Agujeros en las hojas, podredumbres, manchas anormales, secreciones pegajosas, malformaciones, son algunos de los muchos síntomas que pueden ser señal de que algo no se encuentra bien en el crecimiento de las plantas.
Por lo general estos daños son bastante evidentes, sin embargo, existen ocasiones es las que es necesario hacer una revisión en los tallos, las raíces y la parte de detrás de las hojas, para de esta manera identificar la clase de problema y saber cómo resolverlo.
Problemas provocados por el riego
Algunos de estos pueden ser provocados por el exceso o falta de nutrientes, luz o también agua. En muchos otros casos, estos problemas pueden ser causados por los hongos al igual que por las bacterias.
Cuando los riegos se hacen con una frecuencia excesiva o la tierra no posee un drenaje adecuado, puede provocar la aparición de las manchas de moho encima de las hojas y también de las flores, al igual que puede provocar que se pudran los tallos.
Por otro lado, cuando los riegos no se cumplen con regularidad y no son suficientes, puede ocurrir un retraso en la actividad que cumplen las raíces y también las hojas. Las hojas adquieren un color marrón en la punta y los brotes toman un color amarillo.
Las plantas que tienen mayor sensibilidad a la poca cantidad de agua, suelen marchitarse y luego mueren.
Cuando el sustrato al igual que el riego es muy calcáreo, puede provocar que las hojas lleguen a tomar un color amarillo. Para resolver este tipo de problemas, es necesario que reguemos las plantas con un poco de agua de lluvia y luego las trasplantemos hacia un mantillo que sea de turba.
Exceso o falta de nutrientes
Si queremos saber si nuestra planta posee la cantidad necesaria de nutrientes, simplemente tenemos que estar atentos al color que tienen sus hojas.
Cuando se observa una pérdida de color, es una señal de que la planta necesita de una mayor cantidad de nutrientes. Por el contrario, cuando la planta posee unas manchas de color pardo, quiere decir que hay un exceso de abono, en especial de nitrógeno.
Si el fertilizante contiene mucho hidrógeno, se incrementan las posibilidades de que dicha planta se llegue a debilitar y por lo tanto, sea muy vulnerable a los ataques de las plagas y de las enfermedades. Así mismo, cuando existen problemas con el exceso en los nutrientes, las hojas se pueden deformar o en su diferencia se pueden llegar a romper.
Cuando las hojas, en especial los brotes, tienen un color amarillo mientras sus nervios aún permanecen de color verde, es probable que la planta requiera de mayor cantidad de hierro. Por otro lado cuando ocurre la falta de calcio, puede provocar que las hojas que sean más jóvenes se deformen o se curven en dirección al suelo.
Señales que indican ataques de hongos y de bacterias
Si observamos que nuestra planta tiene decoloraciones al igual que cierto abultamiento en sus hojas, aparte de la presencia de algunos hilos sedosos en su superficie, los ácaros pueden ser los responsables.
Cuando la planta pierde su vigor y observamos que las hojas tienen un color amarillo al igual que perforaciones, lo más seguro es que se trate de los ataques provocados por las arañas.
Si observamos machas con forma de puntos en las hojas de la planta junto con un polvillo de color anaranjado, pueden ser señales de que sufre de una enfermedad llamada roya. Cuando este polvillo es pulverulento al igual que blancuzco, son signos de que la planta está siendo atacada por el hongo oídio.
En cualquiera de los dos casos, el origen de este tipo de enfermedad se encuentra en los riegos de forma excesiva, al igual que en las vaporizaciones que se hacen con mucha frecuencia.
Cuando observamos una costra de color negro muy parecido al hollín en la parte de detrás de las hojas al igual que en los tallos, quiere decir que la planta sufre los ataques del hongo llamado negrilla.