Qué es un fertilizante

Un fertilizante es una sustancia que contiene los nutrientes necesarios para los vegetales

Mucho se habla de la importancia de cuidar las plantas y los cultivos: El riego, la poda, la fertilización… ¿Pero qué es exactamente un fertilizante? ¿Para qué sirve? Si no lo tenéis del todo claro, os recomiendo que sigáis leyendo, pues responderemos a ambas preguntas.

En este artículo explicaremos qué es un fertilizante y para qué se utiliza. Además, comentaremos los diferentes tipos que hay y cuáles son sus principales ventajas. ¡Espero que esta información os resulte útil e interesante!

¿Qué es un fertilizante y para qué sirve?

El fertilizante es un material cuya función principal es proporcionar elementos nutrientes a las plantas

Comencemos respondiendo a la pregunta principal: ¿Qué es un fertilizante? Se trata de cualquier sustancia, ya sea orgánica o inorgánica, que contiene los nutrientes necesarios para los vegetales en una forma asimilable para los mismos. Además, pueden tener más efectos, como incrementar o al menos mantener el contenido de los nutrientes en el suelo, aumentar la calidad del sustrato o ayudar al crecimiento de las plantas, entre otros. Algunos ejemplos de fertilizantes ecológicos o naturales son el popular estiércol, mezclado y elaborado con diversos desechos de la agricultura, como podría ser el forraje, y el guano, el cual se forma mediante los excrementos de diversas aves.

Cabe decir que los vegetales no necesiten compuestos complejos, como lo son los aminoácidos o las vitaminas que sí son esenciales para el ser humano, si no que ellos mismos sintetizan lo que requieren. Hay un total de 17 elementos químicos que tienen que presentarse de una manera que las plantas sean capaces de absorberlos, como por ejemplo el nitrógeno. Este se puede administrar en forma de compuestos de amonio, amoníaco puro, urea o nitratos. Todas estas maneras tienen la misma eficiencia.

Existe una definición de abono establecida por el reglamentos de abonos de la UE, y es la siguiente: «Material cuya función principal es proporcionar elementos nutrientes a las plantas». Cuando aportamos abono a la tierra, a esta acción se la llama «fertilización». Junto a las enmiendas, los abonos forman parte de los denominados productos fertilizantes. Llegados a este punto hay que destacar que el fertilizante no es lo mismo que el abono. Si queréis conocer la sutil diferencia entre ambos conceptos, echadle un vistazo a este artículo: Diferencias entre abono y fertilizante.

Ya desde la antigüedad se llevan utilizando los abonos. Antiguamente se añadían al suelo diferentes elementos:

  • Los fosfatos de los huesos, que podían estar calcinados o no.
  • El potasio de las cenizas.
  • El nitrógeno de las deyecciones de animales y de humanos.

¿Cuáles son los tres tipos de fertilizantes?

Existen diferentes tipos de fertilizantes

Ahora que ya sabemos qué es un fertilizante, cabe decir que, generalmente, se distinguen sobre todo tres tipos diferentes. Sin embargo, los fertilizantes se pueden clasificar en cuatro grupos, incluso cinco si contamos los biofertilizantes. Veamos cuáles son:

  • Fertilizantes inorgánicos: Tal y como nos indica su nombre, estos fertilizantes no están hechos a partir de materia orgánica. Su producción se lleva a cabo de forma industrial. Para ello se transforman ciertos componentes en un tipo de solución nutritiva para los vegetales, todo a través de un proceso químico. Este tipo de fertilizante presenta una gran ventaja, y es que los nutrientes que aportan pueden ser utilizados inmediatamente por las plantas. Algunos de ellos se elaboran directamente con los nutrientes principales de la tierra: Fósforo, potasio y nitrógeno.
  • Fertilizantes orgánicos: Al contrario que los anteriores, estos sí se elaboran a partir de materia orgánica. Estos derivan sobre todo de restos vegetales y/o animales. La participación del ser humano a la hora de crear este tipo de fertilizante es muy poca, por no decir nula. Son muchas las ventajas que ofrecen los fertilizantes orgánicos, siendo la principal el efecto positivo que ejerce tanto en la estructura como en la composición del suelo. Un ejemplo muy utilizado en la agricultura es el estiércol.
  • Abonos orgánico-minerales: Estos fertilizantes de producen a partir de materia orgánica, pero además se añadan nutrientes de origen mineral durante la fabricación. Su ventaja principal es que reúnen en un único producto nutrientes y materia orgánica para el cultivo.
  • Algas marinas, extractos húmicos y aminoácidos: Las algas son un tipo de fertilizante orgánico que no sólo mejora el suelo, si no que además estimula el cultivo de una manera sostenible. En cuanto a los extractos húmicos, también son orgánicos y estimulan la fertilidad de la tierra. Por último, los aminoácidos ayudan a mejorar aquellos cultivos que se encuentran bajo estrés, pues facilitan que las plantas se nutran usando menos energía.

¿Qué son los biofertilizantes?

Ya hemos comentado qué es un fertilizante y qué tipos existen, pero más recientemente se han empezado a utilizar mucho los biofertilizantes en la agricultura. ¿Pero qué son exactamente? Pues bien, básicamente se trata de unos productos compuestos por ciertos microorganismos, entre los cuales se encuentran sobre todo bacterias y hongos. Estos compuestos ayudan a mejorar la calidad del suelo y a aumentar la cantidad de nutrientes para el vegetal. En definitiva: La aplicación de biofertilizantes posibilita incrementar el rendimiento de los cultivos.

Son varias las ventajas que ofrece este tipo de fertilizante, pero las más destacables son las siguientes:

  • Incrementa la fertilidad del suelo y la biodiversidad.
  • Ayuda a proteger el medio ambiente.
  • Contribuye a la fijación del carbono en el suelo y a la absorción del agua.
  • Hace que los cultivos agrícolas sean más sostenibles.
  • Favorece la materia orgánica que se encuentra en la tierra.

Sin embargo, existe otro producto mediante el cual podemos conseguir los mismos objetivos: Los activadores de suelo. A pesar de no aportar organismos vivos a la tierra, sí que incrementan la presencia tanto de hongos como de bacterias que ya se encuentran en el suelo de forma natural.

Como podéis ver, el mundo de los fertilizantes es bastante amplio y el mercado nos da varias opciones para elegir. Estas mezclas o compuestos son de gran ayuda para enriquecer el suelo y conseguir un mejor desarrollo de las plantas. Si bien es cierto que cada caso es particular, lo más recomendable es siempre optar por soluciones sostenibles para contribuir a la protección del medio ambiente y de nuestro planeta.


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