Si tienes o has pensado en poner en marcha un huerto en tu casa, seguro que una de las primeras cosas que tienes previsto plantar son tomates. Y es que esta hortaliza le gusta a prácticamente todo el mundo y tiene muchas aplicaciones diferentes en la cocina. Si quieres que tus tomates crezcan más rápido, puedes conseguirlo aplicando unos sencillos trucos.
Así te garantizas que vas a poder saborearlos lo antes posible. Además, te aseguramos que potenciar el desarrollo y maduración de estas hortalizas no va a implicar que pierdan calidad o sabor.
Cuestiones esenciales sobre el cultivo de tomates
No es necesario que tengas un espacio de huerto en tu jardín. Si quieres plantar tomates puedes hacerlo en maceta. La clave para el éxito está en que le brindes a la planta los cuidados que necesita para poder ofrecerte su fruto.
Puedes cultivar tomates a partir de semillas o mediante plántulas que encuentras a tu disposición en centros especializados en jardinería y horticultura.
Si optas por las semillas, cultívalas en interior o en un ambiente protegido de las heladas. En cinco o 10 días observarás que se ha producido la germinación. Cuando esas plántulas miden entre 15 y 20 centímetros de altura y han desarrollado un mínimo de dos hojas verdaderas, entonces puedes trasplantarlas al huerto o a un contenedor más grande. Eso sí, no lleves tus tomates al exterior hasta que no haya pasado totalmente el riesgo de heladas.
El tiempo que tardan los tomates en crecer y madurar depende de la variedad que estés cultivando. Lo habitual es que, desde la siembra hasta la cosecha, pasen de 60 a 100 días. Una variedad estándar de tomate puede tardar entre 70 y 90 días en alcanzar el grado óptimo de maduración.
Notarás que los tomates están listos para cosechar porque su color y su textura ya son los deseados. Puedes ir recogiéndolos poco a poco, pero no dejes que maduren demasiado, o perderán calidad.
Trucos para que los tomates crezcan más rápido
Vas a tener que esperar entre dos y tres meses para poder probar los tomates de tus matas. Si no tienes paciencia, puedes aplicar estos trucos y conseguir así que crezcan un poco más rápido.
Selecciona variedades adecuadas
Cuanto mejor adaptada esté la variedad que has elegido al clima de tu zona de residencia, antes se producirán el crecimiento y la maduración.
Infórmate bien sobre las diferentes variedades de tomates que existen y cuáles se pueden adaptar mejor a la climatología de tu lugar de residencia. Si hay una buena aclimatación al entorno, la cosecha será más abundante, de mayor calidad, y los tomates no tardarán tanto en estar listos para que los degustes.
Prepara el suelo y fertiliza
Si la planta tiene a su disposición una buena cantidad de nutrientes, mostrará un crecimiento rápido y saludable.
Antes de plantar enmienda el suelo. Enriquécelo con compost bien descompuesto o un poco de humus de lombriz.
Aunque hayas enriquecido el suelo, no te olvides de aplicar un fertilizante equilibrado durante la época de crecimiento activo. Debe ser un producto con una proporción adecuada de nitrógeno, fósforo y potasio, para promover la floración y la fructificación.
Riego consistente y profundo para que los tomates crezcan más rápido
Un buen riego es una de las mejores maneras de conseguir unos tomates deliciosos, grandes, y que maduran rápidamente.
Debes aplicar un riego regular, de manera que el suelo esté uniformemente húmedo. Esto siempre es importante, pero todavía más en los períodos de calor y sequía.
El riego tiene que ser profundo, de forma que el agua llegue hasta las raíces. Porque así se fomenta un sistema radicular fuerte y robusto, que permite que la planta absorba más agua y nutrientes, lo que aumentará su nivel de fructificación.
Acolchado del suelo
Los tomates son especialmente sensibles a las bajas temperaturas, de ahí la necesidad de no llevar las plántulas al exterior hasta que haya pasado el riesgo de heladas.
El acolchado protege las plantas frente al frío y, además, contribuye a retener la humedad y reduce la aparición de maleza, lo que favorece un crecimiento más rápido de los tomates.
Para el mulching puedes utilizar paja, restos de corteza de árbol u hojas secas. También puedes usar plástico negro de jardinería, pero esta es una opción menos ecológica.
Proporciona apoyo y espacio a las plantas
Las matas de tomates requieren de un buen apoyo. Si no cuentan con él, se acaban doblando por el peso de los frutos y estos pueden empezar a pudrirse si están en contacto directo con el suelo.
La solución más sencilla es colocar estacas junto a los tallos y sujetar estos al soporte con cuerda de jardinería o bridas que no los dañen.
Por otro lado, es imprescindible que entre una mata y otra haya espacio suficiente para que el aire circule bien. Esto reduce la humedad y con ello el riesgo de que aparezcan enfermedades foliares y hongos. Por eso, procura no poner las matas muy juntas entre sí.
Poda y despeje de la mata
Cuanto mejor cuidada esté la planta más calidad van a tener los tomates y mejor se van a desarrollar. Para lograrlo, elimina los brotes laterales que aparecen en las axilas de las hojas principales. Así estimulas el crecimiento vertical y la producción de frutas.
Recorta las hojas inferiores que tocan el suelo, para disminuir el riesgo de enfermedades y mejorar la circulación de aire alrededor de la mata.
Controla las malezas y las plagas
Mantener la tierra libre de malezas evitará que la mata de tomate tenga que competir por acceder a los nutrientes y el agua que necesite. Como consecuencia, va a crecer más fuerte y sana y dará más tomates.
Por otro lado, revisa periódicamente las matas para asegurarte de que no están siendo víctimas de plagas como los áfidos, los trips o los gusanos de la fruta. Si notas la presencia de estos insectos, toma medidas utilizando productos lo más naturales posibles.
Con estos sencillos trucos vas a conseguir que tus tomates crezcan más rápido y tengan un sabor espectacular. Si ya los has probado, nos encantará conocer tu experiencia. ¡Compártela en los comentarios!