La cicuta es una hierba de ciclo bianual, esto es, que germina, florece, fructifica y finalmente se marchita en dos años, que podemos encontrar en los jardines abandonados, en los escombros o incluso en las calles. Esto representa una gran preocupación, especialmente cuando se considera por qué no cultivar cicuta en espacios donde hay niños o mascotas.
Puede ser bonita, pero es la más peligrosa que habita en los paisajes ibéricos. Es muy tóxica ya que posee alcaloides como la coniína, los cuales una vez ingeridos producen síntomas tan serios como la paralización de los nervios sensitivos y motores que derivan en una parálisis general.
¿Cómo es la cicuta?
La cicuta, cuyo nombre científico es Conium aculatum, es una especie herbácea originaria de Europa y del Norte de África que crece cerca de fuentes de agua, como ríos, además de en terrenos abandonados con suelos pobres. Se caracteriza por alcanzar una altura de entre 1,5 y 2,5 metros de altura, con tallos huecos y estriados los cuales se cubren con hojas tripinnadas y verdinegras. Si tienes dudas sobre cómo identificar plantas similares, es recomendable consultar más sobre especies de la familia Apiaceae.
Sus flores son pequeñas, blancas, y surgen en umbelas de entre 10 y 15cm de diámetro. Una vez que son polinizadas, se forma la semilla, la cual es pequeña y de color negruzco. Toda la planta desprende un olor nauseabundo al romperla o restregarla.
Toxicidad de la cicuta
Esta es una planta que se usó como veneno en la Antigua Grecia para acabar con la vida de los condenados. Los alcaloides tóxicos se encuentran en toda la planta, especialmente en los frutos. Además, tiene el inconveniente de que se parece demasiado a otras plantas que sí son comestibles, como el perejil, el anís o la zanahoria, por lo que es fácil confundirla. Para entender mejor estas confusiones, es bueno conocer más sobre otras plantas venenosas en España.
Sin embargo, ante la duda es mejor no acercarse, ya que podríamos acabar sufriendo una parálisis general si nos excediéramos con la dosis. En el caso de intoxicación, los primeros síntomas son: náuseas, vómitos, dolores intestinales y dificultad para hablar.
Si deseas saber más sobre los mecanismos de defensa de las plantas, la cicuta es un claro ejemplo de cómo la naturaleza ha diseñado algunas especies para sobrevivir a través de su toxicidad.
La cicuta es una hierba peligrosa, por lo que no conviene arriesgarse. Si deseas más información sobre el tema, sería útil leer sobre cuidado con las plantas venenosas.