Dentro de las plantas suculentas, la Ceropegia linearis es una de las plantas colgantes más hermosas. Con varias variantes, ya que también existen las formas variegadas, se ha convertido en una de las más apreciadas.
Pero, ¿cómo es esta planta? ¿Qué características tiene? ¿Y sus cuidados? De todo eso es de lo que te vamos a hablar a continuación. ¿Empezamos?
Cómo es la Ceropegia linearis
Lo primero que debes saber sobre la Ceropegia linearis es que, si la buscas por Internet, te puedes encontrar con la sorpresa de que se muestran dos variantes de la misma planta. En realidad, son dos diferentes, pero que forman parte de la Ceropegia linearis. Hablamos de la woodii y la string of needles (o cadena de agujas).
Esto nos hace tener dos tipos de plantas diferentes.
Por un lado, tenemos la Ceropegia linearis woodii, caracterizada por tener unas hojas en forma de corazón a lo largo de tallos colgantes muy finos. Estos corazones son de base en verde claro y matizado con algunas manchas en marrón u otro color.
Por otro lado, la Ceropegia linearis string of needles, que está compuesta por tallos que crea hojas con un diseño parecido a las agujas.
De hecho, si nos vamos a ser más «correctos», las subespecies que tiene la Ceropegia linearis son las siguientes:
- Ceropegia linearis ssp. linearis
- Ceropegia linearis ssp. debilis
- Ceropegia linearis ssp. tenuis
- Ceropegia linearis ssp. woodii
Lo que sí está claro es que todas ellas son de porte colgante, con unos tallos finos y hojas suculentas. No tiene unas raíces demasiado, lo suficiente para lograr que se asiente y se desarrolle de manera correcta.
Cuidados de la Ceropegia linearis
Ahora que conoces un poco mejor cómo es la Ceropegia linearis, ¿qué tal si te hablamos de los cuidados? En realidad, estos que te proponemos te van a servir para prácticamente todos los subgéneros de la Ceropegia linearis, por lo que no tendrás ningún problema.
Ubicación y temperatura
La Ceropegia linearis es una planta que puedes tener perfectamente tanto en interior como en exterior. Si bien fuera de casa debes protegerla un poco.
Si la tienes en interior, te recomendamos que la pongas en una zona donde tenga mucha luz indirecta, e incluso algo de luz directa durante una hora o así (siempre cuando no incida fuerte).
En el caso de que la tengas en exterior, igual. Elige una zona que esté bien iluminada, pero que le dé al menos el sol de primera hora de la mañana, o el último de la tarde. De esta manera, los colores estarán mucho más brillantes.
Cuando una Ceropegia linearis no recibe luz suficiente te lo hace saber. ¿Cómo? Tirando las hojas. Pero si se te queda calva, que sepas que hay una posibilidad de que salgan adelante. Se trata de recoger sus tallitos, darles vueltas sobre la tierra de la maceta y «plantarlos» ligeramente. De ellos pueden salir nuevas plantas, ya que se convierten en raíces y saldrán de nuevo las hojas.
Ahora bien, en el caso de la temperatura, hablamos de una planta resistente. Pero no del todo. Si bien las altas temperaturas las soporta bien, las bajas no tanto. Su temperatura ideal está entre los 10 y los 30ºC, por lo que hay que procurar que, en invierno, no le pillen descensos de temperatura que dañen la planta.
Sustrato
Has de saber que la Ceropegia linearis crece bastante rápido. Lo cual, para aquellos más impacientes, es perfecto. Eso sí, debido a esto necesita un sustrato adecuado. En este sentido, te recomendamos que hagas una mezcla entre sustrato universal y drenaje, porque no le gusta nada que se le apelmace la tierra.
¿Y materia orgánica? ¿Hummus? Pues lo cierto es que no lo necesita porque, como buena suculenta que es, no precisa tener la tierra húmeda. Así que puedes ahorrártelo.
A la hora de trasplantarla, asegúrate de que las raíces le salgan por abajo de la maceta, ya que mientras que no pase eso deberás dejarla tranquila.
Riego
El riego es una de las partes más importantes de los cuidados. Como suculenta que es, no requiere de un riego excesivo. Además, tiene un ligero problema y es que, si riegas por encima, empapas las hojas que hay sobre la base y estas pueden podrirse. Lo que genera la aparición de hongos que podrían atacar a las raíces y al resto de la planta.
Por eso, a la hora de regar, es mejor por abajo o por inmersión siempre que el agua no toque las hojas.
¿Y cada cuánto? Pues va a depender de dónde vivas, pero más o menos una vez a la semana o cada 10-15 días.
Poda
Tal y como te hemos dicho antes, la Ceropegia linearis es una planta que crece bastante rápido. Y eso hará que, al poco tiempo, veas que tienes que cortarla porque ha crecido de más. Si es así, lo que te podemos recomendar es que cortes los tallos pero no los tires, sino que los plantes de nuevo en la maceta para que esta esté más tupida. O si ya la tienes así, puedes optar por tener otra maceta con la misma planta (y a coste cero).
Plagas y enfermedades
Una de las plagas habituales que puede afectar a la Ceropegia linearis es la cochinilla algodonosa. Esta se puede quitar fácilmente de la planta, y aplicar un aceite de neem o similar para prevenir el problema puede venir bien.
En cuanto a las enfermedades, pueden ocurrir si hay un exceso o falta de luz y de agua sobre todo.
Multiplicación
Para finalizar, tenemos la multiplicación, y la mejor opción en este caso es mediante esqueje de tallo. Solo tienes que cortar el tallo (asegurándote de que tenga varios nudos), quitarle las hojas (al menos algunas) y plantarlo, bien en tierra o en agua. Al cabo de unos días debe aparecer la raíz y en breve empezará a tirar creando nuevas hojitas. Incluso podrían salir nuevos tallos de los distintos nudos.
La Ceropegia linearis es, sin duda, una de las plantas colgantes que más llamará la atención con sus cordones de corazones o de agujas. ¿Te animas a tenerla? Y si ya la tienes, ¿nos dejas algún consejo extra que te haya ido bien?