La biodiversidad del olivo es uno de los tesoros agrícolas más reconocidos en España y, concretamente, en la provincia de Cádiz. La importancia de identificar, conservar y valorar las variedades de olivo locales ha llegado a convertirse en un eje estratégico para garantizar la sostenibilidad, diferenciación y competitividad del sector olivarero en nuestro país. El Grupo Operativo Biolivo ha sido uno de los grandes impulsores de esta labor, logrando avances significativos para el futuro del olivar tradicional y el reconocimiento de nuevas variedades autóctonas.
A lo largo de los últimos años, y especialmente tras la reciente clausura del proyecto Biolivo, investigadores, técnicos, cooperativistas y universidades han aunado esfuerzos para estudiar el patrimonio genético de los olivos de Cádiz, obteniendo resultados que refuerzan el valor añadido de los aceites gaditanos y ofrecen nuevas oportunidades de desarrollo rural, adaptación al cambio climático y resiliencia agrícola.
Grupo Operativo Biolivo: un motor para la innovación varietal
El Grupo Operativo Biolivo surge con la misión de analizar y proteger la riqueza genética del olivo en la provincia de Cádiz, centrándose especialmente en el olivar de montaña y en aquellas variedades que, por su localización o características, corrían peligro de desaparecer. Bajo la coordinación científica de la Universidad de Cádiz, el proyecto ha contado con la participación de entidades como la Cooperativa Los Remedios Picasat, la Denominación de Origen Aceites Sierra de Cádiz, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, la Diputación de Cádiz y la colaboración de centros como el Instituto de Agricultura Sostenible-CSIC y el IFAPA Alameda del Obispo.
Gracias a la financiación europea y autonómica, el proyecto ha podido desarrollar líneas de investigación, ensayos de campo y acciones de transferencia y divulgación, apostando por la colaboración entre el ámbito científico, productivo y social.
Identificación de nuevas variedades autóctonas
Uno de los hitos más llamativos del Biolivo ha sido la identificación de cinco nuevas variedades de olivo no catalogadas hasta la fecha. Este descubrimiento ha tenido lugar principalmente en los municipios de Olvera (cuatro hallazgos) y en Alcalá del Valle (una variedad reconocida). La confirmación científica se ha realizado mediante análisis moleculares, garantizando su singularidad genética respecto a los cultivares ya conocidos.
En la actualidad, estas variedades se encuentran en proceso de multiplicación para su incorporación al Banco Mundial de Germoplasma del Olivo gestionado por IFAPA, donde ya figuran más de 700 tipos diferentes. Su objetivo es doble: garantizar la preservación del patrimonio genético y analizar su potencial productivo y adaptativo frente a los desafíos actuales, como el cambio climático.
La riqueza de la biodiversidad olivarera gaditana

Cádiz, y en concreto la Sierra, destaca por una elevada biodiversidad varietal. Tradicionalmente, en una misma finca pueden convivir olivos de diferentes tipos locales, como Alameño, Habichuelero, Lechino y Coloraillo. Esta mezcla aporta carácter a los aceites producidos bajo la Denominación de Origen Protegida Sierra de Cádiz, reconocidos por su calidad y por reflejar el carácter del territorio.
Sin embargo, esta biodiversidad se ha visto amenazada en las últimas décadas por la falta de relevo generacional, la implantación de plantaciones intensivas con variedades foráneas y los efectos derivados del cambio climático. Frente a este panorama, proyectos como Biolivo reivindican el valor estratégico de conservar y aprovechar el acervo genético local.
Análisis físico-químico y propiedades saludables de los aceites locales
Durante las fases de investigación, los responsables del proyecto han realizado catas y análisis físico-químicos de los aceites obtenidos a partir de variedades antiguas y locales. Los resultados ponen de manifiesto una alta variabilidad en el perfil organoléptico y excelentes propiedades en algunos genotipos, especialmente en lo relacionado con:
- Alto contenido en ácido oleico, clave para la estabilidad y los beneficios cardiovasculares del aceite
- Presencia de compuestos bioactivos con efectos antioxidantes y antiinflamatorios
- Buena estabilidad al enranciamiento, lo que permite una mayor vida útil
Esta diversidad de perfiles sensoriales y saludables sitúa a los aceites gaditanos en una posición privilegiada dentro del mercado nacional e internacional, siendo un factor decisivo para la diferenciación y el valor añadido del producto local.
Un modelo resiliente y vinculado al territorio
Uno de los grandes logros del Biolivo es demostrar que la biodiversidad varietal no solo es un recurso cultural, sino también un activo clave frente al cambio climático y la homogeneización de los cultivos. Los resultados de estos estudios suponen una oportunidad para impulsar modelos de olivicultura que sean más sostenibles, resilientes y profundamente ligados al entorno rural.
La apuesta por variedades adaptadas a las condiciones locales permite no solo conservar el patrimonio agrícola, sino también ofrecer alternativas de desarrollo y rentabilidad a las comunidades rurales, favoreciendo el arraigo, la calidad del producto y la sostenibilidad ambiental.
Proceso de prospección, caracterización y multiplicación
La metodología seguida en el proyecto ha implicado distintas fases. En primer lugar, la prospección y localización de olivos antiguos mediante el trabajo de campo de técnicos y científicos. Se ha prestado especial atención a fincas tradicionales y olivares con signos de posible abandono o escasa productividad.
Tras la recogida de muestras, se han realizado análisis moleculares y caracterización morfológica para confirmar la singularidad de cada variedad. Posteriormente, se ha procedido a la plantación de ensayos y multiplicación de los nuevos ejemplares seleccionados en parcelas experimentales, en colaboración con cooperativas y centros de investigación.
Finalmente, los aceites obtenidos de estas variedades han sido sometidos a catas, pruebas físico-químicas y estudios de estabilidad antes de ser valorados para su posible expansión y aprovechamiento comercial.
Colaboración institucional y transferencia de resultados

El éxito de proyectos como Biolivo reside en la colaboración público-privada y multisectorial. La Universidad de Cádiz, a través de su Instituto de Investigación Vitivinícola y Agroalimentaria (IVAGRO), ha liderado la coordinación científica y la caracterización vegetal. Las cooperativas y la Denominación de Origen han sido esenciales para la transferencia tecnológica y la puesta en valor del producto final, mientras que las entidades públicas han respaldado tanto la financiación como la difusión y formación en las zonas implicadas.
Los resultados del proyecto se han compartido en jornadas, publicaciones técnicas, catas comentadas y visitas a parcelas experimentales, acercando la ciencia y el conocimiento al agricultor y al consumidor final.
Las principales variedades de olivo en España y su adaptación territorial
España es líder mundial en diversidad varietal de olivo, con cerca de 600 tipos diferentes reconocidos y una importante concentración en Andalucía. Aunque Biolivo se ha centrado en variedades autóctonas gaditanas, merece la pena destacar las variedades más frecuentes en el territorio nacional:
- Picual: Ocupa más de un millón de hectáreas, especialmente en Andalucía. Produce aceites robustos, estables y con notable carácter organoléptico.
- Arbequina: Muy utilizada en sistemas superintensivos. Da aceites suaves, dulces y afrutados, con gran aceptación internacional.
- Cornicabra: Predomina en Castilla-La Mancha. Ofrece aceites intensos, con notas herbáceas y gran resistencia a la oxidación.
- Hojiblanca: Típica del centro y sur de Andalucía. Su aceite destaca por su sabor equilibrado entre dulzura, amargor y picor.
- Lechín: Originaria de Sevilla y Granada, apreciada por su suavidad y aromas a frutos secos.
- Arróniz: Propia del norte de España, produce aceites potentes y con alto contenido en compuestos fenólicos.
Existen, además, muchas otras variedades locales o minoritarias —como manzanilla, gordal, sikitita, pico limón o picuda— que aportan riqueza y diversidad al patrimonio oleícola español.
Distribución y adaptabilidad de las variedades de olivo
La elección de la variedad a plantar debe adaptarse a las características del suelo, el clima y el sistema agronómico. El olivo es una especie típica del clima mediterráneo, capaz de resistir la sequía, el calor e incluso ciertas heladas, aunque es sensible durante fases de floración o en condiciones extremas.
La adaptabilidad de ciertas variedades, como lechín de Granada, es especialmente notoria, creciendo desde el nivel del mar hasta zonas de alta montaña. Otras variedades son más restrictivas y requieren condiciones específicas de altitud o humedad.
Estrategias frente a enfermedades y retos del olivar moderno
El cuidado y la innovación en el olivar también pasan por la lucha contra enfermedades como la antracnosis. Investigaciones recientes han explorado el uso de inductores de resistencia, como el ácido salicílico y el ácido dipicolínico, para aumentar la protección en variedades como arbequina y arbosana. Los ensayos han demostrado reducción en la incidencia de la enfermedad, aunque la respuesta varía en función de la variedad y del tipo de tratamiento.
Además, se han identificado variedades con resistencia natural, como arbequina, brunela, luna y sikitita-2, lo que permite desarrollar estrategias de control sostenible y continuar mejorando la sanidad de los olivos españoles.
Adaptación a nuevas condiciones: salinidad y sistemas de cultivo
La sostenibilidad del olivar depende, cada vez más, de la capacidad de adaptación a suelo salino y a nuevos sistemas productivos. Ensayos realizados en el Valle del Guadalquivir han demostrado que algunas variedades, tanto tradicionales como nuevas selecciones, presentan mejor tolerancia a la salinidad, un aspecto crucial en un contexto de cambio climático y reducción de la calidad de los suelos. El objetivo es identificar cultivares más resilientes y rentables para el futuro de la olivicultura.
El peso del olivo en la cultura mediterránea

La presencia del olivar en la vida rural española es innegable. El olivo forma parte de la historia, la economía y la identidad cultural de más de la mitad de las provincias españolas. Se calcula que, de los más de 1.500 millones de olivos plantados a nivel mundial, alrededor de 340 millones se encuentran en España, lo que convierte a nuestro país en el principal depositario y guardián de esta especie.
La apuesta por la protección, multiplicación y valorización de las variedades autóctonas no solo es una cuestión económica, sino también un legado para las futuras generaciones y una oportunidad para el desarrollo rural sostenible.
Factores de éxito en la producción olivarera
Para optimizar la producción y la calidad del aceite, factores como el correcto plan de fertilización y el aporte de nutrientes específicos, como la potasa en el cuajado del fruto, resultan determinantes. Cada variedad tiene sus propios requerimientos y potencial productivo, por lo que la elección adecuada y el manejo agronómico son claves en el aprovechamiento de la biodiversidad del olivar.
Este recorrido por el trabajo realizado por Biolivo y el análisis de la riqueza varietal española demuestra que la investigación y la protección de la biodiversidad son fundamentales para un sector olivarero fuerte, resiliente y competitivo. La colaboración entre ciencia y territorio, junto con el compromiso con la adaptación y la sostenibilidad, aseguran un futuro prometedor para el olivar tradicional y las comunidades rurales. La diversidad representa una garantía de identidad, valor añadido y protección del patrimonio agrícola frente a los retos del siglo XXI.
