Problemas más comunes en el cultivo de la Dichondra repens y soluciones eficaces

  • La Dichondra repens destaca por su bajo mantenimiento y estética densa
  • Identificar y solucionar a tiempo enfermedades fúngicas y plagas es esencial
  • Un riego bien gestionado y el control de malas hierbas evitan la mayoría de problemas
  • El clima y el uso afectan la durabilidad y aspecto de esta cobertura vegetal

Dichondra repens.

La Dichondra repens es una planta tapizante cada vez más popular entre quienes buscan alternativas de bajo mantenimiento al césped tradicional. Sin embargo, como ocurre con cualquier especie, su cultivo no está exento de desafíos que pueden poner en jaque tanto su salud como su aspecto ornamental.

Esta guía reúne las mejores prácticas y consejos sobre siembra, mantenimiento, identificación de plagas y enfermedades, métodos preventivos y respuestas profesionales para cada complicación típica en el cultivo de la Dichondra repens.

¿Por qué elegir Dichondra repens como cobertura de suelo?

Dichondra repens se ha convertido en una opción muy valorada para cubrir suelos gracias a su crecimiento rastrero, su capacidad para formar una alfombra densa y verde y la facilidad de adaptación a condiciones diversas de luz y suelo. Sus hojas redondeadas y su color intenso aportan una estética suave y homogénea, especialmente atractiva en jardines ornamentales, zonas de sombra parcial y áreas donde no conviene un césped tradicional.

Entre sus principales ventajas destacan su bajo mantenimiento cuando está bien establecida, su resistencia moderada a la sequía, la escasa necesidad de siega y su adaptabilidad tanto a sol como a sombra parcial, con un buen comportamiento incluso en áreas costeras gracias a su tolerancia a la salinidad.

Preparación del terreno y siembra

Para lograr un cultivo exitoso de Dichondra repens, lo primero es preparar adecuadamente el suelo:

  • Escoge una zona con buen drenaje y exposición solar moderada: crece bien a pleno sol, pero tolera la sombra parcial. Evita áreas compactas o con tendencia a encharcarse.
  • Limpieza y labranza: elimina las malas hierbas y escombros, y afloja la tierra hasta unos 15 cm de profundidad para mejorar el arraigo y el movimiento del agua.
  • Mejora del suelo: incorpora compost o materia orgánica para aumentar la fertilidad y favorecer el drenaje. Si el suelo es muy arcilloso, mezcla algo de arena gruesa.

La siembra puede realizarse en primavera o a principios de verano, cuando las temperaturas oscilan entre 20 y 25°C. Esparce las semillas de manera uniforme a razón de unos 10 gramos por metro cuadrado y cúbrelas ligeramente con tierra. Es fundamental mantener el sustrato húmedo hasta que germinen, proceso que suele durar entre 7 y 14 días.

Riego: El punto justo entre humedad y sequía

El riego es uno de los aspectos más críticos en el éxito de la Dichondra repens. Durante la etapa de establecimiento, el suelo debe permanecer uniformemente húmedo pero nunca encharcado, ya que el exceso de agua es la puerta de entrada a enfermedades fúngicas y pudrición radicular. Una vez la planta esté asentada, puedes espaciar los riegos, siempre de manera profunda y espaciada para estimular raíces profundas y un follaje más resistente.

En verano, serán suficientes entre 2 y 3 riegos semanales —ajustando según las lluvias y temperatura ambiental—. Recuerda: evita los riegos superficiales y frecuentes, que favorecen enfermedades y raíces poco vigorosas.

Fertilización y poda: Clave para un crecimiento saludable

Mata de dichondra repens.

Dichondra repens no requiere grandes aportes de fertilizante, pero responde muy bien a una fertilización equilibrada, especialmente al inicio de la primavera y entrada el otoño. Se recomienda un abono balanceado (NPK 10-10-10) en dosis moderadas para evitar un crecimiento excesivo que, paradójicamente, pueda incidir en la aparición de enfermedades.

La poda o corte no es obligatoria y debe hacerse solo ocasionalmente para favorecer un porte más denso y compacto, con una altura ideal de 3-5 cm. Este sencillo mantenimiento ayuda a obtener una cobertura uniforme y a prevenir problemas estéticos y fitosanitarios.

Manejo y control de malas hierbas

Uno de los desafíos más habituales, sobre todo en las primeras fases tras la siembra, es la rápida invasión de malas hierbas. Dichondra repens, si bien crece de forma densa, puede verse superada por ciertas hierbas más agresivas durante su establecimiento.

  • Deshierbe manual: fundamental en las primeras semanas tras la siembra, para evitar competencia directa por nutrientes y espacio.
  • Herbicidas selectivos: si la presencia de malezas de hoja ancha es considerable, pueden emplearse productos específicos para no dañar la dichondra. Siempre elige fórmulas seguras y respeta las dosis recomendadas.
  • Prevención: una cobertura densa limita el crecimiento de nuevas malas hierbas.

Problemas frecuentes en el cultivo de Dichondra repens

Son varias las complicaciones que pueden surgir en el día a día del cultivo de Dichondra repens. A continuación, repasamos los problemas más habituales y sus soluciones detalladas.

1. Pudrición de raíces y enfermedades fúngicas

La pudrición radicular es uno de los problemas más serios para la Dichondra repens y suele estar provocada por un exceso de riego, sustrato mal drenado o lluvias prolongadas. Los síntomas más claros incluyen:

  • Hojas amarillas, caídas o con crecimiento atrofiado.
  • Raíces blandas, oscuras y con olor desagradable.
  • Pérdida de densidad en el tapizado.

Ante la sospecha de pudrición, conviene extraer una muestra y revisar las raíces. Elimina las zonas afectadas con herramientas limpias y replanta en tierra fresca y aireada. Para prevenir nuevos episodios, reduce el riego, airea el sustrato y mejora el drenaje. Se pueden utilizar funguicidas orgánicos como el aceite de neem o productos químicos como iprodiona o fenhexamida, pero siempre comprobando primero en una pequeña superficie la tolerancia de la planta.

Síntoma Descripción
Raíces blandas y oscuras Raíces con textura pastosa y coloración oscura, a menudo con olor a moho o podredumbre
Olor desagradable Desprende olor similar al moho o putrefacción
Hojas amarillentas Color amarillento generalizado, comenzando por las inferiores
Crecimiento atrofiado Falta de desarrollo o freno en el crecimiento de la cobertura

2. Plagas: insectos, caracoles y babosas

Las plagas pueden debilitar rápida y visiblemente la Dichondra repens. Los problemas más habituales suelen estar causados por:

  • Pulgas y gusanos cortadores: provocan daños notables en las hojas. En estos casos, realiza inspecciones frecuentes y emplea insecticidas apropiados o control manual si la infestación es pequeña.
  • Babosas y caracoles: suelen hacer acto de presencia en ambientes húmedos o zonas de sombra. En estos casos, elimina restos vegetales y aplica barreras físicas o productos específicos bajo las recomendaciones del fabricante.

3. Quemaduras foliares y daños por el clima

La exposición a luz solar directa y muy intensa, altas temperaturas o vientos resecos puede causar quemaduras en las hojas (bordes marrones o marchitos). Para minimizar este riesgo, es conveniente:

  • Ofrecer sombra parcial durante las horas centrales del día en días especialmente calurosos.
  • Proteger la planta de corrientes secas y mantener un nivel de hidratación adecuado pero sin encharcar.

En invierno, en áreas frías, la Dichondra repens puede perder color y entrar en latencia, recuperando su vitalidad con la llegada de la primavera. Durante estos meses hay que reducir el riego y evitar el tráfico intenso sobre la cobertura.

4. Problemas por tráfico y pisoteo

La Dichondra repens no soporta el tránsito intensivo, motivo por el cual se recomienda limitar el uso de este tapiz vegetal a zonas poco transitadas o de función principalmente decorativa. La presencia de mascotas o actividades frecuentes pueden causar calvas y erosionar el follaje. Si aparecen zonas despobladas, siembra de nuevo en las áreas afectadas o utiliza pequeños tepes para recuperar la cobertura.

5. Descoloramiento y problemas estéticos

Durante el invierno, la Dichondra puede “hibernar”, tornándose marrón y perdiendo parte de su atractivo. Este fenómeno es normal y la planta tiende a rebrotar con fuerza en los meses cálidos. No requiere intervención más allá de retirar hojas secas y ajustar el riego.

Prevención y recomendaciones para el éxito

Flor de dichondra repens.

  • Evita la sobre-fertilización: el exceso de abono favorece enfermedades fúngicas y crecimientos desequilibrados.
  • Mantén el terreno aireado y bien drenado: es la clave para prevenir pudriciones y problemas radiculares.
  • Realiza inspecciones frecuentes: detecta plagas y enfermedades en fases tempranas para facilitar su control.
  • Controla el tráfico: limita el uso si tienes niños o mascotas para evitar daños irreversibles.
  • Deshierba manualmente cuando sea necesario: especialmente durante los primeros meses tras la siembra.
  • Aplica acolchados orgánicos o coberturas naturales para reducir la aparición de malas hierbas y conservar la humedad en verano.

Métodos de control y gestión de Dichondra repens cuando se comporta como invasora

En algunos contextos, especialmente en huertas o cultivos de hortalizas, la Dichondra repens puede manifestarse como invasora. Su rápido crecimiento y capacidad de propagación le permiten competir con cultivos más sensibles, reduciendo su producción y dificultando el trabajo.
Para evitar estos problemas, existen diversas estrategias:

  • Eliminación manual: arranca las plantas invasoras a mano, especialmente en pequeñas superficies o cuando la infestación aún es baja.
  • Herbicidas selectivos: utiliza productos que no afecten a los cultivos deseados y respeta siempre las recomendaciones de seguridad y aplicación.
  • Métodos orgánicos: emplea vinagre blanco como herbicida natural, acolchados con materiales orgánicos o simplemente limita el acceso de luz al tapiz no deseado para debilitarlo.
  • Mantén la huerta bien cubierta: una plantación densa de cultivos o el uso de acolchados naturales ayuda a prevenir la expansión de la Dichondra repens en zonas no deseadas.

Ventajas y desventajas de tener Dichondra repens en el jardín o la huerta

Antes de escoger Dichondra repens como tapiz vegetal, evalúa sus puntos fuertes y débiles:

  • A favor: bajo mantenimiento, escasa necesidad de siega, buen aspecto ornamental, efecto tapizante y resistencia a la sombra y a la sequía moderada.
  • En contra: escasa tolerancia al tráfico intenso, susceptibilidad a ciertas plagas y enfermedades en condiciones desfavorables, cierta sensibilidad al frío, competencia con malas hierbas en la fase inicial y mayor coste de establecimiento en comparación con algunas alternativas.

Cuidados adicionales y consejos prácticos

Para mantener la Dichondra repens en su mejor estado durante años, considera estos aspectos:

  • Propagación: puede multiplicarse por semillas o división de plantas con raíces.
  • Mantenimiento en invierno: en climas fríos, reduce el riego, protege de heladas y evita pisar la superficie si está cubierta de nieve.
  • Observa regularmente: cualquier cambio en el color, densidad o aspecto del tapiz puede indicar problemas de riego, plagas o enfermedades.
  • Elige un sistema de riego eficiente: el goteo es la opción más recomendada para evitar encharcamientos y mantener el suelo en condiciones favorables.

Seguir las mejores prácticas en el cultivo de Dichondra repens garantiza un espacio verde resistente, atractivo y duradero. La prevención de plagas, el correcto manejo del riego, el control de malas hierbas y la atención a posibles enfermedades contribuyen a mantener un jardín de alta calidad estética y funcional, en espacios privados o públicos.

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