Venga, que los cactus están de moda, sobre todo los tipos de cactus sin espinas. ¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en un cactus? Lo sé: que son fáciles de cuidar y te van a durar más que la última orquídea que compraste… y en sus pinchos. Hoy te traemos un contenido muy completo en el que reunimos especies sin pinchos, diferencias con otras suculentas, usos decorativos y cuidados para que aciertes eligiendo y manteniendo tus plantas.
¿Qué son los cactus sin espinas y por qué elegirlos?
Los cactus sin espinas pertenecen a la familia Cactaceae, igual que cualquier cactus. La clave es que han reducido o perdido las espinas por adaptación. Siguen conservando algo exclusivo de los cactus: las areolas, pequeños puntos desde los que surgen espinas, flores o brotes. En algunas especies también se aprecian tricomas (pelusilla blanca). La mayoría de cactus son originarios de América, con hábitats que van desde desiertos a selvas.
Son una opción fantástica si compartes hogar con niños o mascotas. Aun así, conviene conocer cada especie: algunas, como el Lophophora williamsii o el Trichocereus (Echinopsis) pachanoi (San Pedro), contienen alcaloides psicoactivos y su cultivo está regulado en distintos lugares.
¿Cactus sin espinas o planta crasa? Aprende a diferenciarlos
Todos los cactus son suculentas, pero no todas las suculentas son cactus. La diferencia práctica: los cactus siempre tienen areolas. Muchas plantas confundidas con cactus sin espinas, como Sansevieria (Dracaena) o Crassula lycopodioides (Cordón de San José), son suculentas no cactáceas. Y existen cactus atípicos, como Pereskia, con hojas verdaderas. Distinguirlos te ayudará a dar el cuidado adecuado.
- Cactus Santa Teresita (Schlumbergera spp.)
- Chaute (Ariocarpus retusus)
- Peyote (Lophophora williamsii)
- Nopal sin espinas (Opuntia cacanapa ‘Ellisiana’)
- Astrophytum asterias
- Pitahaya (Selenicereus undatus)
- Blossfeldia liliputana
- Cactus muérdago o dedos de muerto (Rhipsalis baccifera)
- Hatiora spp.
- Cactus orquídea (Epiphyllum spp.)
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Tipos de cactus sin espinas
Peyote (Lophophora williamsii)
Pequeño y aplanado, de color verde azulado, muestra gajos redondeados con pelusilla blanca en las areolas. Produce flores rosadas en el centro. Es de crecimiento lento. Contiene mescalina; su comercio y cultivo pueden estar regulados. No tiene espinas visibles.
Peyotillo o Astrophytum asterias
Con forma de estrella, sin espinas, luce puntitos blancos sobre el cuerpo verde. La flor es amarilla con centro anaranjado. De tamaño pequeño, ideal para colecciones en maceta.
Sombrero de obispo (Astrophytum myriostigma, var. nudum sin espinas)
De costillas bien marcadas y aspecto escultórico, puede alcanzar gran tamaño con los años. La superficie aparece cubierta por una fina capa blanquecina y florece en amarillo desde la parte superior.
Chaute (Ariocarpus retusus)
Cactus sin espinas con roseta de tubérculos triangulares que recuerda a una planta de piedras. Muy apreciado por coleccionistas, de crecimiento lento y floración vistosa.
Blossfeldia liliputana
Considerado el cactus más pequeño. Forma minúsculas bolas verdes que habitan en grietas de roca. No tiene espinas y su cultivo es delicado.
Cactus orquídea (Epiphyllum spp.)
Cactus epífitos de tallos planos y alargados, sin espinas aparentes, famosos por sus grandes flores que a menudo se abren de noche. Prefieren luz filtrada. Dentro del grupo, Epiphyllum anguliger destaca por sus tallos lobulados y flores blancas y aromáticas de gran tamaño; se adapta bien al interior y conviene evitar el sol directo.
Cactus muérdago (Rhipsalis spp., R. baccifera)
Género epífito con tallos colgantes cilíndricos o aplanados. Originario de zonas tropicales de América y África. A diferencia de otros cactus, agradece riego algo más frecuente: 1–2 veces por semana y, en época calurosa, hasta unas 3 semanales, siempre con sustrato drenante. Para evitar posibles problemas, consulta enfermedades comunes en cactus.
Schlumbergera spp. (Cactus de Navidad o Santa Teresita)
Con segmentos planos y sin espinas, florece en tonos rosas, rojos o blancos durante los meses fríos. Perfecto para interior luminoso sin sol directo.
Nopal sin espinas (Opuntia cacanapa ‘Ellisiana’)
Una Opuntia cultivada por carecer de espinas y gloquidios. Ideal para exterior a pleno sol, muy resistente y de bajo mantenimiento.
Pitahaya (Selenicereus undatus)
Trepador epífito de gran vigor, con espectaculares flores nocturnas. Hay selecciones con espinas muy reducidas; requiere soporte y clima suave. Para ampliar tus conocimientos, revisa cómo cultivar cactus pitahaya.
Hatiora spp. (incl. Hatiora pentaptera)
Epífitos brasileños de tallos articulados, sin espinas, que producen pequeñas flores amarillas o blancas. Conviene proteger del sol directo.
San Pedro (Trichocereus/Echinopsis pachanoi)
Cactus columnar alto, de rápido crecimiento y costillas suaves, generalmente con espinas muy reducidas o ausentes en algunas formas. Tradicionalmente usado con fines rituales, contiene mescalina. Originario de la cordillera andina.
Opuntia consola rubescens
Muy decorativa: de perfil casi invisible y, en época cálida, produce flores naranjas o amarillas que contrastan con areolas claras y verde intenso. Apta para pleno sol y riego moderado.
Disocactus ackermannii
Cactus colgante sin espinas, con flores rojas a mediados y finales de primavera. Se puede cultivar al aire libre en sombra luminosa, evitando las condiciones de sol directo.
Colocación y Feng Shui: ¿tienen cabida?
En Feng Shui se desaconsejan espinas o puntas en zonas de descanso. Con los cactus sin espinas, la energía visual es más suave. Pueden usarse en áreas donde no interfieran con la armonía, como ventanas o pasillos, aportando simbolismo de resiliencia y beneficios prácticos como mejorar el ambiente.
Cuidados esenciales
– Luz: La mayoría prefieren luz abundante sin sol directo prolongado, especialmente los epífitos (Rhipsalis, Epiphyllum, Hatiora, Schlumbergera). Las Opuntia y algunos columnar es toleran pleno sol tras aclimatación.
– Riego: Deja secar parcialmente el sustrato. Como guía doméstica: en maceta de plástico cada 10 días en estaciones templadas y en barro cada 15 días. En época fría, riega lo mínimo si están fuera y, en interior, aproximadamente una vez al mes. Los epífitos como Rhipsalis admiten 1–2 riegos semanales y, con calor, hasta 3, siempre sin encharcar. Para evitar problemas, consulta también .
– Sustrato y maceta: Mezcla muy drenante (mineral + materia orgánica) y macetas con buen orificio. Evita platos con agua estancada.
– Plagas y hongos: Son sensibles a podredumbres. Resulta útil un fungicida preventivo un par de veces al año y vigilar cochinillas y ácaros.
– Ambiente: Ventilación y cambios térmicos moderados favorecen la floración. En interior, evita corrientes de aire caliente o radiadores.
No todos los cactus tienen espinas. Estos suaves y curiosos ejemplares te lo demostrarán con estilo y sin pinchazos. Conociendo las diferencias con otras suculentas, eligiendo especies para tu espacio (interior luminoso, exteriores soleados o rincones colgantes) y aplicando riego medido y sustrato drenante, podrás disfrutar de un conjunto variado y seguro, desde los colgantes Rhipsalis y Epiphyllum hasta joyas compactas como Astrophytum, Lophophora, Ariocarpus u opciones paisajísticas como Opuntia sin pinchos.