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Son muchas las plantas de las que se piensa que pueden estar en interior pero que luego nos sorprenden negativamente, pero ese no es el caso del Ficus Danielle, una variedad muy utilizada para decorar los hogares.
Así y todo, es muy importante tener en cuenta sus necesidades, ya que de lo contrario acabaríamos gastando un dinero para nada.
Origen y características
Se trata de una variedad de Ficus cuyo nombre científico es Ficus benjamina ‘Danielle’. Es originario de la India, Filipinas y Malasia, y llega a alcanzar una altura de hasta 30 metros si se cultiva en el suelo, y de hasta 4m si se tiene en maceta. Las hojas son perennes, de unos 4cm de largo por hasta 2cm de ancho, de color verde oscuro brillante.
Tiene un único tronco con la corteza lisa, de color marrón claro, pero se suelen vender con 2 o más ejemplares entrelazados. Además, es importante decir que es una planta purificadora del aire, en concreto, es eficaz contra el amoniaco, el formaldehido, el xileno y el tolueno.
¿Cuáles son sus cuidados?
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Si quieres tener un ejemplar, a continuación te explicamos cómo se cuida:
- Ubicación:
- Exterior: al sol o en semisombra.
- Interior: en una habitación luminosa, y lejos de las corrientes de aire.
- Tierra:
- Jardín: no es exigente, pero si la tierra es muy rica en materia orgánica y tiene buen drenaje crecerá mejor.
- Maceta: se puede rellenar con sustrato de cultivo universal, o con una mezcla de mantillo y perlita a partes iguales.
- Riego: la frecuencia de riego será más bien moderada. Unas 3-4 veces por semana en verano (2-3 si está en interior), y unas 2 a la semana el resto (1 si está en casa).
- Abonado: desde comienzos de primavera hasta finales de verano con abonos para plantas verdes, o con los caseros.
- Rusticidad: no le gusta el frío, pero si se tiene en un sitio resguardado puede resistir heladas débiles de hasta los -2ºC.
Que disfrutes de tu Ficus Danielle.