Cuando una planta empieza a pasarlo mal, a menudo son las hojas las que muestran síntomas más graves. Si además tenemos en cuenta que ellas son la parte de la planta más visible, no es de extrañar que los humanos nos preocupemos cuando dicho ejemplar lo estamos cultivando nosotros, y aún más si se trata de un hibisco que hasta hace poco se veía sano y precioso.
¿Por qué mi hibisco tiene hojas amarillas? ¿Qué es lo que está pasando para que estén perdiendo su color verde original? Son varias las posibles causas, así que en este artículo vamos a hablar de todas.
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Está pasando frío
Imagen – Flickr/Repositorio Digital: Flora de la Mitad del Mundo, UETMM
La primera causa de la que voy a hablarte es una que tiene una solución muy sencilla, pero solo si se toman medidas a tiempo, y no es otra que la de que el hibisco esté pasando frío. Sí, es una planta que no resiste muy bien las temperaturas por debajo de los cero grados; de hecho, el hibisco rosa de China prefiere que se mantenga siempre por encima de esos cero grados. Tan solo el hibisco rosa de Siria, o también llamado altea, puede aguantar las heladas (hasta los -12ºC) sin sufrir daños irreversibles.
Pero, ¿cómo saber si lo que tiene es frío? Bueno, los síntomas se verán muy, muy pronto, ya durante el episodio de frío. Es por eso por lo que nos puede llamar mucho la atención ver un hibisco verde y completamente sano un día, y al día siguiente verlo hecho polvo (por ejemplo), o solo con algunas hojas amarillas en el caso de que no lo haya pasado demasiado mal.
¿Solución? Pues si tenemos la planta en maceta, lo mejor es cambiarla de sitio, y llevarla dentro de una habitación con luz. Pero si está en el jardín, entonces lo que haremos será envolverla con una tela antiheladas (puedes comprarla aquí).
Esas hojas están llegando al final de su vida
Otra causa es la de que las hojas simplemente se estén muriendo porque han llegado al final de su vida. Y es que aunque tengamos una planta de hoja perenne, eso no significa que mantenga todas las hojas durante todo el tiempo. De hecho, cada una de esas hojas tiene una esperanza de vida limitada, que en el caso de los hibiscos es de unos pocos meses.
Así, si vemos que las hojas más bajas empiezan a ponerse amarillas y a caer, y no hay más síntoma que ese, entonces podremos dar por hecho que no le ocurre nada de lo que debamos preocuparnos. Pero, insisto, no tiene que haber más síntomas: el arbusto se tiene que ver sano, con un buen crecimiento.
Hay algún problema con el riego
Esta es una causa que puede hacernos perder la planta si no tomamos medidas a tiempo. Y es que tanto la falta como el exceso de agua pueden dañar, y mucho, a las raíces y por ende también al resto del hibisco. Es por eso por lo que es tan, pero tan importante comprobar la humedad de la tierra de las macetas o del jardín, ya que tanto si le echamos más agua de la que necesita como si nos quedamos cortos, nuestro arbusto no estará sano.
Pero una vez que ya empieza a tener las hojas amarillas, hay que saber primero cuál es el problema. Para ello, te diré cuáles son los síntomas tanto de la falta como del exceso de riego:
- Falta de riego:
- Las hojas nuevas amarillearán primero, y luego el resto.
- La tierra estará muy seca, incluso puede verse agrietada.
- Si la planta está muy grave, es común que tenga plagas como cochinillas.
- Exceso de riego:
- Las hojas más bajas -las inferiores- empezarán a amarillear, y después las demás.
- La tierra estará muy húmeda, tanto que si tienes la planta en maceta y coges esta, notarás enseguida que pesa mucho.
- Dependiendo de lo grave que esté, pueden aparecer hongos patógenos como el Phytopthora, los cuales dañarán a las raíces.
¿Qué hacer? Si nuestro hibisco tiene las hojas amarillas por falta de agua, lo que haremos será regarlo. Cogeremos una regadera, y le echaremos agua hasta que la tierra quede bien humedecida. Y a partir de ahí, lo regaremos más seguido. En el caso de que tenga plagas, lo trataremos con algún insecticida específico.
Si por el contrario tiene exceso de agua, lo que haremos será aplicarle un fungicida lo antes posible (en venta aquí) para impedir que los hongos lo dañen (o lo dañen demasiado si es que ya lo han empezado a hacer). Asimismo, tendremos que suspender los riegos para que la tierra pueda empezar a secarse.
Pero además, será muy importante que nos aseguremos que el hibisco está en el sitio adecuado. Me explico: si está en maceta, esta tiene que tener agujeros en su base, y estar llena con sustrato de calidad (puedes comprarlo aquí) que drene bien el agua, como los de las marcas Westland o Fertiberia por ejemplo.
Si está en el jardín, habrá que ver si la tierra tiene buen drenaje; es decir, si es capaz de absorber y de filtrar rápido el agua, ya que si no es así, lo mejor será sacar la planta de ahí y ponerla en una maceta (en primavera).
Como ves, hay varias causas por las que el hibiscus puede terminar con hojas amarillas.
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