Para que nuestras plantas luzcan sanas y bonitas será muy necesario abonarlas durante toda su temporada de crecimiento, la cual suele coincidir con los meses de primavera y verano. Ellas, al igual que nosotros, necesitan nutrientes para que su cuerpo pueda realizar sus funciones correctamente.
En el mercado encontramos dos tipos de abonos: sólidos y líquidos. Ambos nos pueden ser muy útiles en algún momento, pero los segundos son especialmente recomendables para las plantas en maceta. A continuación te explicamos cuáles son las ventajas de los abonos líquidos.
Los abonos líquidos pueden clasificarse entre orgánicos y minerales. Sepamos cuáles son las ventajas de cada uno:
Abonos líquidos orgánicos
Este tipo de abonos, al ser materia orgánica, es el más aconsejable cuando se quiere abonar plantas hortícolas o el huerto, ya que no afectan de manera negativa ni a los propios seres vegetales ni a la fauna que vive en la tierra. Por este motivo, no tendremos que esperar a que se termine el plazo de seguridad a poder recoger el fruto, pues no tienen tal plazo.
Asimismo, cabe destacar que permiten que los seres vegetales tengan un crecimiento y desarrollo naturales; es decir, que las raíces cogerán sólo lo que necesiten, haciendo que las plantas crezcan realmente sanas, lo que a su vez permitirá al agricultor o jardinero de disfrutar de un huerto o jardín más productivo y bonito.
Abonos líquidos minerales
Este tipo de abonos tienen una absorción más rápida, ya que las raíces pueden absorber los nutrientes directamente al encontrarse en estado soluble. Asimismo, como este tipo de productos tienen el pH idóneo para la toma de dichos nutrientes, el crecimiento se puede ver acelerado.
Hoy en día podemos adquirir abonos para cada tipo de planta; sin embargo, me gustaría decir algo que creo que es muy importante: nos hemos preocupado tanto para que no les falte nitrógeno, fósforo y potasio (NPK), tres macronutrientes esenciales para las plantas, que hemos dejado un poco de lado al resto de nutrientes que también son necesarios, como el calcio, el hierro o el manganeso.
¿Cuál es mejor? Desde mi punto de vista, los orgánicos son más aconsejables, pero por ejemplo los cactus no pueden absorberlo directamente pues en su lugar de origen no hay apenas materia orgánica que se descomponga, de modo que su sistema radicular no está preparado para ello y necesita abonos minerales para poder salir adelante.
Con las otras plantas -excepto con las hortícolas, las cuales se deben abonar con abonos orgánicos- te recomiendo ir combinando: usando un mes uno y al mes siguiente el otro. Así no les faltará de nada.