¿Por qué las palmeras no son árboles?

Las palmeras no son árboles

Existe la firme creencia de que las palmeras son árboles. Es una frase que está escrita en libros, blogs y enciclopedias. Pero la realidad es que son dos tipos de plantas muy diferentes, demasiado. No es como comparar un pino con un arce: el primero es una conífera, y el segundo un árbol de hoja ancha, sí, pero tienen un antepasado común y una forma de vida parecida, por eso ambos son árboles. Las palmeras son otra historia.

Pero, ¿en qué se diferencian? ¿En qué tenemos que fijarnos para ver si una planta es un árbol o una palmera? A continuación voy a explicarte por qué las palmeras no son árboles.

Son plantas monocotiledóneas

Palmra Washingtonia de un solo cotiledón

Imagen – Wikimedia/RickP

Como las hierbas, aunque realmente las palmeras son megaforbias (hierbas gigantes). Cuando las semillas germinan, brota un único cotiledón (hoja primitiva) que recuerda mucho a la hierba del césped por ejemplo. Esta hojita puede estar dividida en dos folíolos, como ocurre con las Wodyeta por ejemplo, pero por lo general es simple, como la de las Phoenix o Washingtonia.

Ahora bien, ser una planta monocotilédonea es más que eso, tal y como vas a poder ver ahora.

Solo se multiplican por semillas

El método del esquejado se utiliza mucho en la propagación de árboles, pero en palmeras es difícil que salga bien. Por un lado, son muy pocas las que desarrollan varios troncos, como el Chamaerops humilis, Phoenix dactylifera, Cyrtostachys renda o Nannorhops ritchiana; y por otro, estas plantas no tienen cámbium o meristemo secundario. Y sin este meristemo, el cual está formado por células meristemáticas, no puede haber crecimiento.

De hecho, su estructura es fibrosa, y no leñosa. Por este motivo, su tronco no es un tronco verdadero, ya que además no desarrollan anillos de crecimiento, sino que este se conoce por el nombre de estipe. Si queremos reproducir asexualmente una palmera tendremos que separar los hijuelos -en caso de que los desarrolle- con raíces.

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Crecen en altura, no en diámetro

Ejemplares de Roystonea regia

Imagen – Wikimedia/Forest & Kim Starr

Las palmeras, al igual que el resto de hierbas, solo pueden crecer en altura. Esto lo hacen gracias a un meristemo terminal que está protegido en la yema terminal. Por lo tanto, aquello que podríamos confundir con la corteza del estipe son restos foliares que se han ido secando.

Y no solo eso, cuando por ejemplo se mantienen en macetas pequeñas durante mucho tiempo y al cabo de unos años de plantan en el suelo, a medida que crezcan se verá que el estipe o falso tronco tienen un marcado estrechamiento a cierta altura.

Las palmeras no son caducifolias

De las más de 3 mil especies de palmeras que se han descrito, no hay ni una sola que pierda sus hojas (al menos, no como consecuencia del clima). Como todas las plantas, sí que las van perdiendo a medida que esas hojas envejecen y se secan, pero nada más. Nuestras protagonistas necesitan tener siempre un número mínimo de hojas durante todo el año para crecer y realizar la fotosíntesis.

Incluso en caso de incendio o de un ataque importante de alguna plaga, y siempre que el ápice (o guía de crecimiento) no se haya dañado, no tardarán en brotar nuevas.

Las hojas son de tres tipos

Las hojas de las palmeras pueden ser de tres tipos

Las hojas de los árboles pueden ser muchos tipos: lanceoladas, obovadas, elípticas, paripinadas, bipinnadas,… Pero las de las palmeras solo de tres: pinnadas, costapalmadas y palmadas.

  • Hojas pinnadas: están formadas por pinnas o folíolos que brotan de forma perpendicular en el raquis, que es el tallo que la une al falso tronco. Ejemplos: Phoenix, Roystonea, Cyrtostachys, Butia, Syagrus.
  • Hojas palmadas: son las que tienen forma de abanico, como las de las Washingtonia.
  • Hojas costapalmadas: tienen forma redondeada u ovalada, dividida en numerosos segmentos que suelen »colgar», como es el caso de las especies de Sabal.

Las flores de las palmeras se agrupan en inflorescencias siempre

Todos hemos visto alguna vez árboles en flor: muchas de ellas son vistosas, con las partes de las mismas bien diferenciadas. Pero las de las palmeras son distintas: siempre aparecen agrupadas en inflorescencias, y a veces estas ramifican. Las florecillas son muy pequeñas, de un centímetro de diámetro o menos, y suelen ser de colores claros (amarillos, cremas; pocas veces son rosas o rojas).

No solo eso: hay ciertas especies que solo florecen una vez en su vida, como la Hyphaene thebaica o la Tahina spectabilis. Estas son plantas monocárpicas. Y no, no existe ningún árbol que lo sea.

Sus raíces son adventicias

Las raíces de las palmeras son adventicias

Las raíces adventicias son aquellas que brotan desde un mismo punto, y todas tienen más o menos la misma longitud. En el caso de las que tienen las palmeras, empiezan siendo así, pero luego hay otras que pueden ser aéreas. Por ejemplo, pueden producirlas para mejorar el anclaje al suelo, ya sea porque están en una zona en la que el viento sopla con fuerza, o por crecer cerca de cursos de agua.

¿Cuánto profundizan? Depende de la especie y de dónde viva, pero pueden llegar a medir hasta 15 metros si el suelo es blando y el ejemplar es adulto. Pero al contrario de lo que pueda parecer, no tienen fuerza para romper pavimentos. Esto es algo que se puede comprobar simplemente observando una palmera que ha crecido en el asfalto: una vez que se quede sin espacio, su crecimiento se detendrá, y si por un lado tiene vía libre, crecerá hacia ese lado.

Un último dato: las palmeras aparecieron mucho más tarde que los árboles

Aunque no es una diferencia física, sí que es interesante saber que las palmeras son plantas más »modernas». De hecho, aparecieron hace unos 140 millones de años; en cambio, se sabe que los antepasados del Ginkgo biloba, que es uno de los árboles más primitivos, ya existían hace más de 300 millones de años.

Cuando surge un tipo de planta »nuevo», lo normal es que empiecen a surgir nuevas especies parecidas poco después, a medida que van colonizando otras partes del territorio, y no más de cien millones de años más tarde. Las condiciones del clima y de la tierra cambian, más o menos, de forma más lenta o más rápida, pero cambian. Cuando eso pasa, las plantas se han de adaptar lo antes posible si quieren sobrevivir.

Y por todo esto, las palmeras no se pueden considerar árboles.


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