Turba, un fertilizante natural para tus plantas

fertilizante par aplantas "turba".

Las plantas y los árboles son seres vivos que necesitan nutrirse para crecer, reproducirse y protegerse frente a las plagas y las enfermedades. Por eso, nunca está de más enriquecer su medio de plantación con un abono orgánico como lo es la turba.

Si has oído hablar de ella y de sus bondades pero no sabes de qué se trata exactamente o cómo utilizarla, has llegado al lugar adecuado. Vamos a resolver todas tus dudas en torno a este fertilizante natural.

¿Qué es la turba?

¿Qué es la turba?

Si el suelo es un medio apto para el crecimiento de las plantas, es porque en él estas pueden encontrar una serie de nutrientes que son esenciales para su desarrollo.

Con el tiempo, es normal que los suelos se vayan desgastando, porque las plantas y los árboles absorben los nutrientes presentes en los mismos. Esto hace necesario enriquecer de nuevo el medio de plantación, y es entonces cuando podemos recurrir a la turba.

Se trata de un sustrato orgánico que se forma a través de la descomposición parcial de materiales vegetales. Es una acumulación de restos vegetales (musgos, restos de poda, helechos, etc.) que se ha ido descomponiendo de forma lenta a causa de la acidez y de la falta de oxígeno.

Al añadir la turba a un suelo destinado a la plantación, conseguimos que este recupere nutrientes.

Entre sus características podemos destacar:

  • Composición química. Se compone básicamente de materia orgánica en descomposición con un alto contenido de carbono.
  • Propiedades físicas. Tiene una estructura esponjosa que procede de la acumulación de material vegetal húmedo. Además, tiene una gran capacidad para retener agua.
  • Color y textura. Su color es oscuro por la concentración de materiales orgánicos en descomposición, y su textura es liviana.
  • Acidez. La turba es ácida debido a la liberación de ácidos orgánicos que se produce durante la descomposición. Esto puede afectar al pH del suelo al que se añade.

¿Cómo se obtiene la turba?

¿Cómo obtener la turba?

La turba se obtiene de turberas. Áreas húmedas y pantanosas en las que se produce una acumulación de material vegetal.

Para obtenerla se sigue este proceso:

Identificación de las turberas

Las empresas dedicadas a la comercialización de este producto llevan a cabo una labor de identificación de turberas que resulten adecuadas.

Lo habitual es recurrir a las que están en pantanos, ciénagas o áreas húmedas, porque en ellas se acumula una cantidad significativa de material vegetal en descomposición.

Drenaje

Antes de la extracción, se drena la turbera para eliminar la humedad y facilitar el acceso de la maquinaria que va a sacar el producto de su ubicación natural.

Extracción mecánica

Para obtener la turba se utilizan excavadoras o retroexcavadoras que extraen la capa viva (la capa superior de la turbera) y poder así acceder a las capas más profundas de turba, que son las que tienen un mayor valor.

Secado, trituración y tamizado

Una vez obtenida, la turba es secada al sol o en instalaciones específicas de secado. En un proceso que puede durar varias semanas.

Después el producto se tritura y tamiza para hacerlo más homogéneo y liberarlo de posibles impurezas. Tras eso, está listo para su empacado y distribución.

Un proceso que está en entredicho

El proceso de formación de la turba es gradual y lleva miles de años, por lo que su extracción con fines comerciales está en entredicho.

La extracción masiva de turba de las turberas contribuye a degradar los hábitats naturales que hay en las mismas. Por eso, desde hace años se están estudiando otras alternativas más sostenibles. Por ejemplo, el uso de sustratos basados en materiales renovables y reciclados.

Cómo se echa la turba

Así puedes cosechar este fertilizante

Este fertilizante orgánico se utiliza en diferentes contextos dentro de los campos de la jardinería, el paisajismo y la agricultura. Lo habitual es mezclarla con la tierra o sustrato para que su materia orgánica se integre en el medio de plantación y empiece a liberar nutrientes.

Algunas de sus aplicaciones más comunes son:

Mezclas para macetas y sustratos

Es habitual mezclar la turba con otros componentes como la perlita, la vermiculita, la corteza de pino y la arena. Con el objetivo de crear mezclas para macetas y sustratos que permitan cultivar diferentes variedades de plantas en contenedores. Esto incluye desde plantas ornamentales hasta verduras.

Germinación de semillas

Por su gran capacidad para retener la humedad, la turba es muy utilizada para conseguir la germinación de semillas.

Mejora del suelo

En jardines de gran tamaño, la turba se utiliza para mejorar la estructura del suelo, su capacidad de retención de agua y su capacidad para proporcionar nutrientes orgánicos a las plantas.

Compostaje

La turba se puede incorporar a los contenedores de compostaje con el fin de mejorar la estructura orgánica del compost y de aumentar su capacidad para retener agua.

Reforestación

Este abono orgánico se puede utilizar en proyectos de revegetación y reforestación de áreas degradadas. Con la intención de mejorar la calidad del suelo y facilitar con ello el restablecimiento de la vegetación.

Cultivo de hongos

Dada su alta capacidad para almacenar humedad, la turba es uno de los materiales más empleados para el cultivo de hongos. Y es que resulta ser un medio propicio para su crecimiento y desarrollo.

Alternativas a la turba

Como decíamos antes, la extracción de turba no es sostenible, y pone en riesgo ecosistemas que ya están de por sí amenazados. Por eso, a pesar de sus múltiples beneficios para el campo de la jardinería y de la horticultura, es mejor buscar alternativas que resulten más sostenibles.

  • Coco coir. Es un subproducto procedente de la industria del coco. Se caracteriza por ser ligero y tener una buena capacidad para retener el agua y dejar pasar el aire.
  • Fibra de cáñamo. Como el coco coir, tiene una buena capacidad para retener el agua y aporta una estructura adecuada para el desarrollo de las raíces. Por eso, se utiliza cada vez más en las mezclas de sustrato para macetas.
  • Compost. Este abono se crea a base de materiales orgánicos en descomposición y puede aportar una gran cantidad de nutrientes al suelo, además de mejorar su estructura. Su ventaja añadida es que podemos fabricarlo directamente en casa.
  • Residuos forestales. Cortezas de árboles, astillas, virutas, etc., pueden utilizarse para mejorar la calidad del suelo.

La turba es un fertilizante de alta calidad, pero no es sostenible. Si decides utilizarla, asegúrate de que proceda de fuentes sustentables y gestionadas de manera responsable.


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