Es habitual que tanto las plantas de interior como las de exterior sufran enfermedades provocadas por hongos o plagas en algún momento. Factores como el exceso de humedad, el calor y la falta de aireación favorecen su aparición, poniendo en riesgo la salud de las plantas. Para combatirlos sin químicos agresivos, existen fungicidas y repelentes naturales muy eficaces que ayudan a prevenir y eliminar problemas comunes en jardinería y huerto.
¿Cómo prevenir la aparición de hongos?
Los hongos conviven en el jardín de forma invisible y se activan cuando las condiciones les favorecen: humedad alta en el sustrato o ambiente y temperaturas templadas. Tras lluvias seguidas de sol conviene extremar la vigilancia. La mejor defensa es una cultura preventiva que evite el exceso de agua y mejore la ventilación.
- Evitar el riego excesivo y asegurar un buen drenaje (retira el agua del plato de la maceta).
- Colocar las plantas en lugares bien iluminados y ventilados.
- Regar el sustrato sin mojar en exceso hojas y flores.
- Respetar distancias entre plantas para que circule el aire.
- Podar partes afectadas y desinfectar herramientas tras cada uso.
Si la planta sufrió plagas chupadoras (pulgón, cochinilla o mosca blanca), limpia hojas y tallos con jabón potásico para retirar la melaza que favorece la fumagina. Revisa el envés de las hojas y tallos en busca de manchas o polvos anormales.

Cómo reconocer los hongos más frecuentes
- Roya: pústulas naranjas abultadas en el envés de las hojas (típica en hortalizas).
- Mildiu: manchas amarillas o rojas y esporas blancas por el envés (grave en cucurbitáceas y vid).
- Oídio: polvo blanquecino superficial en hojas tiernas.
- Negrilla o fumagina: película negra asociada a melaza de plagas chupadoras.
- Botritis: moho gris y podredumbre en flores, hojas y frutos.
- Monilia (a veces citada erróneamente como “Molinia”): manchas grisáceas en flores, ramas y frutos que pueden desecar los tejidos.
- Damping off (Pythium y afines): colapso del tallito en semilleros.
Fungicidas caseros eficaces
Bicarbonato sódico
Altera el entorno ácido donde prosperan los hongos. Mezcla 1 cucharada de bicarbonato y 1 cucharada de jabón neutro en 1 L de agua y pulveriza toda la planta. Variante preventiva: 1 cucharada de bicarbonato + 200 ml de leche desnatada en 1 L de agua, aplicando cada 15 días; la leche aporta calcio y potasio. Para más detalles sobre el uso de fungicidas ecológicos, visita cómo hacer biofungicidas para jardines.
Ajo
Potente bactericida y fungicida. Tritura 100 g de ajo por 1 L de agua, deja reposar, cuela y pulveriza en focos activos. Útil frente a botritis, roya y damping off. Más información en el pulgón y cómo controlarlo.
Vinagre
Reduce el pH en superficie e impide la proliferación fúngica. Diluye 1 cucharada en 1 L de agua y aplica en hojas, evitando excesos y suelos calcáreos sensibles.
Té de manzanilla
Aporta azufre y compuestos antifúngicos; previene el damping off en semilleros y ayuda contra mildiu y roya. Infusiona 1–2 bolsitas en 1 L de agua y pulveriza sustrato y follaje.
Purín de ortiga
Multifunción: fortalece, nutre y actúa como preventivo/curativo. Macera 100 g de ortiga en 1 L de agua durante 15 días removiendo a diario. Diluye 200 ml en 1 L y pulveriza planta y tierra. Para más información, consulta cultivo y cuidados de la rúcula.
Cola de caballo
Rica en sílice, refuerza paredes celulares y dificulta los hongos. Macera 25 g en 1 L de agua durante 24 h. Diluye 100–200 ml por 1 L y aplica de forma preventiva. Más detalles sobre sus aplicaciones en cuidados de la gardenia.
Capuchina e infusiones útiles
La capuchina funciona como fungicida y repelente (mildiu, oídio, botritis, chancro). En semilleros la canela en polvo es un recurso rápido contra mohos. Para más información sobre plantas repelentes, visita plantas que ahuyentan a la mosca blanca.
Caldo bordelés (cobre)
Mezcla tradicional de sulfato de cobre e hidróxido de calcio; muy eficaz contra mildiu, tizones y chancros. Úsalo con precaución (posible fitotoxicidad), al aire libre, a dosis bajas y nunca en horas de sol fuerte. Aprende más en cómo eliminar los hongos de las plantas.
Repelentes e insecticidas ecológicos complementarios
- Ajo + cebolla + pimienta: licua 1 cabeza de ajo, 1 cebolla pequeña, pimienta cayena, agua y unas gotas de jabón como adherente; reposa, cuela y pulveriza.
- Hojas de tomate: macera 2 tazas de hojas en 4 tazas de agua, cuela y diluye; repele pulgones y orugas. Mantener fuera del alcance de mascotas.
- Tierra de diatomeas: polvo mineral que deshidrata insectos rastreros de forma natural.
- Trampas cromáticas amarillas: atraen y capturan mosca blanca y otros voladores.
- Aceite de neem (nim) y jabón potásico: dúo ecológico contra pulgón, cochinilla y mosca blanca.
- Aceite cítrico de naranja: con jabón suave y agua para hormigas y cucarachas en zonas no comestibles.
- Macerado de tabaco y spray de chile: repelentes puntuales de acción rápida.
- Té de jengibre: apoyo contra Tuta absoluta en solanáceas.
- Cáscaras de huevo: barrera física frente a babosas y caracoles.
- Ajenjo: macerado como repelente de ácaros, pulgones y hormigas.
- Nematodos beneficiosos: control biológico para larvas de escarabajos y otros.
Aplicación y frecuencia: buenas prácticas
- Como preventivo: cada 15 días alternando preparados para evitar resistencias.
- Tras lluvias: pulveriza 2 días seguidos cuando se seque el follaje.
- Si hay infección: una vez por semana y retira tejidos afectados (bolsa cerrada).
- Momento: primera hora o atardecer; evita el sol intenso y altas temperaturas.
- Floración: prioriza tratamientos después de la caída de la flor para proteger polinizadores.
- Seguridad: prueba en una hoja, usa guantes y gafas, no sobrepases dosis ni mezcles cobre con otros ácidos.
Alternativas ecológicas comerciales
En casos persistentes, el azufre en polvo (oídio) y el oxicloruro de cobre (mildiu) son opciones admitidas en agricultura ecológica si se usan con moderación. Complementa con jabón potásico, tierra de diatomeas y aceite de neem para un manejo integrado. Para más detalles, consulta .
Con vigilancia, riegos ajustados y el apoyo de estos repelentes y fungicidas naturales, tus plantas pueden mantenerse sanas sin recurrir a químicos de síntesis. Empieza por la prevención, actúa rápido ante los primeros síntomas y combina tratamientos suaves pero constantes para proteger tu jardín y huerto.