Para resolver la duda de si se pueden sembrar garbanzos envasados, lo primero que debemos tener en cuenta es que esta legumbre es la semilla de la planta.
Por eso, si plantamos un garbanzo, podemos ver germinar una planta en muy poco tiempo. Vamos a ver si esto es tan sencillo de conseguir con los garbanzos envasados.
Sembrar garbanzos envasados: sí, pero no
El garbanzo es una semilla de gran valor nutricional y muy apreciada a nivel mundial, porque ha sido y es un alimento esencial para la humanidad.
Si se te ha pasado por la cabeza la idea de sembrar garbanzos y hacerlo a partir de los que ya vienen envasados y que podemos encontrar en cualquier supermercado, debes tener claro que esta no es una buena idea.
Técnicamente podríamos conseguir una planta a partir de un garbanzo envasado, pero en la práctica va a ser muy complicado que llegue a germinar. ¿Por qué? Pues porque estas legumbres son sometidas a procesos como la pasteurización que hacen que pierdan su viabilidad como semillas. De hecho, si uno de estos garbanzos logra germinar, lo que vamos a obtener es una planta muy débil que tendrá serias dificultades para sobrevivir.
Pasos para sembrar garbanzos envasados
Si te gustan los retos y te has propuesto sacar una planta adelante a través de un garbanzo envasado, puedes seguir estos consejos para intentar obtener los mejores resultados posibles.
Selecciona bien las semillas
Procura escoger garbanzos que no estén dañados y que muestren una apariencia sana. Si están rotos o tienen algún tipo de decoloración será todavía más complicado que lleguen a germinar.
Además, lee bien la etiqueta del envase, porque necesitas trabajar con legumbres que no se hayan cocido ni tratado con aditivos químicos. Por desgracia, es complicado encontrar esto en el mercado.
Remoja las semillas
Ahora que tienes seleccionadas tus semillas, remójalas en agua a temperatura ambiente durante 24 horas. Esto lo hacemos para ablandar la cubierta de la semilla y activar el embrión, aumentando así las posibilidades de germinación.
Preparación del suelo
El éxito no solo depende de la semilla, también influye mucho el suelo.
Lo mejor es que este sea rico en nutrientes y tenga una buena capacidad de drenaje. Si vas a utilizar una maceta, necesitas un recipiente que tenga una profundidad mínima de 30 centímetros para que las raíces se puedan desarrollar bien.
Si siembras en el jardín, agrega a la tierra un poco de abono orgánico o de compost para mejorar su calidad.
Siembra
Para hacer la siembra realiza en el suelo surcos de entre tres y cuatro centímetros de profundidad, y procura dejar una distancia mínima de 10 centímetros entre una semilla y otra.
Una vez que todos los garbanzos están en su ubicación, cubre las semillas con tierra y compacta ligeramente el suelo para que la semilla tenga contacto con el sustrato y se pueda alimentar de él.
Riego y cuidados posteriores
Durante las primeras semanas tras la plantación riega suavemente, asegurándote de que el sustrato se mantiene húmedo pero no llega a estar encharcado. Porque no queremos que las semillas se pudran.
Cuando las plántulas empiecen a emerger y tengan ya unos centímetros de envergadura, puedes reducir la frecuencia de riego.
Control de plagas
Revisa periódicamente tus planta de garbanzos, porque son especialmente atractivas para los ácaros y los pulgones. Si notas su presencia, aplica lo antes posible un insecticida orgánico.
Los hongos también pueden hacer acto de presencia en tus plantas, especialmente si hay mucha humedad. Por lo que te aconsejamos que realices un monitoreo regular y tomes medidas si descubres que algo va mal.
Cosecha de los garbanzos
Si has conseguido hacer germinar los garbanzos envasados y que la planta sobreviva, llega el momento de recolectar la cosecha.
Puedes retirar las vainas con los garbanzos cuando notes que están secas y duras al tacto. Eso suele suceder entre tres y cuatro meses después de la siembra.
Corta la planta cerca del suelo y deja que la vaina se seque completamente, después ya puedes recolectarlas.
Consejos para conseguir mejores resultados al sembrar garbanzos envasados
Aquí tienes algunos tips útiles que te ayudarán a obtener una cosecha abundante y de calidad:
- No te saltes el paso de remojar los garbanzos. Esto es fundamental para reblandecer su cubierta y, si no lo haces, el proceso de germinación puede prolongarse más de lo deseable. Incluso puede ocurrir que la semilla nunca llegue a germinar.
- Asegúrate de que los garbanzos envasados que utilizas sean crudos y que en su manipulación no hayan sido tratados con productos químicos.
- Esta planta necesita mucha luz solar. Ubícala en un lugar en el que pueda recibir un mínimo de seis horas de luz cada día. Si no es así, la planta crecerá débil y es posible que no llegue a dar frutos.
- Controla el riego. Un exceso de agua puede acabar rápidamente con la planta. Necesitas mantener el suelo húmedo, pero sin llegar encharcarlo.
- Si alguna semilla no germina, prueba a darle un nuevo remojo de 24 horas y plántala en un suelo enriquecido con abono.
- Siembra en la época adecuada para incrementar tus posibilidades de éxito. Esta puede cambiar en función de la región, pero suele coincidir con los meses de primavera.
Si has conseguido obtener nuevas legumbres a partir de la siembra de garbanzos envasados, te damos la enhorabuena, porque no es nada sencillo. Disfruta de la cosecha y no te olvides de guardar algunos de los nuevos garbanzos para volver a plantarlos en la siguiente temporada. Como estos no han recibido ningún tipo de tratamiento, debería resultarte más fácil obtener más legumbres.
En caso de que tu experimento no tenga éxito, no desistas. Puedes plantar garbanzos en tu huerto a partir de semillas de garbanzo certificadas que puedes encontrar en tiendas de jardinería y a través de proveedores especializados. Son semillas especialmente seleccionadas para la siembra y su tasa de germinación es bastante alta. Seguro que obtienes un buen resultado.
Ya lo has visto, aunque sembrar garbanzos envasados es posible, siempre vas a obtener mejores resultados con semillas certificadas.