G. brighamii
Las gardenia son arbustos o arbolitos muy decorativos. Sus hojas de un color verde oscuro brillante combinadas con sus preciosas y fragantes flores blancas las han convertido en unas de las plantas más populares del mundo, ya que aunque no son muy fáciles de cuidar, su valor ornamental es tan alto que apetece intentar tener éxito con ellas y poder decorar así el jardín o el patio.
Aunque todas sus partes son bellas, en esta ocasión vamos a centrarnos en las flores. ¿Cómo es la flor de gardenia? Hemos dicho que son blancas y olorosas pero… ¿qué más? Sigue leyendo para descubrirlo. 🙂
¿Cómo es?
G. jasminoides
Las Gardenia son arbustos o arbolitos perennifolos originarios de China. El género está compuesto por 134 especies aceptadas de las 259 que hay descritas. A pesar de haber tantas distintas, en lo básico son todas iguales: sus hojas tienen más o menos la misma y color y sus flores son todas blancas y olorosas. Pero sus pétalos pueden diferir en número. De hecho, las flores pueden ser simples (6 pétalos) o dobles.
¿Cuándo brotan?
G. angusta
Las flores de la gardenia brotan en primavera, cuando las temperaturas empiezan a ser agradables (18-20ºC), que es cuando las plantas han reanudado su crecimiento tras haber pasado unos meses en reposo invernal. Una vez lo hagan, sus capullos florales se abrirán, dejando ver unos pétalos preciosos de color blanco puro. Si te acercas a ellas, enseguida podrás percibir su dulce aroma.
¿Para qué se utiliza?
G. taitensis
La flor de la Gardenia se utiliza sobretodo para alegrar el jardín o el patio, pero también para perfumar esas zonas. Además, se pueden cortar y poner en un vaso con agua. Así, durante un par de días podremos disfrutar de su aroma.
Por último, hay que saber que también se utiliza en perfumería.
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