¿Por qué las coníferas se vuelven marrones?

Jardín con setos

Tener un seto de coníferas en un jardín es algo muy, muy bonito, además de práctico. Al tener un follaje corto pero denso, nos permiten disfrutar del lugar con más seguridad y privacidad; por no hablar de que ayudan a disminuir el ruido.

Sin embargo, a veces no sale todo como debería de salir, y es cuando nos preguntamos por qué las coníferas se vuelven marrones. Si te preocupan tus plantas, descubre qué es lo que les ocurre y qué puedes hacer para tratar de solucionar el problema.

Hongos

Hongo fitóftora en conífera

Imagen – Cartagenabonsai.blogspot.com

Los hongos son los principales causantes de la muerte de los setos de coníferas. Más concretamente, el fitóftora y el seridium. En el primer caso, las hojas se van secando por zonas de dentro hacia afuera, mientras que en el segundo, la corteza se volverá marrón-rojiza y resquebradiza. El Seridium además produce chancros (grietas o anillos) en la madera.

¿Cuál es el tratamiento? Hay varias cosas que podemos hacer, que son:

  • Hacer tratamientos con fungicidas, siendo muy recomendable el Fosetil-Al, cada 20 días, excepto en invierno.
  • Utilizar herramientas de poda previamente desinfectadas con alcohol de farmacia.
  • Regar y abonar cada vez que sea necesario, evitando el encharcamiento y la sobredosis.
  • En caso de muerte de la planta, hay que evitar plantar la misma especie y desinfectar la tierra con fungicida como el mencionado y, a ser posible, dejando el agujero abierto al menos 1 año.

Falta de magnesio

Cuando a una conífera se le empiezan a secar las puntas, casi con toda seguridad le falte magnesio. La manera más eficaz de prevenirlo y curarlo es utilizando un producto que venden como »Antiamarronamiento de coníferas», que es un fertilizante que aporta magnesio, nitrógeno y azufre.

Se aplica mediante pulverización, ya sea por la mañana temprano o al atardecer, siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.

Problemas con el riego

Falta de agua

La planta se seca porque pasa sed o bien porque la tierra no retiene la humedad. Es común en coníferas jóvenes recién trasplantadas. Para prevenirlo y/o solucionarlo, hay que regar cada vez que sea necesario, mucho más seguido durante la época de más calor. Para que el agua no se pierda, se debe de hacer un alcorque con la misma tierra alrededor de la planta.

Exceso de agua

Cuando se riega en exceso, o cuando el suelo tiene mal drenaje, las raíces se pueden pudrir en cuestión de días. Lamentablemente, el único tratamiento posible es la prevención, comprobando el drenaje antes de plantar la planta y mejorarlo. Tienes más información en este artículo.

Falta de espacio

Este problema causa los mismos síntomas que la falta de magnesio y otros nutrientes. Las coníferas que se plantan muy juntas terminan secándose porque, simplemente, no tienen espacio para poder crecer.

¿Qué hacer? Es muy importante saber qué dimensiones alcanzará la especie que queremos plantar, y cuál es la distancia mínima que hay que dejar entre ejemplares. Si ya se han plantado, entonces hay que quitar algunos.

Frío

Conífera

Aunque no es muy frecuente, si las coníferas son jóvenes o han estado protegidas en algún momento pueden acabar con las puntas de las hojas marrones. Esto no debe de preocuparnos en exceso: si las especies son resistentes, en primavera se recuperarán.

¿Has podido averiguar qué le ocurre a tu conífera?


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