El tomillo es una planta muy cultivada en los jardines. No necesita mucha agua para crecer, y además produce flores muy bonitas durante la primavera. Y eso por no hablar del dulce aroma que emiten sus hojas. De hecho, estas se usan mucho para aromatizar distintas recetas, así como para mejorar la salud.
Crece a un ritmo relativamente rápido, pero como es una planta pequeña de por sí y fácil de multiplicar, cuando se pone a la venta ya suele ser adulta, o casi. Ahora bien, esto es interesante porque si se quiere tener un jardín aromático en un corto periodo de tiempo, será sencillo con el tomillo.
Características del tomillo
El tomillo es una mata o subarbusto originario de la región mediterránea. Crece entre los 15 y los 40 centímetros de altura, y desarrolla tallos rectos y muy ramificados. De ellos brotan hojas muy pequeñas, con forma oval, verdes y con tomento (pelillos muy cortos) en el envés.
El nombre científico es Thymus vulgaris. Esto significa que pertenece al género Thymus, y que es muy común (vulgaris es vulgar o común en latín).
¿Cómo es la flor del tomillo?
Las flores del tomillo son rosadas, y miden aproximadamente un centímetro. Se agrupan en inflorescencias llamadas corimbos, los cuales brotan en la parte superior de los tallos. El Thymus vulgaris florece en primavera, por lo tanto, será en esa estación cuando podamos disfrutar de sus flores.
¿Para qué sirve?
Es una planta que tiene múltiples usos. Por ejemplo, en un jardín de poco riego va a estar muy bien en una rocalla, o con otras aromáticas como lavanda, menta, hierbabuena o romero. Además, como no crece mucho es perfecta para cultivar en una maceta, ya sea colocada en una mesa, o en un lado de una escalera exterior.
Pero el uso más conocido es el culinario. Se utiliza para realzar el sabor de algunos alimentos, en especial todo tipo de carnes, pero no son los únicos: guisos, tortillas, sopas o huevos revueltos también sabrán mejor si se cocinan con unos tallos de tomillo. Su sabor es intenso, pero agradable.
Tomillo: propiedades y contraindicaciones
Una cosa que podemos pasar por alto cuando hablamos de esta planta es que también es útil como medicinal. Por ejemplo, la tintura de tomillo se puede usar para tratar el acné, y la infusión para aliviar los síntomas de enfermedades respiratorias tales como laringitis o bronquitis. Por si esto no es suficiente, previene la diarrea y es antiinflamatorio.
Ahora bien, también tiene sus contraindicaciones: no se debe consumir en caso de estar embarazada, ni tampoco si se tiene insuficiencia cardíaca. Además, no se deben superar los 20 gramos por planta, pues de lo contrario podríamos tener náuseas y vómitos.
Cuidados del tomillo
¿Cómo se cuida el Thymus vulgaris? Para que esta planta disfrute de una buena salud es importante que se le proporcionen una serie de cuidados que vamos a ver ahora:
Ubicación
Esta es una planta que necesita estar en un lugar soleado. Por ello, va a estar muy bien en el exterior, ya sea en un jardín o formando parte de la decoración natural del balcón, patio o terraza.
Sus raíces no ocupan mucho espacio, y son inofensivas. Es más, va a crecer igual de bien en una maceta, que en el suelo.
Tierra
El tomillo crece en suelos neutros y básicos con buen drenaje. Por lo tanto, no se aconseja plantar en suelos ácidos, con pH inferior a 7, puesto que tendría problemas debido a la carencia de algunos minerales, como el fósforo, el molibdeno y sobre todo de calcio. Es más, si queremos subir el pH, lo que podemos hacer es echar caliza molida por todo y mezclarlo, pero tendremos que repetir varias veces al año hasta conseguir que suba.
Por este motivo, si se va a tener en el jardín será necesario que se plante en suelos que, además de tener un pH de 7 o superior, absorban el agua con rapidez y la filtren. Por otro lado, si vamos a cultivarlo en una maceta, la llenaremos con sustrato universal (en venta aquí).
Riego
Al Thymus vulgaris no hay que regarlo mucho. Es más, con dos o tres riegos semanales en verano y una semanal el resto del año puede tener cubiertas sus necesidades de agua. Eso sí, para estar seguros, lo ideal es comprobar la tierra de vez en cuando, por ejemplo introduciendo un palo hasta el fondo y ver si se le ha adherido mucha tierra o si por el contrario sale prácticamente limpio.
En el primer caso, no regaríamos puesto que la humedad aún sería alta, pero en el segundo sí ya que la tierra estaría seca.
Abonado
Si se tiene en cuenta que es una planta aromática, lo mejor es abonarla utilizando productos aptos para la agricultura ecológica, como el guano, el humus, el extracto de algas, o los abonos caseros como las cáscaras de huevo o el compost.
La época de abonado va desde primavera hasta verano, aunque si en la zona en la que vivimos no hay heladas o son tardías, podríamos abonar hasta el otoño.
Multiplicación
La planta del tomillo se multiplica por semillas en primavera. Para ello se siembran en macetas con sustrato universal, y se colocan en un lugar soleado.
Otra forma de conseguir nuevos ejemplares es multiplicándolo por esquejes, también en primavera. Se cortan los tallos que veamos que estén bien, se impregna la base con hormonas de enraizamiento (en venta aquí), y se plantan en macetas con vermiculita previamente regada, al sol.
Trasplante
Si se tiene en maceta, se debe plantar a otra más grande cuando veamos que se le salen las raíces por los agujeros, pues será cuando haya enraizado bien, ocupando todo el recipiente. Esto se hará en primavera.
Y si se va a plantar en el jardín, hay que esperar a que termine el invierno, pero también se puede durante el verano teniendo mucho cuidado de no manipular sus raíces.
Rusticidad
El tomillo resiste las heladas de hasta los -7ºC, así como las temperaturas de 35-38ºC si tiene un poco de agua a su disposición.
¿Qué te ha parecido el Thymus vulgaris?