Si tienes una buganvilla en el jardín seguro que más de una vez has tenido que podarla para que no se desmadre su crecimiento. Pero, ¿sabías que de ahí puedes sacar una nueva planta? ¿Qué tal si te explicamos cómo hacer esquejes de buganvilla?
A continuación te vamos a ayudar a obtener una nueva planta a través de esquejes. No solo aprenderás qué tienes que hacer para que el esqueje salga adelante, sino que te indicaremos cómo elegirlos para tener mayores oportunidades. ¿Vamos a ello?
Qué debes tener en cuenta para hacer esquejes de buganvilla
Vamos a empezar dándote toda la información necesaria para poder hacer esquejes de buganvilla. Y es que has de tener en cuenta que estos no se pueden conseguir durante todo el año. Lo mejor es esperarse a una época concreta. Exactamente en primavera y en verano. Hasta el final el verano tienes tiempo para hacerte con ellos.
¿En el resto de las estaciones no se puede? En realidad, no es que no se pueda, pero no te lo recomendamos si eres principiante porque son algo más complicados de sacar adelante y pueden desanimarte a la hora de hacerlos.
Lo siguiente que necesitas es una planta madre. Intenta escoger una buganvilla que sepas que está sana, que no tiene enfermedades, plagas ni hongos. Al sacar un esqueje de ella vas a tener un clon de esa planta, por tanto, si está en mal estado, aparte de que el esqueje puede no salir adelante, si lo hace podría ser muy débil para convertirse en un ejemplar adulto y que se vea sano.
Cómo hacer esquejes de buganvilla
Con todo lo anterior en mente, ¿nos metemos en faena? Hay de tener en cuenta que habrá que seguir unos cuantos pasos para conseguir el objetivo, que no es otro que tener esos esquejes (y que agarren y formen plantas nuevas). Y, para ello, debes seguir lo siguiente:
Obtener los esquejes
Si estás en primavera, o verano, es hora de obtener algunos esquejes. Como verás, la buganvilla tiene varios tipos de troncos:
- Los jóvenes o verdes, que son los que ha echado ese mismo año y por el que ves que empieza a desarrollarse y a crecer.
- Los semileñosos, que son los que tienen más de un año. También tienen el tallo verde, pero están empezando a crear a su alrededor una corteza leñosa que los irá cubriendo.
- Los leñosos, que son las ramas más viejas de la buganvilla y estarán completamente cubiertas de esa corteza.
Ahora te preguntarás cuál de esos tres es el mejor esqueje. Pues bien, los mejores son los tallos semileñosos. Además, no te va a valer cualquiera. Necesitas que, aquellos que escojas, tengan varios nudos (ya que por ahí es por donde va a enraizar). Y, también, deberás asegurarte de que midan unos 20 centímetros.
Si cumple todas las condiciones solo tienes que hacerte con unas tijeras lo más afiladas posibles, y también desinfectadas) y hacer el corte de arriba en diagonal, pero el de abajo ha de ser recto (y por debajo del nudo).
A continuación debes quitarle las flores, ramas bajas y hojas que tenga. Solo te deben quedar una o dos hojas en la parte superior. Esto se hace para evitar que el esqueje pierda fuerza manteniendo esas hojas, ramas y flores y se centre en lo importante en ese momento: producir raíces.
Dos formas de plantar el esqueje
Ahora que tienes el esqueje, ¿lo plantas en tierra? ¿Lo pones en agua? Es una de las dudas que se te puede plantear, sobre todo si ya eres un poco experto en esquejes y sabes que hay dos formas de hacerlo (no en todas las plantas, pero en casi todas).
Y aquí lo cierto es que tienes dos formas:
Ponerlo en agua
Lo que se hace es poner el esqueje en agua cubriendo los nudos de la rama. A este agua se le deben añadir hormonas de enraizamiento ya que ayudarán a que eche raíces (si no se las echas es mucho más difícil que lo logre por sí mismo).
El tiempo que debes tenerlo ahí es impredecible. Habrá algunos esquejes de buganvilla que enraícen en unas semanas o meses, y otros tarden bastante más. Así que ármate de paciencia.
Eso sí, se recomienda que cambies el agua a menudo, así como las hormonas, para renovarle el agua y que esta no pierda los nutrientes que le pueden proporcionar a la planta. Ni que decir tiene que deberá ser agua libre de cloro, cal… La ideal sería el agua de lluvia o, en su defecto, agua destilada.
Plantarlo en tierra
En este punto muchos expertos recomiendan dejar los esquejes al menos 12 horas en agua vitaminada (con vitaminas del grupo B) para que se activen y además reciban una buena dosis de energía. Incluso también aconsejan pulverizarlos varias veces para mantenerlos húmedos.
Una vez ha pasado este tipo será hora de plantarlos. Eso sí, has de escoger una tierra que retenga mucho la humedad pero que a la vez sea poco fértil y que no tenga ni nutrientes ni tampoco abonos.
¿La mejor? Pues turba, fibra de coco… Mézclala con un poco de perlita o de arena para conseguir que sea más ligera y que no se vaya a apelmazar. Además, puedes añadirle hormonas de enraizamiento (a la tierra o al agua de riego).
Para plantar los esquejes de buganvilla debes tener en cuenta que hay que enterrar al menos 5 centímetros de esta para que, al menos uno de los nudos, quede bajo tierra y pueda enraizar. Si son dos incluso mejor.
Pero de lo que debes asegurarte es que al menos haya nudos que queden en el exterior, porque al igual que de unos saldrán raíces, de otros van a salir los nuevos brotes.
Y ahora te preguntarás, ¿cómo lo planto? Con el corte diagonal hacia abajo o con el recto? Pues bien, has de plantar en la misma orientación que tenía el esqueje, siempre con el corte recto abajo.
A partir de aquí lo único que te quedará es cuidarlo para que salga adelante. Déjalo en una zona donde le dé mucha luz y mantenle el sustrato siempre húmedo, incluso el propio esqueje. En cuestión de 15 días, o un mes, debería echar raíces, aunque tardará más en brotar. Si lo hace, querrá decir que saldrá adelante. Ahora ya sabes cómo hacer esquejes de buganvilla. ¿Te animas a probar tú?