sido estimuladas a la vez aquellas células sensibles al verde y al rojo. Y si vemos la mayoría de las plantas de color verde, es porque es ese el color que se refleja en ellas cuando les da la luz.

Pero aún hay más: dependiendo de cómo sea esa superficie y del tipo de luz que se refleje, se verán unos colores u otros según sea su longitud de onda. Y si bien hay gráficos que sirven para hacernos una idea de cuáles son estas, podremos decir que ninguno de nosotros ve el mundo exactamente igual: ya sea porque tienen algún problema de visión, o en el cerebro, o simplemente porque su naturaleza les hace ver el mundo de la manera en como lo hacen.

¿Por qué muchas de las plantas son verdes?

El verde es el color que relacionamos con la vida y la naturaleza. La gran mayoría de plantas se ven de ese color, porque es el que se refleja en su superficie cuando les da la luz. Pero, ¿por qué? Por la clorofila.

La clorofila es un pigmento que se encuentra en las plantas, pero también en algunas algas. Es indispensable para que puedan realizar la fotosíntesis, y por lo tanto para que puedan transformar la energía del sol y transformarla en energía. Pero también es el que les da el color verde, pues absorbe la luz en las longitudes de onda azul, rojo y violeta, y refleja el verde.

¿Cómo realizan la fotosíntesis las plantas que no son verdes?

Hemos dicho que la clorofila es esencial para que puedan hacer la fotosíntesis, pero ¿qué pasa con las plantas que son de un color distinto al verde? Estas solo contienen clorofila en sus partes verdes, si las tuvieran; en caso contrario, sus niveles de carotenoides, que son otro tipo de pigmento fotosintético, serían mucho más altos que en los de las plantas verdes.

Por ejemplo, estos son los que hacen que las zanahorias sean naranjas, el melón Galia amarillo, o el arce japonés rojo… bueno, sea púrpura (no es exactamente rojo).

Esto no significa que las plantas verdes no tengan carotenoides, ya que sí que los tienen, pero para ellas son más útiles las clorofilas.

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