
Quien recurre a las plantas relajantes para infusiones suele buscar alivio sin recurrir siempre a fármacos. Entre ellas, la tila (flor de tilo) se ha ganado un hueco por méritos propios gracias a sus efectos calmantes, digestivos y respiratorios. Este remedio tradicional destaca por su versatilidad y por un perfil de seguridad bueno cuando se usa con moderación, aunque no está exento de contraindicaciones e interacciones que conviene conocer.
La tila puede tomarse en infusión, aunque también se comercializa en otras presentaciones como extractos, cápsulas, tinturas o incluso aceites esenciales. Las flores perfumadas del tilo proporcionan el material más apreciado para tisanas, si bien hojas, yemas y la albura (capa interna de la madera) también encuentran usos específicos. A continuación, te contamos con detalle qué es el tilo, sus principios activos, propiedades, beneficios, cómo prepararlo correctamente y, sobre todo, sus riesgos y precauciones.
¿Qué es la tila o tilo?

El tilo es un género de árboles y arbustos del hemisferio norte (Tilia, familia Malvaceae) que prospera en climas templados. Puede alcanzar con facilidad los 20-40 metros de altura y vivir varios siglos, con casos descritos de longevidades cercanas al milenio. Sus hojas, de color verde, tienen forma de corazón y borde aserrado; las flores, blancas o amarillentas y muy aromáticas, se agrupan en inflorescencias acompañadas de una característica bráctea alargada.
En Europa occidental son habituales tres grandes tipos: Tilia platyphyllos (tilo de hoja grande), Tilia cordata (tilo de hoja pequeña o tilo silvestre) y Tilia × europaea (tilo común, híbrido). En otros lugares se cultivan especies como Tilia americana y Tilia tomentosa. Algunas variedades, como T. cordata y T. tomentosa, concentran compuestos sedantes especialmente interesantes.
El hábitat natural del tilo son los bosques caducifolios frescos y con sombra, aunque se adapta muy bien a entornos urbanos y suele plantarse en avenidas y plazas por su copa amplia y su agradable fragancia. Desde antiguo, diversas culturas han considerado el tilo un árbol benéfico: en Alemania, por ejemplo, se plantaban tilos en los mercados como símbolo de concordia (la avenida Unter den Linden de Berlín es un buen recuerdo histórico). Incluso en la mitología griega se asocia a la hospitalidad y al amor perdurable.
En herboristería se utilizan varias partes del árbol, como explica el artículo sobre usos y cultivo de plantas medicinales. Las flores con sus brácteas son la materia prima principal por sus efectos calmantes; las yemas se emplean en gemoterapia; y la albura se usa para decocciones con finalidad diurética y depurativa. Para la recolección de calidad, se cortan las flores al inicio de la floración (habitualmente en junio) y se secan a la sombra o a baja temperatura (no más de 35 °C) para preservar sus principios activos. Las yemas se recolectan a comienzos de primavera y la albura durante el reposo vegetativo en otoño.
En cultivo, el tilo es relativamente rústico, aceptando suelos fértiles y frescos con distintos grados de exposición. Conviene evitar la desmochadura drástica, ya que este tipo de poda severa compromete la estabilidad y salud del árbol; en su lugar, es mejor una poda ligera y selectiva. Entre sus posibles adversidades figuran insectos defoliadores y xilófagos, algunos ácaros y hongos de hoja y corteza, que se gestionan con buenas prácticas de manejo.
Principios activos y propiedades del tilo

El poder de la tila se explica por su rica fitoquímica. En las flores se concentran flavonoides (tilirosida, quercetina, kaempferol, rutina, hiperósido, astragalina, isoquercitrina, afzelina, kampferitrina), además de aceites esenciales (geraniol, eugenol, farnesol, limoneno, nerol, terpineol, alfa-pineno), ácidos fenólicos (clorogénico, cafeico, p-cumárico), taninos y mucílagos. También se han descrito carotenos, vitamina C, glucósidos, cumarinas y compuestos afines. Las hojas contienen perfiles similares, y en la albura aparecen mucílagos, fitosteroles (como beta-sitosterol y estigmasterol) y triterpenos.
La acción conjunta de estos compuestos explica sus efectos. Entre las propiedades atribuidas con soporte tradicional y diverso grado de evidencia se encuentran:
- Sedantes, somníferas y ansiolíticas (relajan el sistema nervioso y favorecen el descanso).
- Antiespasmódicas y antitusivas (calman espasmos y la tos, especialmente con exceso de mucosidad).
- Digestivas (mejoran digestiones pesadas y molestias gástricas asociadas al estrés).
- Diuréticas y diaforéticas (aumentan la eliminación de líquidos y la transpiración).
- Antiinflamatorias y antioxidantes (por su contenido en flavonoides y ácidos fenólicos).
- Astringentes y, en condiciones in vitro, antimicrobianas.
- Vasodilatadoras suaves y con potencial efecto anticoagulante señalado en algunas fuentes tradicionales.
En estudios experimentales, extractos de Tilia han mostrado actividad sedante con posible interacción con el sistema GABA, el principal neurotransmisor inhibidor, lo que ayudaría a explicar sus efectos relajantes. Por otra parte, la tilirosida, la quercetina y el kaempferol ejercen una potente acción antioxidante; reducir el daño oxidativo puede atenuar la inflamación, relacionada con múltiples molestias y enfermedades. Ahora bien, gran parte de los trabajos se han realizado en animales o en condiciones de laboratorio, por lo que se requieren más ensayos en humanos para definir dosis y eficacia clínica con precisión.
Beneficios y para qué sirve la tila

Desde la tradición popular hasta los estudios modernos, la tila se ha usado para promover la calma y el sueño. Tomada en tisana, puede ayudar a reducir nerviosismo, tensión mental y episodios leves de ansiedad. Por ese motivo, suele recomendarse una taza templada por la noche para facilitar la conciliación del sueño y mejorar la calidad del descanso.
Varios componentes del tilo contribuyen al confort digestivo. Gracias a su efecto antiespasmódico y emoliente, la infusión puede aliviar espasmos, cólicos y la hinchazón abdominal. También resulta útil cuando las molestias digestivas se asocian a picos de estrés, ayudando a suavizar la acidez o la gastritis funcional.
En el terreno respiratorio y durante catarros comunes, las flores se emplean como diaforéticas y expectorantes suaves. Favorecen la sudoración y la regulación de la temperatura en episodios de fiebre, además de facilitar la expulsión de la mucosidad en tos productiva, especialmente si se combinan con plantas clásicas de invierno como el saúco o un toque de limón.
La tila también es un apoyo para cuadros de tensión alta vinculada a estrés. Se han observado efectos vasodilatadores leves y reducción de la presión arterial en modelos animales con compuestos como la tilirosida. En personas, se usa tradicionalmente como coadyuvante de pautas indicadas por el médico en hipertensión asociada a nerviosismo.
Los antioxidantes de la planta participan en la modulación de procesos inflamatorios y del dolor leve. En roedores, dosis de tilirosida han logrado reducir inflamación y dolor, y en estudios en humanos con artritis reumatoide se han investigado cantidades elevadas de quercetina con descensos de marcadores inflamatorios. No obstante, estas dosis de flavonoides en suplementos suelen ser mayores que las presentes en una taza de infusión, por lo que su extrapolación exige prudencia.
Sobre la eliminación de líquidos, el tilo puede ejercer una acción diurética moderada. Esta propiedad se asocia a flavonoides y ácidos fenólicos, y sirve como apoyo en casos puntuales de retención leve, siempre vigilando la hidratación para evitar descompensaciones.
En síntesis práctica, ¿para qué se toma habitualmente la tila? Para relajarse y dormir mejor, suavizar digestiones pesadas, acompañar procesos catarrales, aliviar espasmos y apoyar la reducción de la tensión ligada a estrés. Dado su perfil sedante, muchas personas la eligen como ritual nocturno de calma.
Cómo preparar la infusión de tila, paso a paso
Para aprovechar sus propiedades en casa, la forma más común es la infusión de flores secas. Una pauta orientativa clásica es usar unos 30 g de flores por litro (en torno a 5 g por taza), bien desmenuzadas para aumentar la superficie de contacto.
- Calienta agua hasta ebullición suave y retira del fuego.
- Vierte el agua muy caliente sobre las flores previamente trituradas.
- Cubre la taza o tetera y deja reposar entre 5 y 10 minutos.
- Cuela para retirar los restos vegetales y sirve templada.
Si optas por bolsitas comerciales, la dosificación suele rondar 1,5 g por unidad. Evita el hervor prolongado de las flores para no volatilizar el aroma del aceite esencial y no excedas los tiempos de reposo si eres sensible a la astringencia de los taninos.
Dosis, frecuencia y mejor momento para tomarla
Las recomendaciones tradicionales y de organismos consultivos sitúan una ingesta moderada en el rango de 2 a 4 g diarios de mezcla de té. La OMS contempla 2-4 g de flores secas en infusión hasta tres veces al día, y autoridades como la EMA consideran esta pauta segura en adultos sanos. Una taza de 240 ml suele contener en torno a 1,5 g de planta, de modo que no suele aconsejarse superar 2-3 tazas al día.
El momento preferido suele ser la noche, especialmente para favorecer el descanso. Antes de dormir, una taza templada puede ayudar a soltar tensión y crear un ritual de higiene del sueño. En contextos de ayuno intermitente, las infusiones sin calorías (como tila, manzanilla o rooibos) no suelen romper el ayuno y, en general, se consideran compatibles con ese patrón, siempre sin azúcares añadidos.
Si quieres endulzar, apuesta por no añadir azúcar o usar edulcorantes admitidos como aspartamo, ciclamato o sacarina dentro de las pautas de consumo habituales. La miel de tilo es otra alternativa aromática, aunque añadirá calorías y azúcares, por lo que depende de tus objetivos nutricionales.
Otras formas de uso del tilo (más allá de la tisana)
Además de la infusión, la tradición herborística utiliza otras preparaciones. La decocción de la albura (capa interna de la madera) se prepara con 1 cucharada en 500 ml de agua fría; se lleva a hervor, se cuece a fuego lento 10 minutos y se deja reposar otros 10, colando al final. Se reparte a lo largo del día.
La tintura madre procedente de flores con brácteas o de la albura suele emplearse por su perfil sedante y antiespasmódico. Una posología habitual es de 50-60 gotas dos veces al día, diluidas en agua, siguiendo siempre las indicaciones del producto. Respecto al extracto seco, suele titularse al menos al 1% en flavonoides y tomarse a razón de 250 mg, 2-3 veces al día. El gemoderivado de tilo se orienta a la inquietud y las dificultades de sueño con pautas de 20-30 gotas dos veces al día.
En aromaterapia, el aceite esencial de tilo aporta una fragancia floral ideal para difusores ambientales y masajes, siempre diluido en un aceite portador. En cosmética, los extractos de tilo se emplean como calmantes e hidratantes de pieles sensibles. Fuera del botiquín, la madera blanquecina de tilo es famosa en artesanía, talla e incluso en lutería eléctrica (conocida como basswood), y sus flores aromatizan perfumes. En cocina, además de la miel monofloral de tilo, las hojas tiernas pueden aparecer en ensaladas, y las flores perfuman bebidas veraniegas.
Fórmulas de herbolario tradicionales
Para palpitaciones nerviosas asociadas a estrés, se usan mezclas a partes iguales de tilo, pasionaria, mejorana, espino albar y anís estrellado. Se hierve el agua, se infunde una cucharada sopera por taza durante 10 minutos, se cuela y se toman hasta tres tazas al día durante periodos limitados. Para jaquecas con componente nervioso, se ha empleado tilo con betónica y melisa, antes de las comidas o en ayunas. Para apoyar la bajada de tensión, combinaciones con espino albar, valeriana y muérdago son clásicas, con maceraciones y tiempos de infusión específicos.
Contraindicaciones, riesgos e interacciones

Que sea una planta no significa que sea inocua para todo el mundo ni en cualquier dosis. La recomendación clave es la moderación: 2-4 g diarios de flores secas en infusión, sin exceder 2-3 tazas al día. Un consumo superior puede provocar náuseas, pesadez y taquicardias transitorias en personas sensibles.
Hay colectivos para los que la tila no es adecuada salvo indicación profesional: niños, mujeres embarazadas o en lactancia, personas con alergia a Tilia o a su polen y pacientes con cardiopatías. También se desaconseja si existe obstrucción de los conductos biliares o si hay antecedentes personales que el profesional sanitario considere relevantes. Algunas fuentes relacionan el uso crónico prolongado con problemas cardiacos en individuos predispuestos, por lo que conviene actuar con cautela y evitar empleo continuado sin supervisión.
La somnolencia es un efecto esperado del perfil sedante. No se recomienda conducir ni manejar maquinaria peligrosa tras tomar tila, especialmente si se combinan dosis o se toman otras sustancias que depriman el sistema nervioso central.
En interacciones, la prudencia es esencial. La tila puede potenciar el efecto de benzodiacepinas y otros sedantes, y sumar su acción diurética a diuréticos farmacológicos, aumentando el riesgo de deshidratación o hipotensión. Al actuar sobre la excreción renal, podría elevar las concentraciones plasmáticas de litio si se combina con este fármaco, por lo que su asociación está desaconsejada. Igualmente, por su potencial astringente o anticoagulante según formulaciones, conviene no asociarla sin control a anticoagulantes ni a otras plantas con ese efecto.
Más consideraciones prácticas: los mucílagos de la planta pueden dificultar la absorción de algunos medicamentos si se toman de forma muy cercana en el tiempo. Deja siempre un margen prudente entre fármacos y la infusión. Las reacciones alérgicas son raras pero posibles (picor, erupciones, edema o dificultad respiratoria); ante cualquier síntoma compatible, suspende la toma y consulta de inmediato. En algunas personas, productos como gemoderivados pueden causar una reacción paradójica con excitación en lugar de calma.
Respecto a combinaciones de plantas, evita mezclar por tu cuenta tila con otras especies de efecto sedante o afines (por ejemplo, valeriana o ciertas manzanillas) sin asesoramiento, ya que la presencia y concentración de principios activos varía entre especies y lotes, y puede aumentar la severidad de efectos indeseados. En el marco de catarros o para "potenciar" sudoración, añade siempre criterio profesional antes de apilar remedios caseros.
Por último, el efecto diurético puede incrementar la micción; acompaña con agua suficiente para no deshidratarte. En el terreno de la seguridad alimentaria, hay fuentes que han advertido sobre riesgos de botulismo en lactantes asociados a contaminaciones por Clostridium, un motivo más para evitar su uso en bebés y no exceder consumos. Aunque este punto no es habitual en infusiones comerciales correctas, conviene extremar la higiene y la procedencia del producto.
El tilo se confirma como una planta valiosa cuando se usa de forma informada. Elegir dosis moderadas, respetar horarios, evitar interacciones de riesgo y contar con el criterio de un profesional sanitario son las claves para disfrutar de sus beneficios con seguridad.