Imagen – Flickr/jacinta lluch valero
Los arbustos como los del género Westringia son plantas estupendas, ideales como setos bajos o incluso como »plantas de relleno» (es decir, para poner en aquellos huecos que a veces se quedan vacíos, ya sea en un jardín, patio, terraza o balcón). No crecen mucho, y además resisten bien la sequía, y eso por no hablar de que se les puede podar cada vez que sea necesario.
Con unos mínimos cuidados vas a poder tener un jardín espectacular gracias a ellos… y a nuestros consejos.
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Origen y características
Las Westringia, conocidas como romerinos, son arbustos siempreverdes endémicos de Australia. Las hojas recuerdan mucho a las que tiene el romero (Salvia rosmarinus): son lanceoladas, de 1-2cm de largo y de color verde oscuro. Las flores son de color blanco, con algunas manchas amarillas o rojas en la garganta, y miden unos 2cm. El fruto es seco y no se abre al madurar.
Su ritmo de crecimiento es rápido, por lo que si tenemos prisa por acabar nuestro jardín, qué mejor que hacerse con unos cuantos ejemplares. Además, también se pueden tener en maceta.
¿Cuánto crece la Westringia?
Las plantas Westringia son de pequeño tamaño en general. No suelen superar los 2 metros de altura, aunque hay alguna especie, como la W. longifolia que ahora veremos, que sí puede llegar a los 3 metros. Así y todo, como se recuperan bien de las podas es posible tenerlas como arbustos pequeños, en macetas, jardineras y por supuesto en cualquier tipo de jardín.
¿Cuándo florece la Westringia?
La primavera y el verano es su temporada de floración. La Westringia necesita calor para crecer y producir sus flores, de modo que solo lo hará en esas estaciones del año.
Principales especies
En Europa lo cierto es que es un género que no se conoce mucho y, por lo tanto, tampoco se cultiva tanto como en sus lugares de origen. Esto hace que si bien expertos australianos elaboraron una lista con las especies descubiertas (alrededor de 40) que puedes consultar pinchando en el enlace, las que más fácilmente podremos encontrar nosotros son:
Westringia fruticosa
Imagen – Wikimedia/Dlanglois
Es sin duda la más popular. Se conoce como romero costero, ya que crece en la costa este del continente australiano. Esto es muy interesante, pues significa que tolera el suelo y el viento marino. Pero además, se adapta a casi cualquier tipo de terreno, siempre que drene bien el agua.
Westringia longifolia
Imagen – https://triggplants.com.au
Se conoce como romero de Australia o romero australiano, y es una planta que a diferencia de otras especies tiene las hojas alargadas. Crece también en la costa, en concreto de Nueva Gales del Sur, y alcanza una altura de 3 metros. Pero que no te preocupe su tamaño: tolera bien la poda; de hecho, a menudo se le da forma redondeada y compacta para embellecer aún más los jardines.
¿Cuáles son los cuidados?
Los cuidados de la Westringia son los siguientes:
Ubicación
Estas plantas precisan sol directo, a ser posible durante la mañana y tarde. Piensa que suelen encontrarse en la costa, donde los rayos solares inciden sobre ellas de forma directa, motivo por el cual no es posible tenerlas en sombra.
Tierra
- Maceta: sustrato de cultivo universal (en venta aquí) mezclado con un 30% de perlita.
- Jardín: es indiferente, pero debe de tener buen drenaje.
Riego
El riego será moderado tirando a escaso. Las Westringia resisten bastante bien la sequía, por lo que solo tendremos que preocuparnos de regar si las tenemos en macetas, en cuyo caso regaremos 2-3 veces por semana en verano y algo menos el resto del año.
Si se plantan en el jardín las regaremos ocasionalmente, siempre que ya lleven por lo menos un año en el suelo.
Abonado
Imagen – Wikimedia/Philmarin // Westringia dampieri
Desde primavera hasta verano con abonos orgánicos, como el guano. Es recomendable abonar a las Westringia para que puedan florecer con más facilidad.
Poda
La poda se hará tras la floración, hacia el otoño. Se han de quitar las ramas secas, enfermas o débiles cada vez que sea necesario. Si quieres darle una forma redondeada, no dudes en recortar las ramas que sean demasiado largas utilizando unas tijeras de podar limpias.
Época de plantación o trasplante
En primavera, una vez que ya no haya heladas. Si las tienes en maceta, echa un vistazo cada 2-3 años a los agujeros de drenaje, pues si ves que las raíces salen a través de ellos, tendrás que trasplantarlas; e incluso aunque no salgan, si se ve a simple vista que las plantas han ocupado todo el recipiente, o que han dejado de crecer, también será el momento de cambiarlas.
Propagación
La manera más fácil y rápida de conseguir nuevos ejemplares es multiplicándolos por esquejes en otoño. También se puede por semillas en primavera.
Plagas y enfermedades
Son muy fuertes. Solo si se riegan en exceso podrían tener problemas con los hongos.
Rusticidad
Resisten heladas de hasta los -5ºC.
Imagen – Wikimedia/Kevin Thiele // Westringia discipulorum
¿Qué te ha parecido la Westringia?