Rudbeckia: cuidados

Rudbeckia: cuidados

Cada planta tiene una serie de necesidades que hay que cubrir. La mayoría de ellas son muy parecidas, sobre todo si provienen de un mismo lugar o continente, mientras que otras son más específicas. Por eso, en esta ocasión queremos hablarte de la Rudbeckia, los cuidados que necesita y cómo es.

¿Sabes qué es una Rudbeckia? ¿Y si te decimos que proviene de la familia de los girasoles y sus flores son como las de las margaritas? Descubre todo lo que debes saber sobre esta planta.

Características de la Rudbeckia

Características de la Rudbeckia

La Rudbeckia también es conocida como Susans de ojos negros, un nombre peculiar para una planta; y coneflower. Se caracteriza por ser una planta herbácea de crecimiento recto que puede alcanzar los 90 cm de altura. Lo más llamativo de esta son el porte, ya que se parece a los girasoles, y las flores, que dan un aire a las margaritas. Estas son de color amarillo o naranja y en el centro tiene una especie de bolita negra.

Proviene de Estados Unidos y de Canadá, donde crece sobre todo en praderas, claros de bosque, sabanas secas, etc. De hecho, en Maryland es la flor oficial desde 1918.

Cuidados de la Rudbeckia

Cuidados de la Rudbeckia

Tener una Rudbeckia no es difícil, ni mucho menos, y tampoco necesita que se esté muy pendientes de ella puesto que es muy resistente. Sin embargo, sí es cierto que la Rudbeckia tiene algunos cuidados que hay que proporcionarle de forma adecuada para que no se debilite. Te hablamos de ellos.

Ubicación

En el caso de la ubicación, la Rudbeckia no precisa de mucho. Solo quiere un lugar que esté en pleno sol. ¡Le encanta pasar horas y horas al sol! Eso sí, si está en un clima cálido sería mejor que se le buscara un lugar en semisombra para evitar que la exposición solar pueda quemar los pétalos de las flores.

Temperatura

En la Rudbeckia, los cuidados con la temperatura no deben importarte mucho hasta que llega el invierno. Y más concretamente las heladas.

Tolera muy bien las altas temperaturas pero no así las heladas. Hay que protegerlas porque pueden mermar la salud de la planta.

Eso no quiere decir que si hace frío ya hay que meterla dentro de casa o proporcionarle una temperatura constante, ni mucho menos. Puede soportar el frío, e incluso heladas suaves, pero si la temperatura baja demasiado es cuando hay que tomar medidas.

Tierra

La Rudbeckia necesita una tierra que sea arcillosa y con materia orgánica. Si bien debe ser una que aguante la humedad, al mismo tiempo debe tener un buen drenaje, puesto que a esta planta no le gusta tener agua acumulada.

Por eso, a la hora de plantar Rudbeckia, uno de los cuidados que debes proporcionarle es llenar ese hueco antes de un poco de compost, de estiércol o de otro tipo de tierra orgánica que le dé una base de materia orgánica para ayudar a crecer mucho mejor.

Una vez plantada, si anual o bianualmente le echas un poco de compost te lo agradecerá.

Riego

El riego es uno de los cuidados de la Rudbeckia en el que tienes que tener mucho cuidado. Y es que es el más importante de todos ellos, y el que puede afectar a la salud de la planta.

Para empezar, debes saber que la Rudbeckia es una planta que necesita tener el suelo húmedo, que no encharcado. Por eso hay que regarla de manera frecuente. Pero no siempre. Solo en los meses de primavera, verano y otoño.

Normalmente, conforme las temperaturas van bajando, también hay que disminuir el riego hasta el punto de que prácticamente todo el invierno lo pasa sin riego.

Es importante que a la hora de echarle agua lo hagas siempre sobre el suelo, ya que si le echas a las hojas o flores puedes provocar que haya enfermedades fúngicas.

Floración

Al contrario que otras plantas de flores, en este caso la Rudbeckia no va a florecer en primavera, como casi todas, sino que lo hace en pleno verano y se mantiene floreciendo hasta el mismo otoño.

Es por este motivo que el abonado se hace de una forma diferente.

Abonado

como es la rudbeckia

Hablemos del abonado. Entre los cuidados de la Rudbeckia debes tener en cuenta que, por su floración, es importante que se abone durante más tiempo. Es decir, deberías empezar a final de la primavera y seguir abonando hasta el otoño, para darle fuerzas.

El mejor en este caso sería un fertilizante mineral. Debes seguir la recomendación del fabricante (aunque si echas menos no es malo), y añadirlo al riego cada 15 días aproximadamente.

Poda

Al ser una planta herbácea la Rudbeckia no necesita de una poda drástica. Sí tendrás que vigilar esas ramas que se queden secas o estén débiles para sanearla y que pueda seguir multiplicándose.

Pero más allá de eso no requiere una poda como tal, sino más bien de un mantenimiento para que pueda oxigenarse y tener todas sus ramas sanas.

Además, has de tener en cuenta que, cuando llega el invierno, la propia planta se marchita, y solo tienes que proteger la parte de las raíces, nada más. En primavera, si lo has hecho bien, verás que empieza a brotar de nuevo y vuelve al estado en que la tuviste en verano.

Trasplante

En cuanto al trasplante, si está en el suelo del jardín, por ejemplo, no es necesario que la trasplantes, aunque sí vendría bien que le echaras un poco de tierra nueva que ayude a solventar la que pueda haber perdido por el riego.

Si la tienes en maceta, entonces sí convendría que, al menos cada 2-3 años, la cambies, aunque no sea de tiesto, sí de tierra ya que los nutrientes de esta pueden agotarse.

Plagas y enfermedades

Debido a su alta resistencia y fuerza, las plagas y enfermedades habituales no le suelen afectar, con lo que tienes una ventaja con esta planta, y es que no tendrías que preocuparte porque fuera a morir por este problema.

Ahora bien, sí hay que tener en cuenta el riego, ya que si nos pasamos, las raíces pueden debilitarse, pudrirse y acabar con la Rudbeckia.

Multiplicación

Lo último que tenemos que comentarte es sobre la multiplicación de esta planta. Esta se puede llevar a cabo a través de semillas. Puedes recogerlas del verano y del otoño pero, hasta primavera, no es buena idea plantarlas.

Eso sí, ten en cuenta que ha de haber una separación entre semillas de, al menos, 50 cm ya que cada ejemplar necesita su espacio.

Para tener más suerte y que salgan todas ellas, un pequeño truco de expertos es ponerlas a una temperatura constante de 15-16 grados. De esa manera, en apenas 2-3 semanas tendrás los primeros brotes.

Como ves, la Rudbeckia no precisa de muchos cuidados. ¿Tendrías esta planta en tu jardín o terraza? ¿Te han quedado dudas? Coméntanos y trataremos de ayudarte.


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