A quién y a quién menos les gusta el musgo. Es una forma de cubrir el suelo dejando una planta tan compacta que apenas deja espacio para nada más. Y parecida a esta es la selaginella apoda. ¿Conoces esta planta?
A continuación te vamos a hablar de las características que tiene, cómo es y también de los cuidados que necesita por si quieres apostar por ella en tu jardín. ¿Empezamos?
Cómo es la selaginella apoda
A la selaginella apoda se la suele conocer como Espiga prado de musgo. Es oriunda de Estados Unidos y de México, concretamente de hábitats relacionados con pantanos, humedales, bosques, cerca de arroyos… y es que la planta en sí necesita de una buena humedad para poder sobrevivir y dar ese aspecto verde tan característico.
Físicamente se trata de una planta perenne (es decir, que te aguantará todo el año con hojas) y tiene un aspecto muy parecido al musgo. Es de porte compacto y tiene una altura de entre quince y veinte centímetros.
Con respecto a sus tallos, pueden ser erguidos o rastreros, aunque lo habitual es que sean de la segunda forma. De ellos sale el follaje, que será de un verde bastante intenso, lo cual llama la atención. Eso sí, no esperes flores porque en este caso no tiene esa capacidad.
Como planta en sí, el uso más habitual que se le da es de interior, o bien en invernaderos o en terrarios. El motivo es por sus necesidades especiales, ya que requiere que tenga una temperatura y humedad adecuadas para que no se seque. Por eso, a veces se suele tener en estos lugares. Pero eso no implica que no puedas tenerlo en el jardín. Siempre que cumplas con sus cuidados, podrá disfrutar de ello.
Cuidados de la selaginella apoda
Ahora que conoces un poco más la selaginella apoda, ¿qué cuidados precisaría? Es una de las plantas que no muchas personas se animan a tener en casa. Pero si te gusta el musgo es quizá más resistente que este.
A continuación, te damos todas las claves para que puedas tomar una decisión de si es la planta adecuada para ti.
Ubicación y temperatura
En su hábitat natural, la selaginella apoda es una planta de exterior. En realidad, todas lo son. Pero por sus características, en una casa es preferible tenerla en interior, en un invernadero o incluso en un terrario.
En cuanto al sol, no es una planta que necesite sol directo. De hecho, es lo peor que puedes hacer porque la planta acabará por quemarse y morir. Escoge, a cambio, la semisombra o luz filtrada. También puede estar en sombra, siempre y cuando tenga algunas horas de luz indirecta para que se nutra.
Con respecto a la temperatura, debes saber que es algo exigente, porque la ideal estaría entre los 13 y los 18 grados centígrados. Es por eso que no se recomienda en zonas donde suba demasiado la temperatura, si bien es capaz de aguantarlas siempre que la humedad ambiental sea lo suficientemente alta para la planta.
Sustrato
La selaginella apoda no es una planta demasiado exigente con respecto a la tierra a utilizar. De hecho, con un sustrato universal sería más que suficiente. Si bien se recomienda echarle un poquito de perlita para que esté más suelta y no se le compacte mucho.
Ten en cuenta que son plantas que crecen muy lentamente, por lo que no van a necesitar trasplantes rápidos, sino de varios años entre sí.
Riego y humedad
Siguiendo con los cuidados de esta espiga prado de musgo, el riego es importante porque necesita que la tierra esté siempre húmeda. De hecho, no tolera la sequía, ni siquiera por unas horas.
Usa siempre agua sin cal, y nunca fría. Es preferible que sea tibia (si donde vives, el agua en su ambiente suele estar fría conviene más calentarla un poquito). Es un pequeño truco de expertos para lograr que la selaginella apoda esté bien cuidada.
Además, te recomendamos que estés pendiente de sus necesidades de agua para que el sustrato nunca lo tenga seco (no te debes preocupar en demasía por el exceso de agua en este caso).
Ahora bien, también debes controlar la humedad, porque hay que conseguir que sea alta (entre el 70-80%). Esto puedes conseguirlo con un humidificador, controlando la temperatura y humedad en un terrario o bien rociando de vez en cuando a las plantas con agua.
Abonado
Tal y como te hemos contado con el sustrato, lo cierto es que esta planta no es de necesitar un abonado. Pero sí es cierto que, si ya han pasado varios años desde que la plantaste, el aplicarle un poco de abono de vez en cuando no es mala idea.
Es más, puede hacer que ayude a salir de un parón (en la que veas que no crece) al darle más nutrientes.
Poda
Tampoco va a ser necesaria con estas plantas, porque no lo necesitan. La planta crece tan lenta que apenas te darás cuenta de cómo evoluciona.
Plagas y enfermedades
La mayoría de las plagas y enfermedades a las que te vas a enfrentar con esta planta son, sin duda, consecuencia de una falta de humedad ambiental o exposición a temperaturas altas, sol…
Cuando le falta humedad, verás que las hojitas que tiene se le rizan y se le tornan marrones. Además, aparecerán los ácaros.
Afortunadamente, si la coges a tiempo, puedes recuperarla porque solo has de aumentar la humedad y esperar a que se recupere. En el caso de ácaros, tener un producto para combatirlos, y aceite de neem para prevenir su aparición, será más que suficiente.
Multiplicación
Por último, nos quedaría la propagación. Y esta se puede hacer por división de la planta (asegurándote de que haya raíces en cada parte); o bien por esquejes.
Los esquejes siempre deben recogerse en primavera para dejarlos unos días que sellen la herida y después se planten.
Como ves, la selaginella apoda es una planta muy vistosa, sobre todo si consigues macetas de ella que van creciendo con una forma frondosa. ¿Te animas a tenerla en casa?