Conocer el tipo de suelo que tienes en el jardín es muy importante, ya que de las características del mismo dependerá en gran medida el tipo de plantas que puedes poner. Cada uno de ellos tiene unas propiedades que sólo le irán bien a un grupo determinado de especies.
Asimismo, en tu mismo jardín habrá zonas donde el contenido en nutrientes, por ejemplo, varíe. Esto dependerá de las aportaciones de humus o de otro tipo de abono que hayas hecho. Sepamos cuáles son los diferentes tipos de textura de la tierra que hay.
Suelo arcilloso
El suelo arcilloso está compuesto sobretodo por arcilla. Tiene un color marrón, que puede tornarse marrón rojizo si no recibe humedad. Un agua, por cierto, que le cuesta absorber. Estos suelos no tienen buen drenaje, y esto puede suponer un problema si llueve de forma torrencial, puesto que podríamos acabar teniendo el jardín inundado durante algunas horas (lo cual no haría daño a las plantas, pero no nos permitiría caminar por él hasta que no haya terminado de absorber todo el preciado líquido). Algunos ejemplos de especies que pueden crecer en él son:
- Olea europaea
- Ficus carica
- Prunus dulcis
- Opuntia ficus-indica
Suelo arenoso
El suelo arenoso, como el de las playas, está compuesto principalmente por arena. Al contrario que los arcillosos, tienen un excelente drenaje, pero al no retener mucho la humedad, son muy pocas las plantas que pueden crecer bien en él. Algunos ejemplos son:
- Pinus halepensis
- Cocos nucifera
- Plumeria
- Protea
Suelo franco
En el suelo franco encontraremos una gran cantidad de limo. Es un suelo intermedio entre los dos anteriores, y tiene un color marrón oscuro. Es el que hay, por ejemplo, a ambos lados de los ríos. Es uno de los más idóneos para cultivar una gran variedad de plantas, como las de huerto, frutales, palmeras, y flores.
Otros suelos
Hay otros dos tipos de suelos:
- Suelo franco-arenoso: tiene más o menos la misma cantidad de limo que de arena, y muy poca arcilla.
- Suelo franco-arcilloso: que tiene más o menos la misma cantidad de limo que de arcilla, y muy poca arena.
Para saber el tipo de tierra que tienes, un método muy sencillo es llevando a cabo el »método del churrito» que se llama. Para ello, tienes que coger un poco de tierra y humedecerla. Luego, se tiene que amasar haciendo un »churrito» de 3mm de grosor, y se intenta hacer un rosco con él. En el caso de que no aparezcan grietas, es que el suelo es arcilloso; por el contrario, si te es imposible hacerlo, es porque es arenoso; y si se queda en un punto intermedio, es que es franco.
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