Una de las alocasias más raras y apreciadas por muchos es la Alocasia Frydek. Tanto en su versión normal, como en la variegata, es de las más atractivas que existen. Pero, ¿alguna vez la has tenido en tu casa?
Si quieres conocer cómo es la Alocasia frydek, los cuidados que necesita y algunas peculiaridades sobre esta te lo contamos todo a continuación.
Cómo es la Alocasia frydek
La Alocasia Frydek, de nombre científico Alocasia micholitziana ‘Frydek’, es una de las plantas tropicales de interior más hermosa que puedes tener en casa.
Su característica principal no es otra que contar con unas hojas muy grandes que tienen forma de flecha y cuyas venas son en color blanco (o plateado). Pero, además, estas hojas tienen un tacto como el terciopelo.
Cada una de las hojas tiene su propio tallo, que suele ser bastante largo y erecto.
Otra de las características de esta alocasia está en el hecho de que puede florecer. No es algo habitual que ocurra en interiores, pero sí puedes encontrarte con esto en alguna ocasión. Sin embargo, no son flores muy vistosas. De hecho, suele ser una espata de color verde claro que da una espiga de color blanco crema. Pero, como te decimos, no es algo llamativo, ya que lo que de verdad impresiona son sus hojas.
Cuidados de la Alocasia frydek
Tras conocer un poco más a fondo cómo es la Alocasia frydek, a continuación queremos darte una guía de cuidados para que puedas disfrutar de ella. Debemos advertirte que no es una planta fácil de cuidar. Es algo delicada y si no le proporcionas los cuidados que necesita se puede morir fácilmente. Pero, al ser bulbosa, siempre que el bulbo esté bien podrás volver a intentarlo, aunque el tamaño de las hojas es posible que no vaya a ser tan grande como cuando la compraste.
Dicho esto, aquí va todo lo que debes tener en cuenta:
Ubicación y temperatura
Si bien hablamos de una planta tropical de interior, lo cierto es que, dependiendo de dónde vivas, podrías ubicarla en el exterior. Lo normal es que esté dentro de casa para controlar la temperatura en la que vive (de la que te hablamos un poco más adelante). Pero, al mismo tiempo, necesita luz. No directa, pero sí indirecta, y cuanta más mejor. En general, con cuatro o cinco horas de luz es suficiente; incluso, darle un poco de luz solar directa a primera hora de la mañana, o a última de la tarde puede ser beneficioso (pero solo cuando esté adaptada al clima).
Algo que te darás cuenta es que la planta mueve sus hojas para orientarse hacia el sol. Y estas crecerán más si tienen más sol. Por eso se recomienda ir moviendo la maceta (girándola) para que no haya un problema de que la planta se incline solo hacia un lado o que haya hojas que se desarrollen débiles o con un crecimiento demasiado lento.
En cuanto a la temperatura, la Alocasia frydek es un poco exigente. Su ideal estaría entre los 18 y los 29ºC. Sin embargo, si la mínima baja de 16ºC ya estaría sufriendo, y perderías las hojas sin remedio. Por eso, en climas fríos se recomienda tenerla siempre en interior y protegida de las bajas temperaturas (pero al mismo tiempo no se recomienda tener cerca de fuentes de calor porque resecan demasiado el ambiente y esto tampoco le va bien).
Riego
El riego es uno de los cuidados más importantes de la Alocasia frydek, y también el que más quebraderos de cabeza te puede dar.
Para empezar, le gusta la tierra que esté un poco húmeda, pero no demasiado. Le gusta el riego abundante, pero hay que esperar a que la tierra se le seque por completo para volver a regar. Por eso, es mejor regar más veces pero menos cantidad, que pasarte con el agua.
Dependiendo de dónde vivas, el clima que haga, temperatura, etc. es posible que debas regarla entre una y tres veces a la semana en verano; y una o dos veces al mes en invierno.
Es importante que no se le quede agua en un plato que mantenga mojadas las raíces, porque es fácil que se le pudran. Por eso, lo mejor es un plato con guijarros y agua que no toque el agua (esto te servirá para la humedad como veremos a continuación).
Humedad
Tal y como te hemos advertido, no es bueno que la planta esté en agua porque se le pudren las raíces. Pero al mismo tiempo sí que necesita humedad. Eso significa que deberás ubicarla en una zona donde tenga al menos un 50% de humedad. Si está por debajo, la planta va a sufrir, causando que sus hojas se sequen, se le pongan marrones o incluso que detenga su crecimiento.
Para lograr mantener a raya esto, lo mejor es un humidificador, porque así controlarás el nivel que haya (ten en cuenta que, a más humedad, menos riego necesitará porque ya estará húmeda de más).
Sustrato
Con las necesidades de riego que tiene, el mejor sustrato que puedes ponerle es aquel que se mantenga húmedo más tiempo. Por eso, usa algo de turba o de humus. Pero no solo, sino que debes mezclarlo con un drenaje como perlita, piedra pómez, etc.
Asegúrate de que tiene el pH entre 5,5 y 6,5 para que esté sana, y tendrás que revisarlo cada pocos meses ya que este cambia conforme pasa el tiempo.
Abonado
En cuanto al abonado, deberás hacerlo cuando no hayas trasplantado. Es importante que abones la Alocasia frydek durante la primavera y el verano, al menos cada tres o cuatro semanas. Es decir, cada 20 días, o cada mes.
En cuanto al fertilizante a usar, elige uno que puedas echar con el agua de riego, y a ser posible a la mitad de la dosis que te diga el fabricante. En el caso de esta planta, el mejor sería uno que fuera rico en nitrógeno, y no tanto en potasio o fósforo.
Poda
La poda de la Alocasia frydek no es muy necesaria. Pero sí tendrás que cortarle las hojas que estén ya mal para animar a que saque nuevas. En general, debes esperar a que se caigan por sí mismas y luego cortar los tallos (siempre y cuando de ellos no salgan nuevos, claro).
¿Te animas ahora a tener una Alocasia frydek?