Por qué las hojas de mi prímula se ponen amarillas

Por qué las hojas de mi prímula se ponen amarillas

La prímula es una planta capaz de llenar de color cualquier rincón con sus pequeñas pero llamativas flores y, por eso, todos queremos que esté en las mejores condiciones posibles. Sin embargo, no siempre lo logramos. Veamos cuáles son las razones de las hojas amarillas en la prímula y qué podemos hacer para evitarlo.

Aunque es una planta bastante resistente y que se adapta bien a diferentes ubicaciones y suelos, bajo ciertas condiciones sus hojas pueden mostrar signos de podredumbre. Cuando esto sucede, hay que tomar medidas lo antes posible para evitar que el daño se vuelva generalizado.

Cuidados básicos que necesita una prímula

Cuidados básicos que necesita una prímula

Para asegurar que esté saludable y nos regale sus flores, a esta planta debemos darle unos cuidados que muy sencillos:

  • Ubicación. Esta especie prefiere las ubicaciones en las que recibe luz indirecta o sombra parcial. En exteriores se adapta bien en zonas con una sombra ligera, mientras que en interiores es bueno que reciba luz brillante pero no directa.
  • Temperatura. Prefiere temperaturas frescas que se mantengan entre 10º y 18º C, así que hay que evitar exponerla a temperaturas extremas tanto por calor como por frío.
  • Riego. Es importante que el sustrato esté ligeramente húmedo, pero no encharcado. El riego se realiza cuando la capa superior está seca al tacto. Además, se aconseja regar directamente la base de la planta, evitando mojar las hojas.
  • Fertilización. Es recomendable aplicar un fertilizante equilibrado para plantas con flor cada cuatro o seis semanas durante la primavera y el verano.
  • Poda. Hay que retirar las flores marchitas para fomentar la nueva floración, y también las hojas secas o dañadas para prevenir que el resto se pongan enfermas y garantizar una buena circulación del aire.
  • Plagas y enfermedades. Es especialmente sensible frente a pulgones, ácaros o cochinillas, por lo que hay que revisar regularmente sus hojas y aplicar insecticida si es necesario.

Hojas amarillas en la prímula, ¿qué le pasa a mi planta?

Hojas amarillas en la prímula, ¿qué le pasa a mi planta?

Si una hoja se pone amarilla, no pasa nada, el problema viene cuando nos damos cuenta de que hay varias hojas que se están amarilleando, porque es signo de que la planta no está tan sana como debería.

Esto puede suceder por varios motivos:

Podredumbre por exceso de agua

Una de las causas más habituales de las hojas amarillas en la prímula es la podredumbre por exceso de agua, que aparece cuando hemos regado demasiado la planta y hemos “ahogado” las raíces. Como consecuencia, las hojas se ponen amarillas y se caen.

La solución pasa por revisar el suelo y comprobar si está drenando bien. Si no es así, le podemos añadir un poco de perlita o de arena para que evacúe mejor el agua. Además, tenemos que ajustar a la baja la frecuencia de riego.

Si la planta está en muy malas condiciones, desentiérrala y revisa las raíces. Si ves que están blandas y oscuras, recórtalas, deja secar y vuelve a plantar en un suelo fresco y bien drenado.

Deficiencia de nutrientes

Otra causa habitual por la que la prímula se amarillea es porque no está recibiendo todos los nutrientes que necesita. En este caso, lo más probable es que lo que le falte sea nitrógeno.

La solución es tan sencilla como aplicar un fertilizante equilibrado para plantas con flores. Por muy enferma que veas tu planta, no abuses de este producto, ya que una sobrefertilización es tan mala para la prímula como la falta de nutrientes. Aplica siempre siguiendo las instrucciones del fabricante en cuanto a cantidad y periodicidad.

Otra forma de aportar nutrientes es mejorando la calidad del suelo, añadiendo compost que puede ser incluso casero.

Enfermedades fúngicas

Detrás de las hojas amarillas en la prímula con frecuencia se encuentran los hongos. Enfermedades como el mildiu o la roya causan el amarillamiento de las hojas, y se suelen desarrollar por una exposición de la planta a un ambiente excesivamente húmedo y poco ventilado.

Empieza asegurándote de que haya una buena circulación alrededor de la planta, para lo que deberías separarla unos centímetros de las que tenga a su alrededor, o bien cortar algunas hojas.

Además, limita el riego y asegúrate de que el agua no queda estancada en la base de la planta, para que no le afecte la humedad.

Si notas signos evidentes de infección fúngica, entonces aplica un producto adecuado. Como con el fertilizante, no te excedas, usa el fungicida siguiendo de forma estricta las instrucciones del fabricante, o podrías acabar matando a tu prímula.

Daño por plagas

Algunas plagas provocan el debilitamiento general de las plantas, y uno de sus signos más visibles es que las hojas adquieren un tono amarillento y se acaban cayendo.

Si tu prímula tiene hojas amarillas y no es por ninguna de las causas que hemos visto hasta ahora, revisa a fondo las hojas y el tallo para detectar la presencia de insectos como pulgones o ácaros. Puedes aplicar métodos naturales de control como el jabón insecticida o productos químicos, pero te recomendamos probar primero con productos naturales.

Estrés ambiental

Los cambios bruscos de temperatura, la exposición directa al sol, e incluso el trasplante, generan estrés en las plantas, y es normal que algunas hojas se amarilleen. Para evitarlo, intenta someter a la prímula al menor estrés posible, absteniéndote de cambios significativos durante la época de crecimiento.

Hojas amarillas en la prímula, ¿se pueden cortar?

Si notas que las hojas tienen un daño severo, lo mejor es que las cortes, para evitar que la planta esté consumiendo energía en mantener hojas enfermas. Además, con esta poda también previenes la propagación de enfermedades.

Para retirar las hojas dañadas utiliza unas tijeras de podar que estén limpias y afiladas. Desinfectarlas con una solución de alcohol o lejía diluida antes de podar, y vuelve a desinfectarlas tras su uso, así evitas la propagación de enfermedades entre plantas.

Retira las hojas que estén completamente amarillas, secas o marchitas. Si hay hojas que no están dañadas enteramente, pero parecen mostrar síntomas de plaga o enfermedad, también es aconsejable que las elimines.

Haz el corte desde la base, cerca del punto de unión entre la hoja y el tallo. Realiza un corte limpio y preciso que elimine todos los restos de hoja, para que la zona no se convierta en un foco de infección.

Aprovecha esta labor de mantenimiento para aportar un poco de fertilización, y monitoriza la planta durante las semanas siguientes para comprobar si evoluciona adecuadamente.

Las hojas amarillas en la prímula no siempre son sinónimo de grandes problemas, pero es importante tratarlas lo antes posible.


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