Imagen – Flickr/Lon&Queta
¿Por qué se secan las palmeras? Estas plantas, que son aparentemente muy resistentes y que incluso pueden soportar las rachas de viento más fuertes si están bien arraigadas al suelo, también pueden tener algún que otro problema a lo largo de su vida.
Y es por eso por lo que es tan importante informarse sobre las especies que nos gustaría cultivar, puesto que solo de esta forma evitaremos gastar dinero y tiempo en vano. Ahora bien, hasta la planta más adaptada puede secarse si no tiene sus necesidades cubiertas.
Existen varios motivos por los que una palmera puede secarse. A continuación, vamos a explicar en detalle cada uno de ellos para que te sea más fácil identificar el problema de tu planta:
Se está quemando
Imagen – Flickr/Scot Nelson
Ya sea por estar en una exposición directa al sol, o bien porque le da el reflejo del sol estando en casa por ejemplo. Los síntomas se verán pronto, al cabo de pocas horas o al día siguiente, pero solo los mostrarán aquellas hojas que hayan estado expuestas; el resto se mantendrá intacto. Dichos síntomas son:
- Manchas que aparecen rápido en algunas hojas, pudiendo ser color amarillo o marrón dependiendo de su gravedad.
- En algunas palmeras, las hojas pueden verse como »caídas».
Para corregir este problema, bastará con cambiar la planta de sitio, a un lugar más protegido.
Frío
Aunque hay muchas palmeras que resisten las temperaturas bajo cero, son muchas más las que no pueden soportarlo. Y es que la gran mayoría de especies se encuentran en las regiones tropicales y subtropicales del mundo. Por eso, si quieres cultivar algunas en el jardín, tendrás que informarte primero cuál es su rusticidad. Y aún así, has de tener en cuenta que si son jóvenes, podrían necesitar algo de protección.
Pero, ¿cómo podemos saber que una palmera está teniendo frío? Los síntomas podrían confundirse con los del exceso de riego, pero la principal diferencia es el tiempo que tardan en aparecer y lo rápido que puede llegar a empeorar la planta. Veamos cuáles son:
- Manchas amarillas, marrones o negras -todo dependerá de lo mucho que haya sufrido la palmera- que aparecen en las hojas y en el tallo poco después de haber estado expuesta a las bajas temperaturas.
- La planta deja de crecer. Esto se ve fácilmente en plantas que están realmente sanas y verdes. Bajan las temperaturas, y su crecimiento primero se ralentiza y luego se para.
¿Solución? Protegerla, por supuesto. Puedes hacerlo con una tela antiheladas o metiéndola dentro de casa.
Sed
Imagen – Wikimedia/Forest & Kim Starr
El agua es vida como se suele decir, pero solo en su justa medida. Aquellas palmeras propias de las regiones áridas o semi-áridas, como por ejemplo las Washingtonia, muchas Phoenix (como la P. dactylifera), o los Nannorhops, están bien adaptadas a esas condiciones, pero no así las Dypsis, Chamaedorea, Chambeyronia, y muchas, muchas otras.
Para saber si la palmera está pasando sed, tendremos que fijarnos en las hojas y, también, en la tierra:
- Hojas: en un primer momento se pueden llegar a plegar, y si la situación se prolonga, empezarán a secarse de las puntas hacia atrás. Las que lo pasan peor son las nuevas, ya que como son las que están más lejos de las raíces, son las últimas en recibir el agua que estas les hace llegar a través de los vasos conductores.
- Tierra: la tierra de una palmera que está pasando sed está muy seca. Puede que sea de mala calidad y que, por consiguiente, le cueste absorber el agua, y/o puede que simplemente no se riegue con la frecuencia adecuada.
En ciertos casos, también podría verse afectada por cochinillas u otras plagas. Por ejemplo, si en ese momento es verano y la palmera está fuera, es probable que se convierta en víctima de alguno de estos insectos patógenos.
La solución pasa por rehidratar la tierra y aumentar la frecuencia de riego. También puede ser necesario cambiarle el sustrato si es de mala calidad.
Se está ahogando (exceso de agua)
El exceso de agua ahoga a las raíces y acaba con la vida de la palmera. En base a mi experiencia, es muy, muy difícil recuperar una que ha recibida demasiada agua, y aún más si los hongos ya han aparecido. Por eso, es importante no solo controlar los riegos, comprobando la humedad de la tierra antes de regar, sino también identificar los primeros síntomas de debilidad de la palmera.
Para saber si tiene este problema, también nos fijaremos en las hojas y en la tierra:
- Hojas: empezarán a secarse, primero las más »viejas», y luego las siguientes. Esto es así porque las primeras en recibir el agua son las que están más cerca del sistema de raíces, es decir, las hojas inferiores. Además, también pueden plegarse, pero cuando esto pasa normalmente es porque las raíces están muy dañadas. Los hongos aparecen pronto.
- Tierra: está muy húmeda, y pesa bastante en comparación con cuando está seca. Puede crecer verdina.
Para tratar de salvar la palmera hay que suspender los riegos inmediatamente y aplicarle un fungicida. Asimismo, si está en una maceta sin agujeros o dentro de un tiesto que no los tiene, la tendremos que sacar de ahí y plantarla en un recipiente que cuente con varios orificios en su base.
Esperamos que te haya servido.
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