El verano es una de las estaciones que puede gustar a muchos. Pero no a las plantas. Porque la estación del calor y los días más largos trae consigo problemas de los cultivos en verano que, en condiciones extremas, pueden hacer que estos mueran inevitablemente.
Las altas temperaturas, los riegos, plagas o incluso la deshidratación son algunos de esos problemas que deberías tener muy en cuenta porque son, principalmente, los motivos por los que pierdes cultivos y plantas todos los veranos. Te hablamos de todos ellos.
Deshidratación
Puede parecer una controversia, ¿verdad? Sin embargo, sí ocurre. Las plantas se pueden deshidratar, sobre todo en verano. Uno de los problemas de los cultivos en verano tiene que ver con el agua.
Si bien más adelante vamos a hablarte del riego en sí, en este caso nos centramos en la deshidratación. Es decir, en que la planta pierde el agua que puede almacenar, o beber al regar, bastante más rápido debido al calor.
Si tus cultivos están al sol, o incluso en semisombra o en sombra completa, puede ocurrirles esto. Se caracteriza porque, al elevarse la temperatura y el sol calentar más, se produce un ambiente muy seco que absorbe el agua de las plantas. Es decir, que aunque la riegues, parte de esa agua que has usado, no va a consumirla la planta, sino que se evapora por el aire.
Por ejemplo, imagina que tienes cultivos de sandía, que, como sabes, requiere de riegos abundantes. Pues bien, si tú riegas de igual forma que en primavera, lo normal es que la planta, en los meses de más intensidad de calor, pierda agua y se deshidrate porque no puede “alimentarse” de la que realmente necesita.
Los síntomas que te ayudan a detectar si esto le está pasando a tus cultivos son los siguientes:
- Hojas enrolladas o dobladas.
- Hojas desprendidas o que se le caen fácilmente.
- No parece que la planta crezca.
- Hojas amarillas o blancas
- Hojas muy finas que parecen una hoja de papel o menos.
- Aspecto caído.
En caso de que detectes esto, lo mejor que puedes hacer es intentar proteger esos cultivos del sol y proporcionarles humedad y un riego más abundante (sin pasarte, claro).
Fluctuaciones de humedad
Piensa en un día de verano. Te levantas y, con suerte, la temperatura es agradable. Pero conforme pasan las horas esta va subiendo para después bajar unos grados (salvo en momentos en que se mantienen temperaturas altas las 24 horas).
La planta tiene que resistir las horas de que se compone el día el calor y las temperaturas. Pero también las fluctuaciones de humedad que vienen por:
- La bajada de temperaturas por la noche.
- Los riegos.
- Los cambios de temperatura y olas de calor.
En el caso de los cultivos, una de las consecuencias de las fluctuaciones de humedad se nota en los frutos de estos. Si están rajados, es porque han sufrido este problema.
Por eso, para evitarlo, lo mejor que puedes hacer es hacer riegos más cortos, con menos agua, pero que sea mucho más frecuentes.
Tu objetivo es conseguir que la humedad del suelo sea constante, o casi, y así ni los cambios de temperatura ni el riego en sí o las olas de calor harían mella.
Altas temperaturas
Las altas temperaturas son una de las características del verano. Y cada año son mayores y se mantienen altas durante más días (a veces las 24 horas del día). Si los humanos sufrimos y tenemos que poner remedio para aliviarlo, ¿te imaginas los cultivos?
Ellos también tienen un mecanismo para esas altas temperaturas: aumentar su tasa de respiración. Así es como resisten el calor y siguen adelante. Pero no sin consecuencias.
Cuando las plantas y cultivos aumentan esa tasa de respiración lo que ocurre es que el proceso de la fotosíntesis disminuye. Exacto, es uno de los motivos por los que tu cultivo puede parecer que no avanza o se ha quedado parado. Además de esa disminución de la fotosíntesis, hay otro aspecto negativo: la liberación de radicales libres. Estos dañan a la planta si esta no está sana.
En consecuencia, verás que tus cultivos son menos vigorosos, que se producen desequilibrios energéticos o incluso que los nutrientes que le das a la planta no se absorben como en otras estaciones.
Es más, cuando esas plantas de los cultivos se encuentran al límite, se produce la senescencia, que no es otra cosa que la autodestrucción de sus células, algo que puede ocurrir tanto de forma interna como externa. ¿Visualmente? Hablamos de que la planta se va marchitando por zonas para intentar salvarse.
Riego y estrés hídrico
El riego es uno de los cuidados fundamentales de las plantas y los cultivos. Por eso, cualquier problema relacionado con él, puede hacer que estas se vean en un problema.
En concreto, entre los problemas de los cultivos en verano, te enfrentas a lo que se llama el estrés hídrico. Esto es la falta de agua que necesita la planta para poder crecer y desarrollarse de manera óptima.
Es decir, que tus cultivos te están demandando más cantidad de agua que la que realmente le das. Y si tienes en cuenta que esa agua que le das no se la toma el cultivo en sí, sino que parte de ella se absorbe por el ambiente, eso hace que las plantas que tengas cultivando no reciban la cantidad necesaria de agua.
Ahora bien, debes comprender que el estrés hídrico en las plantas no ocurre sólo por la falta de agua. A esto se le suma también las altas temperaturas, la sequía e incluso, en ocasiones, el uso de productos químicos para fortalecer los cultivos.
Plagas habituales
Por último, las plagas. No es que sean exclusivas de esta estación estival, pero sí es verdad que es en verano cuando más problemas dan a los cultivos.
La observación constante y la prevención son tus mejores armas para conseguir evitar este problema. Y como dependiendo del cultivo que sea habrá unas plagas más habituales que otras, no podemos darte una pauta general para ellas.
Eso sí, podemos decirte que las plantas sí te darán señales, de ahí el que las observes, para que, a la mínima que notes cambios, puedas actuar.
Como ves, problemas en los cultivos en verano hay muchos y ponen en riesgo la salud de las plantas, así como el desarrollo de sus frutos. Si te preparas, y preparas los cultivos para el verano, podrás tener más probabilidades de salir adelante con ellos. ¿Has tenido problemas esta estación con tus cultivos?