Los guisantes son unas legumbres muy nutritivas, ya que son ricas en hidratos de carbono, proteínas y lípidos. Provienen de las guisanteras, que son unas plantas de crecimiento muy rápido que nos serán de mucha utilidad aún y después de haberse terminado la temporada, pues podremos usarlas como abono verde.
Pero, ¿cuándo se plantan los guisantes? Si quieres aprovechar al máximo el momento y conseguir así una excelente cosecha, a continuación te daremos una serie de consejos para que puedas lograrlo.
¿Qué necesitan los guisantes?
Los guisantes para poder desarrollarse correctamente necesitan que el clima sea fresco y húmedo. No les gusta demasiado el calor intenso ni el tiempo seco. Por lo tanto, para obtener las mejores cosechas es imprescindible sembrar las semillas lo antes posible para que, de esta manera, puedan crecer bien.
Además, es conveniente que el suelo sea fresco y que tenga muy buen drenaje, ya que de lo contrario las raíces no sólo no podrán enraizar bien sino que también es muy posible que las plantas crezcan débiles. Por lo tanto, si el terreno que tenemos es muy compacto, es aconsejable hacer zanjas de plantación de 30-40cm de profundidad y mezclar la tierra que hemos sacado con perlita o arena de río.
¿Cuándo se plantan?
Teniendo todo esto en cuenta, el mejor momento para plantar guisantes es en otoño (hacia el mes de octubre en el Hemisferio Norte). Se podría hacer también a finales de invierno si vivimos en una zona donde el invierno es especialmente frío, con heladas de más de -5ºC. En tan sólo 12-14 semanas después de haberlos plantado, podremos recolectar las primeras vainas que podremos utilizar para elaborar deliciosas recetas.
Si hemos plantado variedades de enrame, es importante que les pongamos soportes que puedan usar para enganchar sus zarcillos.
Con todo, los guisantes podrán madurar sin problema 😉 .