De entre todas las plantas que podemos encontrar en los viveros y centros de jardinería, hay una que se adapta mejor que ninguna a vivir en interiores: la Tradescantia. Tiene hojas muy decorativas, ya sean verdes, púrpuras, bicolores…, y, además, sus flores, aunque pequeñas, son también muy bonitas.
Si no tienes mucha experiencia en el cultivo de plantas y quieres poner algo de verde en tu hogar, con la Tradescantia no vas a tener ningún problema 😉 .
La Tradescantia es una planta con la cual se pueden conseguir rincones muy especiales dentro de la vivienda, ya que sus tallos tienden a colgar, lo que le da un aspecto muy singular. Es muy resistente y no necesita de ningún cuidado especial, aunque por supuesto, como todas las plantas debe de ubicarse en una zona determinada para que sus hojas no pierdan el color, y regarse cada cierto tiempo. Veamos cuáles son sus cuidados:
- Ubicación: colocar en una habitación con mucha luz pero no directa. En zonas sombrías tiende a volverse alargada, y pierde el color de sus hojas.
- Riego: dos veces por semana en verano, y cada 10-15 días el resto del año. El sustrato debe secarse entre un riego y el siguiente.
- Abonado: en primavera y verano se recomienda abonar. Para ello puedes usar cualquier abono mineral u orgánico, preferentemente líquido, siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.
- Trasplante: cada dos años, en primavera. Utilizar un sustrato poroso para que el agua pueda drenarse, como por ejemplo 70% turba negra + 30% perlita. Poner una primera capa de greda volcánica o guijarros.
- Plagas: es muy resistente, pero si el ambiente es muy seco, le puede afectar los pulgones, las cochinillas y las arañas rojas. Se pueden combatir con Aceite de Neem, o con Aceite de Parafina.
- Enfermedades: en ambientes muy húmedo, pueden afectarle los hongos como la roya o el botritis. Se previene regando muy poco. También se puede tratar de manera preventiva con cobre o azufre en primavera.
¿Qué te ha parecido la Tradescantia?