La Sarcocornia fruticosa es una herbácea que pertenece a un grupo de seres vegetales muy curiosos: los halófitos; es decir, que viven en terrenos con gran presencia de sales. Se podría decir que son los descendientes de las primeras plantas; no en vano, fue en el mar donde se originó la vida hace unos 4.000 millones de años.
Nuestra protagonista es una especie que encontramos creciendo incluso a pocos metros del mar. Además, cuando florece, si bien sus flores son muy pequeñitas, como las produce en gran número destaca mucho entre la flora marina. ¿La conocemos? 🙂
Origen y características
Se trata de una planta herbácea perenne originaria de casi todo el mundo: Eurasia, norte de África, Polinesia, América Central y Suramérica popularmente conocida como sosa alacranera, hierba de cristal, almajo salado o sapina. Vive en los terrenos con gran cantidad de sales y húmedos, tales como las costas salinas y las marismas. Alcanza una altura de hasta 1,5 metros, con un porte erguido y tallos muy ramificados. Estos tallos son cilíndricos, de color verde y glabro, y pueden tener hojas sésiles muy pequeñas.
Las flores, que brotan en verano, se agrupan en inflorescencias con forma de espiga cilíndrica, siendo la central algo más grande que laterales. El fruto es un aquenio en cuyo interior encontramos semillas pardas o pardo-grisáceas.
¿Se puede cultivar?
¡Por supuesto! Entendemos que hay muchas otras plantas que tienen un valor ornamental mucho más alto, pero si vives cerca del mar te interesará cultivar especies que sean capaces de vivir, y vivir bien, en esas condiciones, y una de ellas es la Sarcocornia fruticosa.
Por eso, a continuación te decimos cuáles son sus cuidados:
- Ubicación: exterior, a pleno sol.
- Tierra: suelos neutros o alcalinos. Tolera los salinos.
- Riego: muy frecuente, evitando que la tierra se seque.
- Abonado: no es necesario.
- Rusticidad: resiste hasta los -7ºC.
¿Qué te ha parecido esta planta? ¿La conocías?