7 tipos de plantas carnívoras

Trampa de Dionaea muscipula o Venus atrapamoscas

Dionaea muscipula

Las plantas carnívoras son unas de las que más llaman la atención. A diferencia de las que estamos acostumbrados a ver, ellas han evolucionado para alimentarse de cuerpos de animales, en su mayoría insectos. ¿La razón? La encontramos en los suelos donde crecen: son tan pobres en nutrientes, que la evolución ha querido que, para sobrevivir, sus hojas se convirtieran en sofisticadas trampas.

Si bien se estima que hay unas 600 especies, son muy pocas las que nos encontramos a la venta en los viveros, lo cual es una verdadera pena, pues hay muchos tipos de plantas carnívoras que podemos cultivar sin problemas en climas cálidos y templados. Y estos, son sólo algunos.

Cephalotus follicularis

Ejemplar adulto de Cephalotus

Si no tenemos mucho espacio y queremos una carnívora que atrape pequeños insectos, sin duda el Cefalotus es nuestra mejor opción. Es nativa del suroeste de Australia, y se compone de hojas en forma de jarro que no superan los 4cm de altura. Su ritmo de crecimiento es muy lento; de hecho, con 2-3 años de edad no medirá más de 1cm, y es probable que todavía no haya adquirido sus colores típicos.

Puede cultivarse en el exterior en climas cálido-templados, con temperaturas máximas de hasta 25ºC. Asimismo, es importante tener presente que debe de pasar por un periodo de dos meses de reposo, con temperaturas bajas de 5-6ºC.

Darlingtonia californica

Ejemplar de Darlingtonia californica

Es una de las especies más curiosas. Por su aspecto, recuerda mucho a la serpiente cobra, que es por lo que se la conoce como lirio cobra. Es una planta nativa de California y Oregón, donde crece en los pantanos y cerca de fuentes de agua dulce. Dicha agua la recoge a través de sus raíces, no en sus trampas como hacen el resto de carnívoras.

Puede alcanzar una altura de 10 centímetros, con unos jarros muy peculiares donde podemos observar decoloraciones por toda la planta. A pesar de lo bonitas que son, lamentablemente su cultivo es muy complicado en climas cálidos. Necesitan que la temperatura sea suave, desde los 0º hasta los 30ºC como máximo y que el riego se haga inmersión.

Además, es muy importante que el invierno sea frío, con valores cercanos a los 2ºC, ya que de lo contrario no prosperará.

Dionaea muscipula

Dionaea muscipula adulta

Es la más conocida. Popularmente recibe el nombre de venus atrapamoscas o dionaea atrapamoscas. Se trata de una planta nativa de Carolina del Norte y Carolina del Sur, que que crece hasta alcanzar una altura de 4cm, formando una única roseta de hojas modificadas que se han ido convirtiendo en trampas.

En ambos márgenes, hay dientes largos de unos 0,5cm y muy finos. Además, en la cara interna del pecíolo hay tres pelos sensitivos: son los que la presa debe de tocar para que la planta pueda alimentarse. Las trampas se cierran automáticamente si el insecto toca dos pelos en 20 segundos, o sólo uno dos veces rápidamente.

Para poder crecer bien es necesario que la planta hiberne, es decir, que pase dos meses a temperaturas bajas (inferiores a los 10ºC). Se puede cultivar en el exterior todo el año en climas como el mediterráneo, donde se producen heladas puntuales de hasta los -2ºC.

Drosera

Ejemplar de Drosera spatulata

Drosera spatulata

Conocida como rocío del sol, es uno de los géneros más numerosos de plantas carnívoras. Se estima que hay unas 194 especies, distribuidas por todo el mundo donde se la puede encontrar en suelos ricos en ácidos y altos niveles de luz solar.

Forma rosetas que no suelen superar los 4cm de altura, con hojas modificadas con un alto valor ornamental cuyo extremo está cubierto por unos pelitos donde los insectos quedan pegados. La trampa, una vez que atrapa su presa, comienza a enrollarse, y al terminar, la digiere.

Estas plantas son unas de las más queridas por los coleccionistas: no sólo hay una enorme variedad, sino que además son relativamente fáciles de cuidar, pues sólo necesitan climas cálidos y una zona protegida del astro rey.

Drosophyllum lusitanicum

Ejemplar de Drosophyllum lusitanicum

Es una de las pocas plantas carnívoras que podemos encontrar en la península ibérica, concretamente en las costas de Portugal y en el suroeste de España. Crece en terrenos llamados herrizas, que son suelos muy ricos en nutrientes pero pobres en hierro. Es capaz de realizar la fotosíntesis, pero para obtener el nitrógeno que necesita debe de cazar insectos, principalmente moscas y mosquitos.

Forma rosetas con hojas de hasta 20cm de longitud, cubiertas con pelos glandulares de cabeza roja. Estos pelos desprenden gotitas de una secreción viscosa y aromática que atrae a los insectos, los cuales se quedan pegados rápidamente.

En cultivo es una planta complicada. Para poder tener un excelente desarrollo es fundamental que el clima sea templado, con veranos suaves e inviernos con alguna que otra helada débil de hasta los -4ºC.

Pinguicula grandiflora

Ejemplar de Pinguicula

La Pinguicula, conocida como la grasilla de flores grandes, violetas de agua, tiraña o flor de las fuentes, es una planta realmente muy decorativa que viven en pastizales húmedos y herbosos, en bordes de arroyos y manantiales de Irlanda, Francia, Suiza y España. Forma rosetas de hojas verdes y pegajosas cuya altura no supera los 5-6 centímetros.

A primera vista, parece una planta cualquiera, pero basta con dejarla en el exterior un día. Tan sólo 24 horas después veríamos que tiene pequeños insectos pegados en el envés de sus trampas-hojas.

Crece de maravilla en climas cálidos, donde los inviernos son frescos (temperatura mínima de 0ºC), pero necesita protección contra el granizo y los caracoles.

Sarracenia

Ejemplar de Sarracenia rubra

Sarracenia rubra

Las Sarracenia son otro tipo de plantas carnívoras que más fácilmente podemos reconocer. Son nativas del este de Texas, área de los Grandes Lagos y sudeste de Canadá, así como del sudeste de los Estados Unidos. Se conocen un total de 11 especies, como la Sarracenia alata, que puede alcanzar una altura de 1 metro más, o la Sarracenia rubra, una de las más bonitas con jarros de color rojizo.

Dependiendo del tipo, pueden crecer desde los 30 centímetros hasta casi los 2 metros. Sus trampas son como tubos o jarros en cuyo borde hay néctar, que atrae a los insectos, y agua en su interior. Cuando, por ejemplo, una mosca se posa en ella, tiene que ir mucho cuidado de no caerse, pues los pelos que pisa no sólo son muy resbaladizos sino que, además, crecen hacia abajo.

Al igual que la Venus atrapamoscas, la Sarracenia necesita pasar frío durante el invierno para poder reanudar su crecimiento con fuerza en primavera. Resiste bien temperaturas de hasta los -3ºC.

Si quieres saber cómo se trasplantan, echa un vistazo a nuestro vídeo:

¿Conocías estas plantas carnívoras?


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