Los geranios son unas flores de muy fácil cultivo que alegran nuestro patio o jardín durante gran parte del año. Además, son muy económicas, de modo que se puede crear bonitas composiciones junto con otras variedades u otro tipo de plantas bajas.
Sin embargo, a veces los problemas ocurren, y no es de extrañar que alguna que otra vez nos preguntemos por qué mi geranio tiene las hojas amarillas. Para encontrar la respuesta, tenemos que saber primero algunas de sus características principales, y, después, podremos comenzar a tratarla.
Frío
El geranio es una planta herbácea que, si bien puede cultivarse en el exterior durante todo el año en climas cálidos y templados, con la llegada del invierno, cuando las temperaturas bajan de los 15ºC, su crecimiento se tiene. Esto en sí no es un problema, ya que necesita »descansar» para poder tener fuerzas en primavera, pero si el mercurio del termómetro sigue descendiendo y se sitúa por debajo de los 0º, entonces sus hojas amarillearán y caerán, ya que no soportan las heladas.
¿Qué hacer? Si la temperatura baja de los -2ºC, lo más recomendable es tenerlo dentro de casa hasta que regrese el buen tiempo.
Exceso de riego
El riego es lo más importante para las plantas que están siendo cultivadas. Pero a menudo pensamos que, cuanta más agua les demos, mejor será, cuando la realidad es muy distinta. Tanto si regamos poco o mucho, los geranios van a tener problemas. En el caso del exceso de riego, empezará amarillear por las hojas inferiores, las cuales terminarán cayendo. Además, se verá mustia, como triste.
¿Qué hacer? Lo más aconsejable es extraer la planta de la maceta, envolver el cepellón con papel absorbente, y dejarla así en un lugar protegido del sol directo hasta que la tierra se haya secado por completo. Después, la volvemos a plantar en su recipiente, y la tratamos con fungicida en spray para prevenir la aparición de hongos.
Falta de riego
Los geranios necesitan riegos muy frecuentes, especialmente en verano, durante el cual se aconseja regar unas tres veces por semana. Pero cuando regamos menos de lo necesario, las hojas amarillearán y se verán tristes. Asimismo, pueden abarquillarse al mismo tiempo que los bordes se secan.
¿Qué hacer? Regar, por supuesto. Cogeremos la maceta y la introduciremos en un bol con agua hasta que la tierra quede bien empapada. Así la planta podrá recuperarse rápidamente.
Sustrato pobre en nutrientes
Si plantamos el geranio en una maceta y no lo trasplantamos poniéndole sustrato nuevo cada dos años, al final lo que va a pasar es que las raíces se van a quedar sin nutrientes y la planta va a comenzar a debilitarse.
¿Qué hacer? Además de trasplantarlo cada dos años, es muy importante abonarlo desde primavera hasta otoño con abonos para plantas de flor, siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.
Ahora que sabemos por qué las hojas pueden volverse amarillas, podremos tener unos geranios preciosos 😉 .