Phlebodium aureum: un tesoro botánico

Así es el phlebodium aureum

Por mucho que sepamos de plantas, siempre hay hueco para que la naturaleza nos siga sorprendiendo con variedades que son realmente espectaculares. Eso es lo que ocurre con el phlebodium aureum, al que quizá conozcas con los sobrenombres de helecho azul o helecho de oro.

Una planta que llama inmediatamente la atención por sus frondosas hojas y su inconfundible color verde-azulado. Si quieres tenerlo en casa y que presente un porte y un desarrollo envidiables, presta atención para conocer todos sus secretos y sus necesidades de cuidados.

¿De dónde procede el phlebodium aureum?

Origen de este helecho

Este helecho procede de las selvas tropicales de América Central y América del sur. Allí, crece silvestre en entornos sombreados en zonas de bosques húmedos. Sacando el máximo provecho posible de los suelos ricos en materia orgánica y de un ambiente en el que no le falta humedad.

A pesar de que es en esas condiciones como mejor prospera, estamos ante una variedad muy adaptable. De hecho, podemos encontrarlo creciendo a diferentes altitudes incluso dentro de su ecosistema nativo.

En su lugar de origen, este helecho cumple un papel crucial en el mantenimiento de la salud del ecosistema, contribuyendo a la regulación del microclima (al regular la entrada de luz) y albergando una variada fauna que incluye desde insectos hasta pequeños vertebrados, que son beneficiosos para las plantas y el entorno.

Características físicas del helecho azul

¿Cuáles son las características físicas de este helecho?

Si quieres saber si estás ante un phlebodium aureum u otra variedad de helecho, presta atención a las siguientes características físicas. Si todas están presentes, se trata de un helecho azul.

  • Hojas lanceoladas. Las hojas de esta planta son largas y lanceoladas, de forma que nos recuerdan la punta de una lanza, con una base más ancha y un pico más estrecho. Esto le confiere al helecho una apariencia elegante y estilizada.
  • Color verde-azulado. Sin lugar a dudas, su rasgo físico más destacado es que sus hojas tienen una curiosa tonalidad verde-azulada. Esto nos recuerda que estamos en presencia de una planta de origen tropical.
  • Textura delicada. Si tocas las hojas del helecho de oro, notarás que son muy suaves. Esto contrasta con el aspecto robusto que tiene la planta, y resulta bastante curioso. No obstante, ya sabes que no es bueno manipular mucho el follaje de las plantas, así que no te excedas.
  • Bordes dentados. Otro detalle particular es que los bordes de las hojas presentan unas dentaduras finas que contribuyen a reforzar la imagen elegante del helecho.
  • Disposición ondulante. Notarás que su follaje no crece siguiendo un patrón rígido, sino todo lo contrario. Podemos apreciar cierta ondulación en la forma de las hojas, lo que le da un aire más fluido.
  • Frondosidad. Otro aspecto que llama la atención del phlebodium aureum es que sus hojas parecen crecer en todas direcciones, consiguiendo así que la planta tenga un aspecto exuberante.

Propiedades medicinales de esta planta

Las cinco variedades que componen el género Phlebodium son conocidas por sus propiedades para purificar el aire de sustancias tóxicas. En el caso de phlebodium aureum, se han reconocido sus propiedades beneficiosas para la salud, hasta tal punto que forma parte de la farmacopea natural y se emplea en la elaboración de medicamentos, especialmente en aquellos destinados a tratar problemas dermatológicos.

Propiedades antioxidantes

El helecho azul tiene una gran cantidad de polifenoles y flavonoides, que son conocidos por sus facultades antioxidantes. Ayudan a combatir los radicales libres y contribuyen a la protección celular y a promover un envejecimiento más saludable.

Antiinflamatorio natural

El extracto de phlebodium aureum tiene reconocidas propiedades antiinflamatorias, por lo que se está experimentando con él en el tratamiento de enfermedades inflamatorias de carácter crónico.

Apoyo a la salud digestiva

En América Central es común consumir infusiones elaboradas con hojas del helecho de oro para aliviar los problemas gastrointestinales.

Además, hay una investigación que se encuentra en sus etapas iniciales y que está valorando la capacidad de esta planta para regular los niveles de glucosa en sangre.

¿Qué cuidados necesita el phlebodium aureum?

Cuidados para tu helecho

Con todas las propiedades beneficiosas que tiene para la salud y lo bonita que es esta planta, está claro que es un auténtico tesoro de la naturaleza. Si quieres tenerla en casa, estos son los cuidados esenciales que debes proporcionarle:

Condiciones de luz

En su hábitat natural, el phlebodium aureum vive en un estado de semisombra, porque otras plantas más grandes le tapan la luz. Si lo tienes en casa y quieres que prospere bien, ubica el helecho en un lugar en el que reciba luz indirecta filtrada.

Aunque puede tolerar recibir algo de sol de manera directa, es mejor que esto no suceda durante las horas centrales del día.

Temperatura ideal

El phlebodium aureum funciona bien como planta de interior porque prefiere los ambientes cálidos y húmedos. La temperatura ideal para esta planta oscila en un rango de 18º a 24º C, que es la que hay en su hábitat natural.

Para que no sufra daños, es mejor que la mantengas a resguardo de corrientes de aire frío y que evites exponerla a cambios bruscos de temperatura.

Condiciones de humedad

Como imaginarás, en los bosques tropicales de los que es originario este helecho, el nivel de humedad es bastante elevado. Por tanto, para tenerlo en casa y que esté bonito, debemos proporcionarle un entorno húmedo.

Una buena opción es colocar un humidificador en la habitación y dejarlo funcionar durante varias horas. Pero también tienes la opción de colocar la maceta sobre un plato con guijarros y añadir un poco de agua en el platillo.

Medio de plantación

Escoge para este helecho un sustrato que tenga una buena capacidad de drenaje y que sea rico en materia orgánica. Evita que el agua se acumule en la base de la maceta para que las raíces no se pudran.

Riego del phlebodium aureum

Es importante que el sustrato esté siempre ligeramente húmedo. En cuanto veas que la capa superior empieza a secarse, es momento de regar de nuevo, pero sin encharcar.

Con estos cuidados consigues que el phlebodium aureum tenga unas condiciones lo más similares posibles a las que tiene en su entorno natural. Así que lo verás crecer fuerte y sano.


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