La cochinilla lapa es uno de esos insectos que se pueden convertir en un quebradero de cabeza para nosotros si su presencia en nuestras plantas empieza a ser masiva.
Vamos a ver cómo es, por qué es peligrosa y qué podemos hacer si al revisar nuestras plantas nos damos cuenta de que está haciendo de las suyas.
¿Qué es la cochinilla lapa?
Es un insecto de pequeño tamaño pero con un hambre voraz, como ocurre con la mayor parte de las especies de cochinillas.
Lo que la diferencia de otras variedades es que tiene unos rasgos físicos que la hacen fácilmente identificable:
- Forma. Su cuerpo suele ser redondo u ovalado, muy similar al de la lapa marina. De hecho, de ahí le viene su nombre.
- Tamaño. Son insectos pequeños que apenas miden unos pocos centímetros.
- Color. Puede variar según la especie concreta, pero lo habitual es que su cuerpo tenga un tono marrón oscuro o negro. No obstante, las podemos encontrar en tonalidades más claras, e incluso rojizas.
- Escudo protector. Su rasgo más distintivo es que cuenta con un caparazón que hace las veces de escudo para proteger su cuerpo. Es duro, ceroso y tiene la apariencia de una pequeña costra.
- Patas. Aunque resultan muy difíciles de apreciar a primera vista, lo cierto es que esta cochinilla tiene unas pequeñas patas que le facilitan el desplazamiento.
¿Por qué la cochinilla lapa es una amenaza para nuestras plantas?
A pesar de que es un insecto pequeño, el daño que puede causar en las plantas es bastante grande.
Se alimenta de la savia de las plantas, privando a estas de los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse de una forma saludable.
Además, las cochinillas lapa excretan una sustancia pegajosa (melaza) que recubre las hojas y los tallos y dificulta el proceso de fotosíntesis. Además, resulta que la melaza es un manjar para las hormigas, por lo que puede hacer que también tengamos una plaga de estos insectos.
Por si esto fuera poco, la melaza crea un ambiente húmedo que es perfecto para el desarrollo de un hongo negrilla que recubre las hojas y los tallos, obstruyendo los poros y dificultando todavía más la respiración a nuestra planta.
Por mucho que nos guste la biodiversidad, hay que tratar las infestaciones de cochinilla lapa porque:
- Debilitan las plantas.
- Afectan a su capacidad para hacer la fotosíntesis.
- Favorecen el desarrollo de otras plagas y las infecciones por hongos.
¿Cómo se combate la cochinilla lapa?
Podemos enfrentarnos a ella con diferentes métodos:
Insecticidas ecológicos
Lo mejor de estos productos es que son efectivos frente a los insectos y respetuosos con las plantas. Por eso, te recomendamos que siempre pruebes con productos ecológicos antes de recurrir a los químicos.
Los de uso más habitual son estos:
- Jabón potásico. No es efectivo frente a la cochinilla lapa porque su caparazón la mantiene a salvo. Sin embargo, si es útil para eliminar la melaza. Pulverízalo disuelto en agua cada siete días sobre la totalidad de la planta.
- Aceite de neem. No es inmediato, pero es bastante efectivo, porque actúa a largo plazo. Se encarga de provocar cambios a nivel interno en las cochinillas, causando que dejen de alimentarse y de reproducirse.
- Tierra de diatomeas. Contiene sílice, que es un componente que consigue deshidratar a los insectos, causando su muerte.
Si la plaga no es grave, puedes recurrir a eliminar la cochinilla lapa directamente de forma manual, aplicando sobre ellas un bastoncillo o algodón empapado en alcohol para que se desprendan. Lo malo de este método casero es que seguro que te pasan inadvertidos algunos huevos y en muy poco tiempo volverás a ver cochinillas en tus plantas.
Otra alternativa natural es atraer insectos que se alimentan de estas cochinillas, como las mariquitas o las crisopas.
Insecticidas químicos
Si la plaga tiene tal entidad en que resulta imposible controlarla con los insecticidas ecológicos, no queda más remedio que buscar un producto comercial específico para la cochinilla lapa. En este caso, se trata de insecticidas basados en ingredientes activos como el piretro y la imidacloprid.
Para protegerte a ti y a tus plantas, utiliza el producto con los medios de protección adecuados y siguiendo las instrucciones del fabricante. No lo apliques en días de mucho viento para que no se acabe extendiendo por todos lados.
Aislamiento
Si una de tus plantas está muy afectada, lo mejor que puedes hacer es ponerla en un lugar alejado del resto de las plantas para evitar el contagio.
Una vez que hayas puesto fin al problema podrás devolverla a su ubicación original.
Consideraciones adicionales
Ya te advertimos que acabar con una plaga de este tipo no es sencillo ni rápido, porque estamos ante un insecto bastante resistente. Es más, los huevos pueden resistir tratamientos incluso con productos químicos.
No nos queda más remedio que ser muy insistentes, pero sin abusar de los insecticidas para no acabar dañando a la planta afectada.
Además, una vez que te hayas desecho de este tipo de cochinilla, es absolutamente necesario que limpies las hojas con agua jabonosa para eliminar la melaza y así evitar que lleguen las hormigas o que crezcan hongos.
Más vale prevenir que curar
Siempre es mejor adoptar medidas preventivas antes que tener que afrontar una plaga. En este caso, lo que puedes hacer para evitar que la cochinilla lapa se adueñe de tu jardín es:
- Revisa tus plantas de forma regular. Mira bien las hojas por todos lados y también los tallos. No te olvides de los recovecos, porque es ahí donde estos insectos suelen depositar los huevos.
- Si detectas alguna cochinilla o huevos, procede a retirarla manualmente lo antes posible y aplica un tratamiento preventivo con aceite de neem o jabón potásico.
- Mantén tus plantas lo más limpias posible, libres de hojas y ramas secas que puedan atraer a estos insectos.
- Una planta sana es menos susceptible a plagas e infecciones, así que procura darles a tus plantas los nutrientes que necesitan y un riego adecuado.
La cochinilla lapa puede llegar a ser una plaga muy molesta y persistente, así que lo mejor es prevenir y, en caso de detectar su presencia, actuar lo antes posible para evitar grandes perjuicios.