La planta Tradescantia fluminensis es de origen americano, específicamente de Brasil y Argentina y de hecho el epíteto fluminensis alude a la ciudad de Río de Janéiro en Brasil. Esta fue introducida en las islas, volviéndose totalmente invasora en lugares húmedos.
Características de la Tradescantia fluminensis
La Tradescantia fluminensis pertenece a la familia de las Commelináceas, genero tradescantia el cual consta de unas 70 especies de plantas herbáceas y perennes. Se distingue por su alta resistencia, porte colgante y para nada organizado ya que en cada nudo los tallos van cambiando de dirección. Hay que decir también que la Tradescantia se da muy bien en interiores.
Dichos tallos son carnosos, tienen hojas de un verde muy pronunciado que suelen cambiar a color azul en el haz mientras en el anverso se tornan purpura; estas son semi carnosas y lanceoladas. Produce pequeñas flores blancas o rosa suave, de duración muy corta y que son poco llamativas para usarlas como ornamento, estas se forman en el ápice de los tallos y florecen en verano, entre los meses de marzo y agosto.
El porte de la planta es erecto, tallos rastreros cuyas raíces se originan en los nudos. El fruto se presenta en forma de cápsula loculicida. Hay diversidad de cultivos, donde son muy populares la Tradescantia fluminensis “Quicksilver” y que se caracteriza por sus hojas estriadas color plata. También podemos encontrar la Tradescantia fluminensis “Variegata” de hojas estriadas de color blanco con matices rosa la mayoría de ellas.
Cultivo de la planta
En general es una planta muy fácil para cultivar ya que no requiere de tantos cuidados puesto que resiste muy bien las altas temperaturas y tiene la capacidad de soportar hasta 10 grados en invierno.
¿Qué se necesita para que el cultivo sea óptimo?
Mucha luz. El desarrollo de la Tradescantia es óptimo en espacios muy iluminados, aunque no con la luz del sol directa, ya que eso tiende a decolorar la planta, mientras que los lugares oscuros hace que pierdan su forma tradicional.
Riego y humedad moderados. Si está en maceta será suficiente colocarla sobre un plato con guijarros que estén prácticamente cubiertos de agua y sin que el fondo de esta tenga contacto con el agua, lo demás es rociar la planta cada 15 días. En verano hay que regar dos veces a la semana, en cambio en invierno puede ser cada 10 días, siempre cuidando que la superficie del sustrato se encuentre seca en cada riego.
La planta necesita abono con fertilizante líquido especial para plantas de interior añadido en el agua de riego y solo en temporada de primavera- verano. El resto del año no necesita abono. Importante que el abono contenga tanto potasio fósforo y nitrógeno, como magnesio, hierro, cobre, manganeso, boro, molibdeno y zinc ya que todos son de vital importancia para la planta.
Para conservar su aspecto frondoso tienes que despuntar con frecuencia los ápices vegetativos, también cortar aquellas ramas que rompen con la armonía de la planta debido a su excesivo crecimiento. Importante que esterilices con fuego la herramienta que utilices para la poda, así evitarás comprometer los tejidos de la tradescantia.
Multiplicación de la planta
Se reproduce mediante esquejes ya sea arraigado en agua o en la tierra. La época para retirar los esquejes es en primavera-verano, los cuales deben ser de aproximadamente 13 cm de longitud, con especial cuidado de cortarlos exactamente debajo del nudo de forma oblicua.
Las tijeras, cuchillo o lo que utilices para cortar debe estar muy bien afilado para evitar que el tejido quede deshilachado. Recuerda desinfectarlo cada vez que vayas a hacer cortes a la planta. Hay que eliminar las hojas puestas más bajas, aplicar un polvo en la zona de corte para ayudar con el enraizamiento, se hacen los agujeros en el compost previamente preparado con una parte de arena gruesa y dos de sustrato fértil y se colocan los esquejes no más de 4 en cada maceta.
Finalmente necesitas compactar muy delicadamente el sustrato alrededor de cada esqueje. El sustrato se debe mantener húmedo sin excesos y la maceta se coloca en una zona donde el sol no le llegue de forma directa. Aproximadamente en dos semanas debería estar apareciendo los primeros brotes lo que te indica que el esqueje ya está arraigado, entonces solo debes esperar que estos se hagan más fuertes para llevarlos a su maceta definitiva juntos.
Si deseas arraigar en agua, solo debes colocarlo en un envase lleno de agua hasta que se vea que está bien enraizado para trasladarlo cuidadosamente a un sustrato para plantas adultas.
Plagas y enfermedades
Es importante que estés atento a las enfermedades que presente la planta, como por ejemplo que pierda la variación, pierda su forma haciéndose pequeñas y retorcida o que las hojas se destiñan, ya que son síntomas de que tu planta no está saludable.
En ocasiones es muy sencillo de solucionar ya que si las hojas están perdiendo el color, posiblemente sea por falta de luz lo cual se resuelve moviéndolas a una posición más iluminada aunque nunca bajo el sol directo. Ahora, si observas unos diminutos insectos de color blanco sobre la planta es porque se han instalado en ella los pulgones.
La solución para erradicarlos está en el uso de productos especialmente diseñados contra áfidos, los cuales se compran en tiendas especializadas en productos para jardín. Estos se aplican a la planta que los absorbe y de allí pasan al insecto cuando se alimenta.
Otro síntoma de presencia de plagas es cuando aparecen manchas en la parte de atrás de las hojas, lo cual sugiere presencia de cochinilla que se identifican por el escudo de color blanco que utilizan como protección.
Para eliminarlas puedes empapar un algodón con alcohol y pasarlo por las hojas, ahora si se trata de una planta grande de maceta lo recomendado es lavarla con agua y un jabón neutro mientras se pasa una esponja suavemente para retirar los parásitos. Una vez culminado el proceso eliminas muy bien con agua los restos de jabón.
Entre las enfermedades que afectan a la planta son muy comunes las manchas en las hojas producidas por hongos y roya, que la atacan cuando hay exceso de humedad, la cual daña hojas y tallos recubriéndolos con un moho de color gris que acaba por pudrirlas.