¿Cuál es el árbol más antiguo del mundo?

Lo admito: el tipo de planta que más me fascina es el árbol. Algunas especies crecen tan rápido que florecen a partir del primer o segundo año de vida, pero hay otros que lo empiezan a hacer mucho más tarde, con 20, 30… o más años. Pero además, cuando te pones a investigar sobre su historia te das cuenta de que hay alguno que lleva viviendo en la Tierra desde hace miles de años. Concretamente, más de 4.847.

Su nombre es Matusalén, como el del personaje bíblico que vivió hasta los 969 años, y es un ejemplar de Pinus longaeva que se encuentra en el Bosque Nacional Inyo, en el centro de California. Lamentablemente, ni tú ni yo vamos a poder verlo nunca.

Los seres humanos a veces pueden ser muy crueles, no solo con los animales (algo que por cierto daría para crear un blog y hablar largo y tendido sobre el tema), sino con las plantas. De tanto en cuando surge alguien que, no sabemos si por diversión o ignorancia, o por ambas cosas, quiere destruir aquello que una gran parte de la población admira.

Por eso, la ciencia no quiere desvelar exactamente dónde se encuentra Matusalén, pues sabe bien que no tardaría mucho en acabar siendo víctima de la motosierra, algo que por cierto le ocurrió a Prometeo, un árbol que nada pudo hacer con un hombre… y su hacha. Los científicos le calculaban 4.900 años.

Pero sepamos más sobre el Pinus longaeva. Como puedes ver en las fotos, tiene un tronco muy curioso. No es el típico tronco más o menos recto y listo que suelen tener los árboles. Esto es así por las condiciones a las que se ve sometido. Y es que vive a más de 3000 metros sobre el nivel del mar, en una tierra árida donde los vientos son muy fríos (helados) y soplan además con mucha fuerza. 

Con todo, su tronco se va fortaleciendo con los años, formando una gruesa capa de resina que le sirve de protección contra los hongos y los parásitos. Pero la temporada de crecimiento de esta planta dura muy, muy poco; apenas unos 2-3 meses. Durante ese tiempo, crece muy lentamente. Sin embargo, no pierde las hojas todos los años, así que no le es muy difícil reanudar su crecimiento tras el largo invierno.

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