Todos los seres vivos necesitamos nutrientes y minerales para poder sobrevivir. Cada especie tiene sus propias maneras de conseguirlo y, aunque las plantas no tengan manos ni boca, también han desarrollado una eficaz estrategia para crecer. Pero, ¿cuál es?
Seguro que te sorprende la manera en cómo absorben los nutrientes las plantas.
Y todo empieza por aquí, por las raíces. Normalmente permanecerán bajo tierra, pero hay algunas especies cuyo sistema radicular se podrá ver, al menos un poco, creciendo por encima del suelo, como es el caso de los Ficus por ejemplo. Las raíces, desde que la semilla germina, sólo tienen dos únicos propósitos: sujetar la planta al suelo y absorber humedad presente en el mismo. Lo hacen tan bien, que hay especies a las que se deben de plantar a una distancia prudencial de tuberías, piscinas, y demás fuentes de agua.
Todo aquello que absorben de la tierra (agua y minerales que se encuentran en ella) se le conoce con el nombre de savia bruta, que es llevada hasta las hojas. Una vez allí, y gracias al dióxido de carbono y a la energía del sol, la planta puede convertirla en glúcidos, azúcares y almidones. Esta savia, ahora elaborada, la utiliza para alimentarse y poder crecer. A este proceso se le conoce como fotosíntesis, y otra de las magníficas consecuencias es que gracias a las plantas podemos respirar, puesto que expulsan oxígeno. Un gas que necesitamos los seres animales -incluyendo los humanos- para poder respirar y, por lo tanto, vivir.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando está enferma? ¿Por qué se recomienda no abonarlas hasta que mejoren? Bien, esto es debido a que las raíces absorberán del suelo (o del sustrato si se cultiva en maceta) sólo aquello que necesita. Cuando se les abona, se les está dando un aporte extra de nutrientes y minerales que perjudica primero al sistema radicular y luego al resto de la planta. Sería algo así como si obligáramos a comer un buen plato de patatas fritas con hamburguesa a una persona que tiene el estómago delicado. No es aconsejable 🙂 .
El abonado es muy importante para las plantas, pero sólo para las sanas.
¿Sabías cómo absorben los nutrientes las plantas?