El clerodendrum trichotomum o árbol del destino es un arbusto o pequeño árbol con una floración tan particular que llama inmediatamente la atención de todo aquel que lo ve. Sin embargo, no es demasiado conocido.
Se trata de una variedad originaria de Asia que se ha ido extendiendo tanto por Europa como por América, especialmente en aquellos lugares en los que los inviernos tienen temperaturas moderadas y los veranos son cálidos.
Todo lo que hay que saber sobre el árbol del destino
El clerodendrum trichotomum tiene su origen en Asia oriental, siendo muy común en China, Japón y Corea. Pero debido a su belleza se ha popularizado como planta ornamental en muchos lugares de Europa y Estados Unidos.
En Europa crece bien en zonas que tienen un clima templado y mediterráneo, como Italia, España, Grecia y el sur de Francia.
De este pequeño árbol o arbusto podemos destacar:
- Hojas. Son de tamaño grande, simples y opuestas, con una forma que varía ligeramente de ovalada a lanceolada, pero siempre con los bordes dentados. Su color es verde brillante en la parte superior y un poco más claro en la parte inferior.
- Aspecto. Tiene un porte erecto y llega a alcanzar hasta seis metros de altura. Destaca por sus ramas delgadas y sus curiosas flores.
- Flores. La floración del árbol del destino se produce entre verano y principios del otoño. Las flores tienen un agradable y dulce aroma y son muy vistosas. Tienen una apariencia tubular de color blanco, y están rodeadas por un cáliz que se va tornando rojo brillante a medida que se va formando el fruto.
- Frutos. Este árbol da unas pequeñas bayas de color azul oscuro o negro que no tienen interés alimenticio para el ser humano, pero sí para los insectos polinizadores. De este fruto se extrae un curioso pigmento azul que es único en su tipo.
Por lo demás, tal y como vamos a ver a continuación, estamos ante un arbusto relativamente fácil de cuidar y resistente.
Cuidados que necesita el clerodendrum trichotomum
Si estás pensando poner un árbol del destino en tu jardín, presta atención para conocer bien los cuidados que necesita.
Condiciones de ubicación y luz
Este árbol prefiere ubicaciones en las que reciba varias horas de luz solar directa cada día. Aunque también crecerá bien si la luz solar que recibe es parcial, es decir, si está durante unas horas al sol y luego recibe sombra.
Lo que no es bueno para el clerodendrum trichotomum es tener más horas de sombra que de luz. Cuanta más luminosidad reciba, más rápido será su crecimiento y su floración se volverá más abundante.
Si pones el clerodendrum trichotomum en un lugar de sombra densa, podrás comprobar que su crecimiento se vuelve lento, la planta adquiere un aspecto débil, y la floración es muy limitada.
Procura, además, que el arbusto esté en un lugar protegido del viento, si es que vives en un lugar en el que suela haber vientos fuertes, porque estos podrían dañar sus ramas.
Suelo para este arbusto
El sustrato que acoja a este pequeño árbol tiene que tener una excelente capacidad de drenaje, porque no puede tolerar el encharcamiento. Si la tierra que vas a usar no drena demasiado bien, puedes añadir arena gruesa o materia orgánica descompuesta para incrementar su capacidad de evacuar agua.
El medio de plantación ideal es aquel que es suelto y bien aireado, con una mezcla equilibrada entre arena, limo y arcilla. Porque esto permite que las raíces se desarrollen de una manera más efectiva, al poder acceder mejor al oxígeno y los nutrientes.
El clerodendrum trichotomum prefiere un pH entre ligeramente ácido y neutro, con un rango de entre 6.0 y 7.0. Cuanto más rico en nutrientes, mucho mejor, por lo que puedes añadir compost o un fertilizante equilibrado durante la temporada de crecimiento.
Riego del clerodendrum trichotomum
Durante la temporada de crecimiento, que va de primavera a verano, el suelo debería estar uniformemente húmedo, pero sin llegar a estar empapado. Por lo que conviene regar antes de que la capa superior del sustrato dé muestras de estar seca.
Es importante asegurarse de que el suelo tenga el drenaje adecuado para que no se acumule demasiada agua en las raíces, evitando con ello que puedan pudrirse.
Se recomienda regar durante las primeras horas de la mañana, para que la planta pueda absorber la humedad durante las horas en las que las temperaturas son más altas. Esto reduce el riesgo de que aparezcan hongos asociados a la humedad.
Durante el invierno el árbol del destino está inactivo, por lo que puedes reducir la frecuencia de riego. Será suficiente con hacerlo una vez cada 10 o 15 días.
Observa bien el arbusto para detectar si el riego que estás proporcionándole es el adecuado. Si las hojas están marchitas, esto significa que la planta necesita agua. Por el contrario, si las hojas parecen débiles y tienen un tacto blando, es que has regado demasiado.
Apoyo y tutorado
El clerodendrum trichotomum tiene un porte vertical, así que debemos proporcionarle un soporte o un tutor que le ayude a crecer y mantener su forma. En caso contrario, es bastante probable que las ramas se acaben doblando y dañando.
Lo más sencillo en estos casos es instalar en la parte de atrás de la planta una malla o enrejado y sujetar las ramas a él para que vayan agarrándose después de forma natural.
Lo ideal es hacer las labores de apoyo y tutorado cuando la planta es joven, ya que las ramas son entonces más flexibles. A medida que el arbusto crece, las ramas se vuelven más pesadas y puede ser más complicado moverlas y colocarlas en la posición deseada.
Eso sí, al atar las ramas hay que tener cuidado para no dañar la corteza. Para lograrlo, es mejor utilizar materiales especiales de jardinería. Además, hay que revisar periódica mente el apoyo y tutorado para asegurarse de que está en buenas condiciones.
A medida que la planta crece va ganando peso, por lo que seguramente te resultará necesario reajustar el apoyo e incluso añadir nuevas estructuras de soporte a las que ya tienes.
Cuidar un clerodendrum trichotomum es bastante sencillo, y en las zonas de clima mediterráneo puede crecer sin ningún problema. ¿Te animas a ponerlo en tu jardín?