Volvemos de nuevo a dedicar una entrada a una especie. Y qué mejor que empezar por uno de los árboles incluido en el programa raíces de la Expo 92. Hoy hablamos de la Tabebuia spp.
Es un árbol que anteriormente a la Expo de Sevilla no estaba tan difundido por España como lo está ahora, aunque es muy conocido en sus países de origen. Es por ello que fue un árbol enviado por varios países dentro del programa Raíces de Expo92. Algunas de las especies ya se conocían en Canarias, donde se adaptan bien en zonas templadas libres de heladas intensas.
Programa raíces
En este programa de inserción de especies, Paraguay envió dos especies de Tabebuia. Uno de ellos, el tajy, es su árbol nacional. Paraguay aportó Tabebuia impetiginosa (hoy aceptada como Handroanthus impetiginosus), conocida como tajy, y Tabebuia pentaphylla, llamada tajy hu. Argentina envió el lapacho rosado (Handroanthus avellanedae). Estas especies se introdujeron por primera vez en España en el marco de aquel intercambio botánico.
También Brasil envió una Tabebuia: Handroanthus heptaphyllus (antes Tabebuia heptaphylla), conocido como ipê rosa, un árbol de corteza pardo grisácea y flores grandes rosado violáceas que hoy es referente ornamental en muchas ciudades tropicales.
Originario de América
El género Tabebuia comprende especies de árboles o arbustos originarios de la zona intertropical de América, desde México y el Caribe hasta regiones de Sudamérica como Paraguay, Bolivia, Ecuador y el norte de Argentina. Parte de las especies tradicionalmente ubicadas en Tabebuia fueron segregadas al género Handroanthus, por lo que es frecuente encontrar nombres alternativos según la fuente taxonómica.
Pertenecen a la familia Bignoniaceae (tribu Tecomeae). En climas adecuados pueden alcanzar gran porte y son célebres por florecer en masa, a menudo cuando el árbol está sin hojas, creando un impacto visual muy notable en calles y parques.
Características botánicas y ecología
Muchas Tabebuia son caducifolias, con hojas palmadas de 3 a 7 foliolos elípticos u oblongos; en varias especies, los bordes pueden ser ligeramente dentados. Las inflorescencias suelen ser panículas terminales, y las flores muestran corolas tubulares o acampanadas, en tonos blancos, amarillos, rosados, lilas o rojos. En especies como T. rosea, las corolas pueden medir varios centímetros y presentar garganta amarilla al abrir, volviéndose pálida con el tiempo.
El fruto es una cápsula alargada que al abrirse libera semillas delgadas y aladas. Esta morfología facilita una dispersión anemócora eficaz, permitiendo que el viento traslade las semillas a distancia del árbol madre. La polinización es principalmente por abejas, que encuentran en las flores abundante néctar.
Según la especie y la región, la floración se produce al final de la estación seca o a inicios de la época lluviosa; en climas tropicales puede presentarse un segundo pulso floral más breve. Su longevidad es de varias décadas y el crecimiento va de medio a rápido en condiciones óptimas.
Cultivo y cuidados
Las Tabebuia necesitan suelos profundos, ricos en materia orgánica y con buen drenaje. Se adaptan también a sustratos más pobres si no hay encharcamientos prolongados. Prefieren un pH entre 5,5 y 7, con cierta tolerancia aproximada entre 4,5 y 8,5.
Requieren climas cálidos libres de heladas marcadas. Su desarrollo es óptimo con temperaturas templado cálidas, en torno a 20 27 ºC, y en regiones con precipitaciones elevadas cercanas a 1500 mm anuales. Algunas especies toleran inundación estacional. En altitud, muchas prosperan desde zonas costeras hasta aproximadamente 1600 m.
Es aconsejable ubicarlas en posiciones protegidas del viento fuerte, ya que las ramas pueden ser quebradizas. En ciudades, muestran buena tolerancia al esmog y su sistema radicular suele ser profundo, lo que reduce conflictos con pavimentos si se selecciona el lugar adecuado.
Sombra y espectacular floración
Las especies del género Tabebuia son arbustos o árboles de crecimiento lento a medio, pero con el tiempo pueden alcanzar grandes dimensiones, con copas amplias que proyectan excelente sombra. Muchas florecen antes de que salgan las hojas, lo que acentúa el efecto visual de la floración.
Las hojas, normalmente palmeadas, aportan follaje atractivo durante la temporada de crecimiento. En paisajismo urbano son muy valorizadas por su coloración floral masiva y por su capacidad de crear ejes ornamentales en avenidas, plazas y parques.
Valor ornamental y usos
Son árboles con una floración espectacular y un porte elegante, por lo que se emplean como ornamentales y de sombra. Además, su madera es apreciada en ebanistería y carpintería fina por su dureza, peso medio alto y resistencia a la humedad y a plagas. Se utiliza en muebles, pisos, chapas decorativas, gabinetes, botes, ruedas de carretas, artesanías y embalajes.
En agrosilvicultura, diversas especies se emplean como cerco vivo y para dar sombra a cultivos como café, yuca, maíz y cacao. Su copa provee microclimas favorables y aporta hojarasca que nutre el suelo. Se considera además un árbol con potencial restaurativo por su capacidad de adaptarse a distintos ambientes, favorecer la retención de humedad en época de defoliación y servir de refugio a la fauna.
El bonsái es otra aplicación interesante: especies como Tabebuia rosea pueden trabajarse con técnicas de poda y alambrado en climas cálidos, obteniendo miniaturas floridas muy llamativas.
Propagación
Se pueden multiplicar por semillas, esquejes (en verano) o acodos (en primavera). Las semillas, aladas y ligeras, no suelen requerir tratamientos complejos y germinan mejor en sustratos aireados y cálidos, con humedad constante sin encharcar. El trasplante al terreno definitivo conviene realizarlo cuando la plántula tenga un buen cepellón.
El crecimiento inicial puede ser ágil en condiciones favorables; conviene proteger los plantones del viento y del exceso de sol durante las primeras semanas, aumentando gradualmente la exposición.
Árboles conocidos en América
En este género hay muchos árboles reconocidos en América, de donde proceden. Como hemos indicado, el tajy (Handroanthus impetiginosus) es símbolo nacional en Paraguay, y el araguaney (Handroanthus chrysanthus) lo es en Venezuela. Otros nombres comunes incluyen roble amarillo, lapacho, apamate, ocobo, maculís y guayacán rosado.
- Handroanthus chrysanthus (araguaney): flores amarillas muy vistosas.
- Handroanthus chrysotrichus (ipê): floración amarilla intensa, a veces dos floraciones anuales.
- Tabebuia donnell smithii (primavera): ramilletes dorado intensos.
- Handroanthus impetiginosus (lapacho rosado): madera de gran calidad.
- Handroanthus ochraceus (cortez amarillo): apreciado como ornamental.
- Tabebuia rosea (apamate, ocobo): muy usado en ornamentación urbana por su resistencia y raíces profundas.
- Handroanthus serratifolius (lapacho amarillo): madera muy resistente.
- Handroanthus heptaphyllus (ipê rosa): floración rosado violácea.
Fitoquímica y precauciones
Entre los compuestos fitoquímicos destacados se encuentran naftoquinonas como el lapachol y la β lapachona, además de furanonaftoquinonas, antraquinonas, flavonoides, cumarinas e iridoides. Estos metabolitos han sido estudiados en laboratorio por sus actividades biológicas (antiinflamatorias, antimicrobianas, antipalúdicas y citotóxicas frente a líneas celulares).
Aun así, su uso con fines medicinales carece de evidencia clínica sólida para muchas de las afirmaciones tradicionales, y algunos compuestos muestran toxicidades relevantes. La corteza se ha usado en infusión en contextos tradicionales, pero no debe emplearse como sustituto de tratamientos médicos. Resulta prudente consultar con profesionales de la salud y evitar la automedicación.
Las Tabebuia pueden comportarse como potencialmente invasoras si se siembran fuera de su rango, debido a su dispersión por viento y buen vigor. Planificar la plantación y la gestión de semillas ayuda a prevenir escapes no deseados.
Tras su introducción en distintos jardines y proyectos de restauración, las Tabebuia han demostrado gran adaptabilidad, combinando belleza floral, servicios ecosistémicos y variedad de usos. Elegidas y ubicadas correctamente, se convierten en protagonistas del paisaje tropical y subtropical, aportando sombra, color y valor ecológico durante muchos años.