Uno de los elementos que te puede ayudar a combatir las plagas de las plantas es, sin duda, el jabón potásico. Sin embargo, ¿sabías que existen una serie de incompatibilidades del jabón potásico?
Si no lo conocías, y usas este producto para tratar tus plantas, la información que hemos recopilado te interesa, y mucho. Echa un vistazo a lo que te hemos preparado.
Qué es el jabón potásico
Lo primero de todo necesitamos que entiendas perfectamente qué es el jabón potásico. Se trata de un pesticida que se realiza con el objetivo de acabar con las plagas que pueda tener una planta.
Una de las características más importantes es el hecho de que hablamos de un insecticida ecológico.
El jabón potásico se compone de agua, hidróxido de potasio y un aceite vegetal, que puede ser aceite de girasol o similar. De hecho, si se tienen esos elementos es fácil que puedas hacerlo de manera casera en casa, ya que solo tienes que mezclar estos ingredientes.
Debes saber también que no es tóxico, ni para las mascotas, ni para los niños. Incluso podríamos decir que es inofensivo para otros insectos como avispas, abejas, mariposas, que pueden estar en contacto con las plantas.
Lo bueno del jabón potásico
De todo lo anterior se puede desprender que el jabón potásico es uno de los mejores elementos para combatir las plagas. Pero, además, tiene otros beneficios como son:
Ser biodegradable.
Limpiar las hojas.
Servir no solo como insecticida, sino también como fertilizante porque, al aportar potasio, eso enriquece a las plantas.
No perjudica al medioambiente.
Para qué se usa el jabón potásico
Visto lo anterior, está claro que el jabón potásico es un insecticida ideal para las plagas. Pero concretamente para una: el pulgón. Eso no significa que no pueda tratar otras plagas, pero sí es cierto que no tendrá la misma efectividad que con otros productos más específicos de ese insecto. Por ejemplo, con la araña roja, la mosca blanca, las cochinillas o los ácaros y trips. Incluso es capaz de lidiar con el hongo de la negrilla.
Su uso es bastante sencillo porque, una vez preparada la mezcla, solo tienes que aplicarlo ya que «mata» por contacto. Por tanto, se aplica usando un pulverizador que se debe echar a primera hora de la mañana o a última de la tarde.
Eso sí, no se recomienda en días en que llueva o bien haga mucho viento porque el jabón puede no caer sobre la planta, o, si cae, el agua acabará por eliminarlo de esta.
Hay que aplicarlo tanto en el haz como en el envés de las hojas, que será donde estén las plagas habitualmente. Y hay que repetirlo al menos una vez a la semana, a modo de prevención, una vez se ha eliminado la plaga que se tenía (para eliminar la plaga tendrás que aplicarlo entre 3-4 veces antes de acabar por completo, dejando entre dosis y dosis al menos dos días).
Las incompatibilidades del jabón potásico
A pesar de que puedes considerar que el jabón potásico es lo mejor que hay en el mercado, lo cierto es que esto tiene unos ciertos matices. Y es que hay incompatibilidades del jabón potásico. Es decir, situaciones en las que no se recomienda utilizar este insecticida natural (o fertilizante, como quieras utilizarlo).
¿Y cuáles son esas situaciones?
Si en algún momento estás tratando a tus plantas con rotenona, quelatos de EDTA, azufre (o cualquier metal), zinc, magnesio, sulfato de cobra o productos para el pH ácido, no se recomienda que utilices el jabón potásico porque no es compatible. Lo que puedes conseguir es dañar la planta, de manera irreparable, con lo cual podrías acabar perdiéndola.
Otra de las incompatibilidades del jabón potásico tiene que ver con las propias plantas. Y es que no se recomienda utilizarlo para cualquiera. En realidad, hay plantas que no toleran este insecticida (ni como fertilizante).
En concreto, nos referimos a las plantas más sensibles, como pueden ser algunas suculentas o las propias orquídeas. Si en algún momento estas tienen plagas, es mejor tratarlas con otros productos como el aceite de neem antes de utilizar el jabón potásico sobre ellas.
Es por eso que, a la hora de echarlo, si nunca antes lo has probado en esa planta, lo mejor es escoger una pequeña zona para ver qué reacción tiene (si se quema la zona, si la planta se debilita…).
Además, y de manera general, si haces un uso excesivo de este jabón todas las plantas se resentirán por él. De hecho, uno de los síntomas más habituales de que te has pasado con el jabón es la quema de sus hojas.
Si continúas echándolo, aun a pesar de este síntoma (que lo achacas a otra cosa), la planta podría llegar a morir.
Cómo hacer jabón potásico
Existen muchas recetas diferentes para hacer jabón potásico. Tal y como te hemos dicho al principio, este puede hacerse con agua, hidróxido de potasio y un aceite vegetal. Pero también se podría crear con agua (caliente), hidróxido de potasio, alcohol de 96º y vinagre.
Ambas mezclas son buenas, en realidad van a funcionar igual. Lo que sí debes tener en cuenta es que se necesitan 10 gramos de jabón potásico por cada litro de agua. Ahora bien, puedes crear diferentes insecticidas de jabón potásico. Nos explicamos:
Si tienes plantas delicadas, podrías crear una mezcla con un 1% de jabón potásico (esos 10 gramos), pero para las plantas más grandes, adultas y resistentes, podrías aplicar una dosis al 2%. Y esto ayudará a personalizar el insecticida según las plantas.
También, para plantas pequeñas, plantones o jóvenes, puede ser más adecuado una dosis más suave, siempre y cuando funcione contra las plagas, antes que echarle dosis fuertes que podrían afectar a su desarrollo si te excedes.
Como ves, las incompatibilidades del jabón potásico es un tema a tener muy presente a la hora de usar este producto. Y es que, a pesar de ser natural y ecológico, no a todas las plantas les va bien. ¿Te ha pasado alguna vez que has tenido que dejar de usarlo?