Si estás pensando en sembrar calabazas en casa para preparar platos exquisitos como sopas, dulces y obtener los mejores nutrientes, además de aportar un valor decorativo, debes saber que de mayo a principios de junio es la mejor época para hacerlo.
Es una experiencia muy gratificante poder tenerlas en tu jardín y disfrutarlas. Con un poco de planificación puedes hacerlo incluso si eres principiante porque en realidad es muy fácil.
Guía práctica para sembrar calabazas en el huerto
Esta guía fácil y práctica te explicará todo lo que necesitas saber para plantar calabazas con éxito y disfrutar de tu propia cosecha.
Elección del lugar
El primer paso para plantar calabazas es decidir el lugar en el jardín en el que te gustaría plantarlas, así como cuántas te gustaría cultivar.
También tienes que elegir la variedad ya que las encontramos en varios tamaños y colores, tienes que elegir la que mejor se adapte a las necesidades del clima y del espacio.
Las que son pequeñas y medianas son más fáciles de cultivar, las más grandes son las mejores opciones para decorar. También existen variedades arbustivas, pero ocupan más espacio en tu jardín.,
Las variedades pequeñas también las puedes cultivar en macetas, pero se desarrollan mejor en el suelo.
Dado que las plantas de calabaza necesitan mucha luz solar, asegúrate de elegir un lugar en el jardín que reciba al menos 6-8 horas de luz solar al día.
Prepara el suelo
El suelo debe tener buen drenaje, ya que las plantas de calabaza no prosperan en suelos encharcados o mal drenados. Una vez que hayas encontrado el lugar adecuado, el siguiente paso es prepararlo para la siembra.
Empieza por aflojar el suelo y dejar limpio el espacio. Debes quitar piedras, palos y malas hierbas.
Es importante mejorar el suelo, eso lo puedes hacer agregando una mezcla de abono, le estarás incorporando nutrientes que las plantas necesitan y también ayudará a mejorar la textura del suelo.
Puedes agregar compost casero. Si agregas mantillo es una buena opción para retener la humedad y eliminar las malas hierbas. El fertilizante adecuado tiene que ser rico en potasio. Agregarlo cada dos o tres semanas va a ayudar a fortalecer un crecimiento más sano y desarrollar los frutos.
Elección de las semillas adecuadas
Cuando se trata de elegir la variedad de calabaza adecuada para cultivar, hay literalmente cientos de opciones diferentes entre las que elegir.
Elige la que se adapte a tus gustos y condiciones de cultivo, como una variedad más pequeña para macetas o una más grande para zonas abiertas. Una vez que hayas decidido la variedad, asegúrate de comprar semillas de alta calidad en un vivero o proveedor de semillas de renombre.
Antes de plantar, es importante preparar también las semillas. Empieza por poner las semillas a remojo en un cuenco de agua durante 12-24 horas, lo que ayuda a ablandar la cubierta de las semillas y a fomentar su germinación más rápidamente.
Plantar y cuidar tus calabazas
Luego que tengas las semillas y el terreno preparados, el siguiente paso es plantarlas. Empieza haciendo agujeros en el suelo de unos 2,5 cm (1-2 cm) de profundidad, y coloca 2-3 semillas en cada agujero.
Cubre las semillas con tierra y apriétala suavemente para lograr un buen contacto con el suelo. Por último, riega bien la zona para que las semillas se asienten y fomentar la germinación.
A medida que sus plantas de calabaza empiecen a crecer, tienes que brindarle abundante agua y nutrientes. También puedes agregar mantillo en la base de las plantas para ayudar a retener la humedad del suelo y mantener a raya las malas hierbas.
Además, es buena idea vigilar la aparición de plagas y enfermedades, y tratar cualquier problema que surja para evitar que se propaguen.
Cosecha y almacena las calabazas
Las calabazas estarían prontas para cosechar en septiembre u octubre cuando hayan adquirido un color naranja brillante y un tallo duro. Pueden llevar entre 85 y 120 días en hacerlo dependiendo un poco de la variedad que hayas elegido.
Para cosecharlas, córtalas simplemente a 2,5 cm del extremo del tallo y colócalas en un lugar cálido, soleado y seco para que se curen durante unas semanas antes de almacenarlas.
Para almacenarlas tienes que hacerlo en un lugar bien ventilado a una temperatura de 10 a 15 °C y tener en cuenta que no se toquen unas con otras.
Dependiendo de la variedad, las calabazas se pueden conservar durante tres meses y hasta seis en condiciones ideales. Tienes que revisarlas para detectar signos de deterioro o podredumbre.
Consejos para tener una cosecha abundante
Recuerda que el riego en el momento adecuado es fundamental, ya que la falta de agua puede provocar que las calabazas sean muy pequeñas o irregulares.
Requieren un riego constante y equilibrado en toda su temporada de crecimiento. Una gran opción es utilizar un sistema de riego por goteo para regar de forma lenta pero profunda y equilibrada.
Aplica mantillo para controlar la humedad y las malezas y no tener que hacer el trabajo manual constantemente. Además, mantiene la humedad del suelo, es indispensable para el buen crecimiento el crecimiento.
Aplica el fertilizante de manera equilibrada porque de hacerlo en demasía puede resultar que crezcan vides muy grandes, pero con pocas calabazas.
Si observas ese problema reduce el fertilizante y revisa la polinización. Un buen consejo es aplicar sales de Epson, (sulfato de magnesio), en los bordes de las vides cuando empiezan a crecer. Este producto puede ayudar a brindar un vigor general a la planta en los suelos que son pobres en magnesio. Una cucharada alrededor de cada planta es suficiente.
Fomenta la polinización, es ideal para lograr un cultivo exitoso de calabazas. Para lograrlo evita insecticidas de amplio espectro durante la floración y agrega flores que atraen polinizadores cerca de las calabazas.
Revisa y actúa de manera inmediata contra las plagas como las babosas y caracoles, pulgones, araña roja y mosca blanca. También de enfermedades fúngicas como el mildiu polvoroso que puede causar una capa blanca y polvorienta en las hojas y tallos.
Revisa las plantas y destruye los insectos y los huevos de las plagas que veas, rocía las plantas con un chorro de agua fuerte para quitar los pulgones; y algo muy importante es ubicar las plantas separadas para que haya gran circulación de aire que es muy beneficiosa para evitar moho y hongos.
Realiza la cosecha en el momento adecuado. No dejes las calabazas maduras en especial si hace frío o llueve porque a pesar de ser resistentes pueden pudrirse o ser atacadas por insectos.
Ahora que has cultivado y cosechado con éxito tu propia calabaza, ha llegado el momento de disfrutar de los frutos de tu trabajo. Las calabazas son increíblemente versátiles y pueden usarse para una gran variedad de propósitos, como sopas, guisos, productos horneados e incluso en decoración del hogar para Halloween. Así que ahora es el momento de ¡disfrutar de tu cosecha casera!