Dicen los expertos que cuidar bonsáis es una actividad relajante que ayuda a dejar atrás los episodios de estrés. Si te gusta la jardinería, poner algunos de estos pequeños árboles en tu vida podría ayudarte a que tu hobby sea todavía más efectivo frente al estrés. Una buena adición a esa colección es el bonsái jacaranda.
Vamos a contarte todo lo que debes saber sobre este árbol el miniatura y los cuidados que necesita. Al finalizar este artículo sabrás todo lo que hace falta para disfrutar de la belleza de esta especie.
¿Qué es un bonsái jacaranda?
El Jacaranda Mimosifolia o Jacarandá es un árbol de hoja semi-perenne originario de zonas cálidas. Podemos encontrarlo en el sur de Estados Unidos, en Sudáfrica, en Australia, y también en algunos países del Mediterráneo.
En su estado natural puede llegar a alcanzar hasta 12 metros de altura y cuenta con un tronco muy grueso.
Sus hojas nos recuerdan a las de los helechos, agrupándose en panículas que llegan a medir hasta 5 centímetros. Entre la primavera y el verano el árbol produce unas flores moradas que pueden aguantar hasta dos meses. Además, es común ver en él unas vainas de gran tamaño y aspecto leñoso que es donde se encuentran las semillas.
En función de su lugar de crecimiento y de la cantidad de luz que reciba, esta variedad pierde o no sus hojas durante el invierno.
El bonsái jacaranda no es otra cosa que la versión en miniatura de este gran árbol. Como todos estos árboles enanos, requiere de especiales cuidados y atenciones para mantener un porte pequeño y, aún así, ser un fiel reflejo de su versión en tamaño natural.
¿Cómo conseguir un bonsái jacaranda?
Hay dos formas en las que puedes empezar a cuidar de un árbol de este tipo:
- Compra de semillas. En viveros especializados puedes encontrar semillas de árbol de jacaranda. Si conoces la ubicación de algún ejemplar de esta especie, podrías hacerte con unas cuantas vainas y conseguir así las semillas. Eso sí, ten en cuenta que «criar» el árbol desde las semillas es algo mucho más costoso, y tardarás una temporada en ver los primeros brotes.
- Compra una planta joven. La alternativa más habitual es comprar un árbol de jacaranda que sea joven, incluso que ya esté siendo tratado para convertirse en un bonsái. Si no tienes mucha experiencia en trabajar con árboles en miniatura, esta es la mejor opción. Además, podrás disfrutar de la belleza de esta especie desde el primer momento.
Primeros pasos para cuidar tu bonsái
El cuidado de bonsáis es una habilidad que se mejora con el tiempo y en la que la experiencia es especialmente importante. Es posible que tengas que experimentar varios fracasos hasta encontrar la mejor forma de cuidar estos pequeños árboles. Lo bueno es que el jacarandá es bastante resistente, por lo que es una buena alternativa para los principiantes.
Escoge el lugar ideal para él
Para un adecuado crecimiento, este árbol debe estar en un lugar en la que la temperatura no baje de los 15º C. Si no puedes tenerlo en un espacio así, tendrás que tener la precaución de protegerlo de las bajas temperaturas. No obstante, incluso si lo mantienes en el interior de casa durante todo el año, no te preocupes si ves que pierde sus hojas durante el invierno, porque volverán a rebrotar en primavera.
Si tienes tu bonsái jacaranda en el exterior y lo pasas al interior en invierno, cuando llegue el mes de mayo ya puedes sacarlo de nuevo al patio o jardín. Pero ten cuidado con las heladas tardías que todavía pueden darse en esta época del año.
Coloca la maceta en un lugar en el que reciba una buena cantidad de luz solar cada día, para que obtenga la energía que necesita para crecer bonito.
Riego del bonsái jacaranda
Si aprecias que las hojas de tu árbol parecen estar menguando y adoptan una tonalidad marrón, lo que ocurre es que no están recibiendo los nutrientes que necesitan por falta de riego. Este árbol necesita que el sustrato se mantenga ligeramente húmedo.
En función del sustrato utilizado, del lugar donde lo hayas ubicado, y de la época del año en la que nos encontremos, tendrás que regarlo una o dos veces por semana. Pero no abuses del agua, o entonces las hojas se volverán amarillas y se caerán.
Poda del bonsái
Una de las características de este árbol es que crece a un ritmo muy rápido. Si le estás dando los cuidados adecuados y lo abonas de forma semanal (cada dos semanas en invierno), notarás que empieza a tener muchas hojas y sus ramas son más largas.
Cuando las hojas hayan crecido hasta cuatro o cinco pares, puedes podarlas para dejarlas en dos pares. Aunque la poda debe hacerse preferentemente en primavera, puedes eliminar hojas siempre que lo necesites.
Los bonsáis se «entrenan» para que adopten esa particular forma de árboles enanos. La técnica para hacerlo es el alambrado, sobre la que deberías estudiar un poco más para poder entrenar el árbol sin llegar a dañarlo. En el caso de los bonsáis jacaranda, el alambre no debería estar puesto durante más de tres meses.
El árbol debe permanecer enano, pero no tienes que impedir del todo su crecimiento. Lo ideal en estos casos es trasplantar el jacarandá cada dos años, durante la primavera. Escogiendo siempre un sustrato con buena capacidad de drenaje, y una maceta que permita evacuar el agua sobrante del riego.
Cultiva la paciencia con el bonsái jacarandá
Como decíamos al principio de este artículo, cuidar bonsáis es una actividad relajante, que invita a trabajar en silencio y potencia la concentración. No vas a ver los resultados de manera inmediata, así que debes tener mucha paciencia para cuidar tu árbol. Llegar a tener un bonsái vistoso es una actividad que puede llevarte años de trabajo.
Lo que te recomendamos es que no pienses en la meta, sino que te centres en disfrutar al máximo del proceso de cuidado y formación del bonsái jacaranda. ¿Tienes un árbol de este tipo en casa? ¡Nos gustaría conocer tu experiencia a través de los comentarios!