Araguaney

El color amarillo y anaranjado de los árboles de hoja caduca son belleza pura para un bosque. Nos transmiten numerosos sentimientos e inspiración para muchas personas. Hoy vamos a hablar de un árbol cuyas flores son amarillas y le otorgan un color semejante al que buscamos. Está verde casi el resto del año y en la época de floración es cuando más rejuvenece. Se trata del araguaney. Su nombre científico es Handroanthus chrysanthus y se conoce como un Árbol Nacional de Venezuela.

En este artículo vamos a enseñarte las características y las curiosidades del araguaney para que no te pierdas ni un detalle de este mágico árbol.

Características principales

Se le conoce también por el nombre de guayacán amarillo por el color de sus flores. Pertenece naturalmente a las selvas tropófilas. Estos es, a las selvas que cuentan con una formación vegetal repleta de bosques de árboles caducifolios. Estos árboles son los que pierden el follaje en una determinada época del año.

Entre otros nombres por lo que podrás escuchar este árbol son zapito, zaptillo, roble amarillo, tajibo y cañahuate. Se trata de un árbol capaz de llegar a los 35 metros de alto y un diámetro de 60 centímetros. Es un árbol con hojas caducas, por lo que las pierde en la época más fría. No tiene demasiadas ramas, pero sí que son fuertes y ascendentes. La corteza es de color gris a café oscuro y con una textura bastante áspera.

Las hojas son de tipo opuestas y posee 5 hojuelas. Son de 5 a 25 centímetros de largo y tienen entre 8 y 20 cm de ancho. Las flores son de tipo campana, pero son bastante grandes. Posee el color amarillo claro, por lo que hacen a este árbol muy vistoso. Tiene algunas líneas de color rojo en el cuello. Normalmente, las puedes encontrar formando grupos de inflorescencias sobre las ramas y la extremidad del tallo. Suelen tener una longitud de entre 5 y 12 centímetros.

En cuanto a sus frutos, son unas cápsulas cilíndricas y se abren de forma espontánea cuando llega la época de madurez. Suelen tener un tamaño largo de entre 11 y 35 cm pero muy estrechos, tan sólo entre 0,6 y 2 cm. En su interior, posee algunas semillas aplanadas y aladas. Suelen tener el color plateado.

Área de distribución y estado de conservación

Este árbol se desarrolla de forma natural a una altura de unos 1.000 metros. En el clima, nos encontramos con unas precipitaciones anuales de entre 1500 y 3000 mm. Las temperaturas son, por lo general, medianamente altas con 18 a 23 grados de media. Esto hace que el clima donde prefiere vivir es el tropical o subtropical.

En cuanto al suelo, prefiere distribuirse por zonas donde el suelo tiene una textura franca con un buen drenaje para no acumular agua en las raíces. El pH suele estar entre 6 y 8,5.

Crece en los bosques tropófilos y en llanos de Venezuela. Crece de forma más abundante en aquellas zonas donde el clima es intertropical semiárido.

Cuando llega el tiempo de la floración, es posible ver cómo forma auténticas alfombras de flores amarillas. De  la misma manera, cuando los frutos salen, el valor ornamental del araguaney crece enormemente. La floración tiene lugar en la época que va de febrero a abril. Es la época más seca en el hábitat natural. Las semillas aprovechan las primeras lluvias. La floración no es la misma en todos los lugares donde vive. Por ejemplo, los ejemplares de araguaney de Ecuador florecen en la época de octubre a diciembre.

En cuanto a su conservación, su madera se considera una de las más pesadas y duras del neotrópico. Por ello es interesante para la fabricación de carrocerías, pisos de uso industrial, dormitorios, muebles, etc. Esta madera es resistente al agua salada y a las termitas. Cuando una especie está en el punto de mira del ser humano, normalmente comienzan a reducirse drásticamente las poblaciones.

Se ha visto en arboricultura urbana. Es perfecta para atraer a las abejas para que polinice sus flores y se pueda producir bastante miel. Sirve también para dar sombra en espacios públicos.

Cuidados del araguaney

Hay que decir que este árbol no es para nada exigente en los cuidados. Sin embargo, hay que tener mucha paciencia cuando es cultivado, dado que su crecimiento suele ser bastante lento. Aún teniendo todas las condiciones favorables como lo son un suelo fertilizado, fumigaciones para no ser invadido por plagas y enfermedades, lluvias abundantes, clima perfecto, etc. El crecimiento es muy lento.

Es posible que tarde entre 5 o 6 años en dar su primera floración tras plantarlo. Una vez que, por fin florece, tendrás todo un espectáculo embellecedor. Se puede decir que la espera tiene su recompensa. Lo malo de este árbol es que, aunque muy vistosa, la floración tan sólo es una vez al año. Luego de la floración, pierde las hojas y crecen ramas nuevas. Se puede decir que el árbol se renueva por completo.

El resto del año las hojas en verde vuelven a crecer hasta que llegue la época de floración de nuevo. Es realmente una maravilla para la ornamentación de espacios públicos dado que no causa grietas ni en asfalto ni en ningún lado en concreto.

El clima ideal que necesita el araguaney es el habitual existente en los climas tropicales. Es normal que la ubicación sea a pleno sol. Necesariamente, le deben de dar al menos 6 horas de sol directo al día. Aconsejamos que haya algo de humedad en el ambiente para un mejor desarrollo y estado de salud. Hablamos de un árbol que crece en lugares tropicales y donde las precipitaciones son muy abundantes. Lo más normal es que tengamos que recrear dichas condiciones allá en el lugar donde lo plantemos.

Se puede plantar en zonas cercanas a las costas, porque resiste la salitre y los vientos. El frío no es un buen aliado, por lo que deberemos protegerlo si hay alguna helada. En cuanto al suelo, ya hemos mencionado que crece en terreno bien fertilizados con buena cantidad de materia orgánica, textura franca y con buen drenaje.

Espero que estos consejos sirvan para disfrutar del araguaney en vuestro jardín.